First time kissing a guy. ↪klance

4. Un plan que termina mal.

Hunk se había enterado de lo sucedido el día anterior con los tres de sus amigos, su primera reacción era sorpresa hasta que poco a poco se fuera relajando al recordar todos esos pequeños momentos que había notado entre el moreno y el joven de cabellos oscuros. Él también presentía algo entre ambos y por esa razón le ayudaría a Shiro a planear un plan para que pudieran juntarse y darse cuenta de lo que en verdad sentían.

– ¿En serio me llamaste para venir hasta tu trabajo?– Se encogió levemente de hombros el joven, desviando su mirada hacia su alrededor, algo incómodo por el hecho de estar en una estación de policía en un edificio en el centro de la ciudad.– ¿Tu superior te dio permiso?

– Claro, no tiene ningún problema. Acabé todo mi trabajo en menos de dos horas, así que tengo como un descanso hasta que haya más trabajo por hacer.– Arregló su corbata, sonriéndole con carisma al joven para volver a sentarse, señalándole que se sentara en la silla que se encontraba al otro lado del escritorio.– Escucha, anoche Lance me confesó que le gusta Keith y me pidió que fuera hablar con él, entonces fui a su departamento y le hice unas preguntas hasta que, a la hora de irme, confesó que le gusta Lance. Soy genial descubriendo secretos.

– Ajá, haciendo a un lado el hecho de que te lo digan.– Alzó levemente una ceja, recargándose en el respaldo de la silla.– ¿Qué haremos?

– Tú habla con Lance sobre ese tema, intenta que te cuente al respecto, necesito saber. Yo hablaré con Keith de ese mismo tema, será más difícil por su actitud, pero como soy su amigo del alma me terminará contando.– Sonrió, orgulloso de su propio plan.– Después reunimos la información y hacemos que se vean en algún lugar para que se terminen confesando el amor que sienten del uno al otro. Tomará tiempo, pero valdrá la pena y ambos lo sabemos.

– Sí, suena muy bien... Aunque tengo una duda, ¿cómo van a caer? Digo, ambos podemos decirles que nos veamos en un lugar, pero no estaremos ahí, o sea sí, pero escondidos, para que ellos mismos se den cuenta que era para reunirnos y puedan confesar sus sentimientos. También tengo la idea de hacerles una reserva en un restaurante muy elegante y mandarlos ahí por sorpresa, eso sería como su primera cita, ¿no? Una pequeña orquesta, música lenta, comida deliciosa, ya sabes, esas cosas románticas.– Mostró una amplia sonrisa al imaginar varias cosas que podrían hacer, mirando al hombre con ese brillo en sus ojos.

– Sí, Hunk, pero yo te llamaré cuando llegue el día, ¿de acuerdo? Por ahora, quisiera que salieran ustedes tres, es como... la primera fase del plan, por así decirlo.– Se recargó en el respaldo de la silla, manteniendo una sonrisa victoriosa en su rostro al mirando al joven.– Mándale un mensaje a Lance para que te vea en el centro comercial que está a unas cuantas cuadras de aquí y después a Keith, digo, para que lleguen al mismo tiempo. Daddy sabe lo que hace.

– No vuelvas a llamarte Daddy, Shiro...– Murmuró, negando levemente con la cabeza, tomando algunas hojas que el mayor había dejado sobre el escritorio para él, levantándose de la silla para después abandonar la estancia de policía, caminando hacia el elevador, presionando un botón para que en segundos ambas puertas se separaran, entrando.

– Vamos, no es malo.– Alzó ambas manos al aire para después cruzarse de brazos mientras mantenía su vista sobre su escritorio, sonriendo levemente, guiando su mano hacia su mentón para acariciarlo con suavidad.– You can call me Daddy... Sí, eso suena muy atractivo...

*

Al cabo de unas muy pocas horas, Lance y Keith se hallaban en el centro del gran edificio que contenía distintas tiendas, era gigantesco, ambos no sabían que se encontraban ahí. El moreno miraba la hora en su móvil, soltando un suspiro de molestia al ver lo que se estaba tardando Hunk, por lo cual decidió guardar su móvil para elevar su vista hacia su alrededor, abrió sus ojos por completo al reconocer la espalda del joven de cabellos oscuros, levantándose con rapidez para ocultarse detrás de un arbusto que había cerca de la banca donde se había sentado.