30. Cerca de la verdad.

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Dejaron sus maletas en donde se les complació en el hogar de la castaña, habían llegado ahí porque su madre los había invitado a comer después de que recogieran al azabache y al moreno del aeropuerto, quienes se encontraban más que cansados por el largo viaje que habían dado y, sin acabarla, sus dos vuelos se retrasaron por dos horas.

- Cuenten sobre el viaje, muchachos.- La madre de la menor decidió hablar al notar el ambiente un poco silencioso. Apoyó sus codos sobre la superficie de la mesa al igual que su cabeza en las palmas de sus manos, poniéndole atención a lo dos jóvenes.- Supongo que Keith tomó muchas fotografías, quisiera verlas.

- Ah, sí, la mayoría mías.- Sonrió levemente el moreno, desviando su vista al azabache.- Me tomó como su musa.

- ¿Quieren verlas?- Preguntó el azabache, mostrando su pulgar en dirección hacia atrás de él.- Está en mi maleta, así que...

- ¡Sí, wu!- Alzó la voz la castaña, sonriendo ampliamente, claramente se notaba que fingía la emoción en su rostro, ganándose un codazo por parte de su hermano.- Sí quiero verlas.

Keith sonrió levemente, levantándose de la silla dará dirigirse hacia la sal principal donde se hallaban las maletas de ambos jóvenes, dirigiéndose hacia la suya.

- ¿Tuvieron relaciones?- Preguntó Pidge de repente, dejando sus manos sobre la superficie de la mesa, mirando al moreno con una leve sonrisa.- ¿Te dolió? ¿Quedaste embarazado?

- Los hombres no se embarazan y no, no tuvimos relaciones.- Negó, frunciendo su entrecejo.- Pidge, es nuestra privacidad, por favor.

- Sí, pero gracias a nosotros son novios y, pienso, que merecemos saber todo y que...

- Pidge.- Habló Shiro, interrumpiendo a la menor.- Por favor, respeta su privacidad, ellos hablaran sobre esas cosas si lo desean, pero por el momento no.

Todos guardaron silencio al momento en que el azabache se adentró al comedor, siendo Lance quien le regalara una suave sonrisa mientras éste se acercaba y tomaba asiento a su lado, teniendo la cámara en sus manos mientras buscaba el inicio de las imágenes, pero hubo algo que hizo que su ceño se frunciera, había imágenes un tanto inadecuadas para el público, por lo que llamó al moreno, indicando con el dedo que ambos se dirigieron a la sala principal para hablar de esto, por lo que ambos pidieron algunos minutos para arreglar un asunto para después marcharse.

- ¿Qué pasa?- Frunció su ceño levemente, acercándose al azabache.- ¿Ya te quieres ir?

- No, no es eso, sino que encontré unas fotos un tanto... explícitas de nosotros...- Su tono de voz fue bajando por la vergüenza que sentía de enseñarle esas imágenes, desviando su mirada mientras extendía la cámara hacia el moreno.- Creo que es cuando estábamos borrachos, cuando fuimos a cenar juntos.

- Me da curiosidad.- Se acercó al azabache, siendo éste quien ladeara un poco la cámara que tenía en manos, enseñándole las imágenes que había tomado aquella noche, causando que un gran rubor se posara sobre sus mejillas, sintiendo su rostro arder.- Deberías borrarlas.

El azabache solamente guardó silencio mientras mostraba más de veinte fotografías que se habían tomado mutuamente en pocas prendas y en unas pose un tanto provocativas, Keith agradecía revisar la memoria de la cámara antes de pasársela a la joven castaña, si no hubiera sido así, la vergüenza que sentiría sería inexplicable y jamás volvería a juntarse con el pequeño grupo de amigo que lo aceptaban tal y como es. Las fotografías que le mostraba al moreno eran de ambos en ropa interior y sobre la cama con posiciones coquetas y un poco vulgares, sentían una pena que no podían evitar, Keith era el que más se sentía avergonzado de aquellas imágenes, mostraba una parte de él que ni él mismo conocía, por lo tanto terminó borrando cada una de estas.

- Qué pena.- Habló Keith, alzando su vista al moreno.- Es mejor irnos, me siento sucio después de mirar esto.

- Diré que te dio tos.- Le sonrió, girándose sobre sus talones para entrar nuevamente al comedor donde se encontraban todos, avisándoles que se marcharán con una falsa mentira, la culpa creyeron todos.

(...)

El moreno se hallaba cómodamente dormido sobre la cama del azabache, mientras que éste se encontraba sentado en la sala principal de su departamento, frente a la mesa de centro que tenía encima varios documentos que había guardado en un cajón, esas hojas mostraba información sobre sus padres, quería saber la verdad de dónde, cómo y quiénes eran sus padres, quería saber la razón del por qué lo abandonaron en un orfanato desde pequeño, formando así su carácter duro y frío con el mundo. Sus ojos se movían de izquierda a derecha cada cinco segundos, leyendo y leyendo varios renglones, varios datos de la hoja, no se cansaría fácilmente hasta que vio algo, como una pequeña luz iluminando su mente.

- Aquí está.- Llevó su dedo índice hasta la información exacta, volteando a su alrededor, buscando su móvil, el cual se encontraba encima del sofá, por lo cual se estiró, tomándolo y desbloqueándolo, volvió a poner su vista sobre la hoja, tecleando el número que mostraba ahí mismo para después llevarse su móvil a su oreja, escuchando el pequeño tono que verificaba que el número era verdadero.- Buenas noches, habla... Aarón.- Mintió, al igual que fingió un tono de voz más grave.- Soy un investigador y quería que me diera información sobre los pacientes ingresados el veintitrés de octubre del noventa y siete, por favor.

- Espere unos minutos, señor.- Contestó la voz por el otro lado de la línea, la cual fue cambiada por una pequeña melodía que ponían mientras ponían en espera.

Mientras esperaba, el azabache recogió las hojas dispersas para guardarlas en la carpeta, acto seguido se levantó del suelo para dirigirse hacia una pequeña oficina que había hecho meses atrás, ahí trabajaba, eso pensaba él, o era un zona de relajación cuando se encontraba frustrado con el mundo.

- Hemos encontrado los documentos, es mejor que venga por ellos mañana a partir de las siete de la mañana, señor.- Volvió aquella voz que lo atendía, haciendo que se sobresaltara un poco.- Se lo guardaré, ¿de acuerdo? Esto es confidencial y me ha costado conseguirse, pero si en verdad es usted un detective, se lo daré en manos.

- Muchas gracias, por favor.- Sonrió levemente, sintiendo un poco de emoción en su cuerpo al saber que al fin terminaría de armar el rompecabezas que se había formado desde aquel suceso.

Se habían intercambiado algunas palabras para que después el azabache colgara, dejando su móvil sobre el escritorio que tenía, pasó una mano por su cabello, avanzando hacia un gran pizarrón que tenía en una de las paredes, manteniendo su vista en cada imagen y hoja con poco información, cosa que quitaría después de muchísimo tiempo.

Hola~
Huehuehue, ya es viernes :'D y no tuve clases, por eso he actualizado xD y mañana tendrán un nuevo capítulo al igual que el domingo tendrán dos 7u7
¿Les parece bien? Es como un regalo por la cantidad de apoyo que le dan a la historia, son los mejores y no me cansaré que decírselos ❤

Espero que les haya gustado este capítulo, es un poco corto, lo sé, pero ya no quiero dar pistas sobre el siguiente, cual será más extenso, al menos eso pienso yo :'v

Bueno, me despido, que tengo cosas por hacer :'v (helpme)

Se despide, Vicky~

First time kissing a guy. ↪klanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora