Después de un pequeño hospedaje en la bella República Mexicana, de la cual Keith había quedado más que enamorado de su diversidad, cultura y gastronomía, aparte de la gente amigable que habitaba ese lugar, nunca se había sentido más relajado y alegre en su día que en este viaje que Lance había organizado para ambos. Habían llegado a Cuba, la ciudad natal del moreno donde había crecido y tenido su niñez, una época maravillosa para el joven y tenía ganas de enseñarle de todo al azabache, hasta su antiguo hogar.
- Aquí estamos.- Sonrió ampliamente el moreno, rodeando al azabache de los hombros con felicidad, apegándolo a su cuerpo con cariño.- Se respira aire latino, se siente la buena vibra y... ah, amigo, esto es genial, volver a estar aquí después de tantos años alejado de mis raíces.
- Todos tienen la misma tez morena...- Murmuró, mirando de reojo a cada persona que se hallaba en el centro de una gran plaza, en la cual habían niños jugando, corriendo uno tras de otros sosteniendo pequeñas pistolas de agua, escuchándose sus dulces risas que eran una melodía para el moreno, al igual que algunas pancartas en fila, algunas personas vendían bastantes cosas que eran de esas mismas tierras.- Hace calor aquí...
- Quítate tu chaqueta de cuero.- Aconsejó el moreno, mirándolo con una ceja alzada.- ¿Te da miedo enseñarme piel o qué?
- No me puse bloqueador, me voy a quemar y no quiero eso.- Bufó, cruzándose de brazos, posando su mirada sobre el kiosko que se encontraba en medio de toda la plaza, teniendo algunos niños sentados, charlando o comiendo un delicioso helado del sabor que les gustaba.- Pero me estoy asando...- No tuvo de otra, rodando los ojos al recibir una mirada picarona por parte del moreno, acto seguido el azabache se quitó aquella chaqueta de cuero, mostrando la palidez de sus brazos y lo perfecto que se encontraban, pasando una mano por su cabello.- Vaya, no parece invierno, gracias por comprarme ropa de verano.
- De nada.- Sonrió ampliamente, acercándose al azabache nuevamente para tomar su mano con dulzura, dirigiéndose hacia los puestos donde vendían cualquier cosa que fuera de ahí.- ¿Quieres probar un mojito o un daquiri? Bebidas típicas de aquí para después ir al museo de revolución o a la catedral, estamos en La Habana, Keith, por favooor...
- Daquiri suena bien.- Sonrió levemente, admirando la bellísima sonrisa que el moreno tenía dibujada en su rostro, apegándose a él para dejar un suave beso sobre su mejilla.- Vayamos a comprar algunas cosas y un gran tour por La Habana, Lance.
Keith no podía negar que le encantaba mirar a Lance más que feliz, y más al estar en donde nació y pasó parte de su niñez en la maravillosa isla de Cuba, por esa razón varias personas lo saludaban por las calles, al parecer no ha cambiado muchísimo desde la última vez que fue visto. Visitaban cada museo, tanto de la revolución y el de artes, todo se quedaba plasmado en las fotografías que el azabache había tomado con su nueva cámara que le había regalado Shiro en su cumpleaños, no había tenido ocasión para usarla hasta hoy en día, tomando fotografías a los bellos paisajes, al igual que algunas cosas del interior de los edificios y sin evitar tomarle fotografías al moreno, captando su máxima felicidad y belleza.
- ¡Keith, aquí!- Alzó su brazo, agitando este de un lado a otro para captar la atención del azabache, lográndolo, subiendo después a una pequeña pared de concreto y piedras, poniendo todo su peso en una de sus piernas hasta que el joven pudo capturar el momento, al igual que el momento exacto de su caída, teniendo cada movimiento en imágenes.- ¡Ah, mi brazo, Keith, me lo doblé! ¡Ah!
- ¡Y-ya voy!- Gritó, alarmándose por completo al escucharlo, levantándose de donde se encontraba sentado, tomando sus pertenencias para correr en dirección al moreno. Se detuvo, cambiando su gesto de uno de horror a molestia al ver que se encontraba bien y había sido una simple broma de mal gusto para el azabache.- Eres un idiota, Lance, no debes de preocuparme así.
ESTÁS LEYENDO
First time kissing a guy. ↪klance
Fanfiction- ¿En verdad es la primera vez que besas a un chico?- Preguntó el moreno, mirando al joven con el ceño fruncido, quien asintió tímidamente. - Me gustó que fueras tú el primero.- Confesó, causando que las mejillas del moreno tomaran un color rojizo...