29. Razón.

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Sus párpados se separaron con lentitud, removiéndose levemente sobre las mantas que cubrían su cuerpo, lo primero que tuvo frente a sus ojos fue al moreno, totalmente dormido en un profundo sueño, por lo cual no quería despertarlo al pensar que no había dormido absolutamente nada desde lo ocurrido el día anterior. Se acomodó con cuidado sobre la camilla, frotando el dorso de su mano libre sus dos ojos por cortos segundos para después tomar su móvil, el cual estaba lleno de mensajes de sus demás amigos, la mayoría eran del mayor de todos, por lo que decidió contestarle a él primero para tranquilizarlo.

— Se pone como un padre muy protector.— Chasqueó su lengua, rodando sus ojos para volver a poner su móvil sobre el buró que estaba a un lado de la camilla, guiando su vista hacia el moreno, admirando sus rasgos tan suaves que lo hacían ver como un pequeño recién nacido, esa imagen del joven quedaría para siempre en su mente y eran de las pocas cosas que podía admirar sin que se diese cuenta de que lo miraba.— Diablos, ¿cómo me pudiste gustar?— Se preguntó a sí mismo, pasando con suavidad las yemas de sus dedos por su pómulo, sonriendo levemente como fruncía su ceño.

Sonrió por última vez para después tomar el control remoto de la pequeña televisión que tenía instalada la habitación de donde estaba hospitalizado, aplastando el botón principal rojo, encendiendo el televisor, lo primero que se mostraba eran las noticias y hubo algo que llamó la atención del azbache.

El mayor hombre de negocios resultó ser un estafador, al igual que hacía lavado de dinero.— Mencionaba la mujer, quién miraba de reojo los papeles que tenía en manos.— Su nombre es Zarkon, hombre de procedencia rusa, cuenta con un hijo, su nombre es Lotor, quien fue la primera persona en sorprenderse ante la horrible noticia de su padre.

— Vaya, vaya...— Murmuró, entrecerrando sus ojos, observando cada vídeo que la producción ponía.— Sabía que algo malo tenía ese hijo de puta...

— ¿Con esa boquita me besas...?— Habló el moreno, adormilado, se había despertado hace pocos segundos, por lo que pudo escuchar parte del reportaje.— Lo de Lotor es fuerte, nunca se imaginó eso de su padre y... que nombre más horrible, Zarkon, por favor, sólo un estúpido lo llevaría y creo que encontré ese inútil...

— Bueno, no era de esperarse, de seguro también él está involucrado, pero prefiere no llamar la atención.— Decidió cambiar el canal, dando con uno donde daban una caricatura de años atrás.— Lotor se ve malo y sabes que yo siempre acierto con las personas, así que... admite que tenía razón.

— Sí, tenías razón y lamento tratarte como niño cuando estábamos con él, pero no quería que se pelearan ni nada por el estilo.— Admitió, levantándose de la camilla para poder estirarse, un poco adolorido de la espalda.— ¿Feliz?

— Sí.— Sonrió levemente, mirándolo.— Así está mejor.

— Buenos días.— Se escuchó una tercera voz, causando que ambos jóvenes mirarán la entrada de la habitación, dándose cuenta que se trataba del médico que había atendido al azabache el día anterior.— ¿Cómo ha amanecido, jovencito Kogane?

— No creí que supiera inglés.— Se escapó de sus labios aquella frase sin darse cuenta, hasta que segundos después un leve sonrojo apareció sobre sus pómulos.— Lo siento.

— Descuida, tu amigo me dijo que no hablabas nada de español y, aparte, vengo de Canadá.— Sonrió levemente el hombre de cabellos oscuros, acercándose a la camilla del joven mientras revisaba el expediente del mismo.— Bueno, tengo buenas noticias para ambos, la cual es que Keith puede salir justo ahora. Cuando se cambie, diríjase a la recepción para llenar unos papeles donde indica que está recuperado y no tiene ningún problema.

— Genial, gracias.— Habló el moreno, quien recogía su sudadera y su instrumento del pequeño sofá.— Te traeré ropa nueva del hotel, vendré en media hora, ¿de acuerdo?

— Aquí espero, no tengo nada qué hacer aquí.— Asintió, encogiéndose levemente de hombros.

(...)

Lance y Keith habían llegado a la habitación de hotel, aunque antes habían llegado al aeropuerto para comprar los boletos de avión para el día siguiente, así que sería un viaje de casi veinticuatro horas, ya que llegarían a la República Mexicana para ahí tomar un vuelo a Los Ángeles. Sus amigos ya estaban avisados de que regresarían mañana. Al llegar a la habitación de su hotel, lo primero que hicieron fue preparar las maletas con las cosas que habían comprado en aquella plaza y en distintas tiendas, traían recuerdos del lugar para sus amistades y familiares, al menos en el aspecto de Lance.

— Me quiero dormir.— Habló el moreno en medio de un bostezo, dejando su maleta a un lado de la puerta de la habitación para que después se dirigiese a la cama, dejando caer su cuerpo sobre el suave colchón, dejando soltar un jadeo.— Quiero dormir y ya...

— ¡Bolita!— Alzó la voz el azabache, sonriendo ampliamente para correr en dirección a la cama, dando un leve salto para caer encima del moreno, quien dejó escapar un gemido de dolor y después una risa de su pareja.— Así estoy cómodo, no te muevas.

— Cómodo mi trasero, anda, quítate.— Se quejó, riendo por lo bajo.— En verdad quiero dormir, Keith, aunque no me traje mis mascarillas nocturnas, siento que me falta una parte de mí.

— No sabía que usabas esas cosas, bueno, más bien, no sabía que también hombres las usaban.— Alzó levemente una ceja, sentándose en la orilla del colchón para poner su vista sobre el moreno, quien se sentó de igual manera.— ¿Por eso tienes la piel suave y brillante? ¿Productos femeninos?

— ¿Qué tiene de malo? Me encanta cuidar mi imagen, chico.— Se llevó el pulgar y el dedo índice a cada costado de su mentón, sonriendo de forma coqueta.— Esta piel suave y limpia nadie la tiene, Keith, sólo yo, ¿de acuerdo?

— Disculpa, ¿acaso lastimé tu vagina?— Se burló el azabache acompañado de una risa burlona.

— Vete al diablo, Kogane.— Se levantó antes de que el azabache pudiera hacerle otra cosa, dirigiéndose hacia su maleta para seguir acomodando algunas cosas que tenía encima de una pequeña mesa de madera.

— Tengo pase de VIP.— Contestó, rodando su ojos.

Ambas jóvenes, como siempre, habían peleado por distintas razones absurdas hasta que los dos cayeron totalmente rendidos sobre la cama, teniendo sus párpados unidos y entrando a un profundo sueño que les parecía que duraba tan sólo cinco segundos.

Mañana tendrían un viaje un tanto pesado.

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Hola :D ¿Cómo están? Yo bien, al chingaso como diría una mexicana, ajua >:D Bueno, no muy bien, una maestra nos hace la vida imposible, pero ya andamos haciendo protesta y todo ese rollo, a lo mejor nos reprueba a todos por jugarles a vrgs, pero la vida es así shabos, gastan 600$ en su materia para no aprender nada en tan sólo siete semanas c: -se da un balazo-

Ya paro de contar mi vida, porque no les importa :'v

¿Les gustó? No supe qué título ponerle y pues... Keith tenía razón y eso todos lo sabemos xD Pero Lance no v':

Ya me marcho porque ando medio ocupadona con los trabajos :(, los dejo, babies :c ❤

Los amo mucho, wu ❤

Se despide Vicky~

First time kissing a guy. ↪klanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora