First time kissing a guy. ↪klance

65. Llegó el día.

Sábado 18 de febrero;; 09:30 a.m 

Lance se dedicaba a mirarse en el gran espejo de cuerpo completo, aún seguía con las ropas del día anterior y su cabello hecho un terrible desastre, Matt y Hunk lo habían cuidado demasiado para que no se excediera con el alcohol y terminara con una terrible jaqueca que le haría tener un pésimo humor y, cuando Lance tiene un humor de la mierda, automáticamente jode todo y era algo que querían evitar en ese mismo día. Pasó sus manos con gran pereza por su rostro, dejando estas sobre sus pómulos, estirando la piel por debajo de sus ojos y dejando escapar un gemido ahogado, volvió a cubrir sus ojos, frotando estos con rapidez y fuerza contra las palmas de sus manos para después soltar un pequeño grito, cualquier persona podía detectar los nervios y miedo que el moreno tenía en su cuerpo porque había llegado ese día, ese día que jamás hubiera imaginado presenciar, ese día que siempre ocurría en sus sueños y al final lo cumplirá.

Lance podía admitir que sentía cierto miedo, sentía su cuerpo temblar con la sola imagen de tener al hombre que amaba frente a sus ojos, vistiendo un traje blanco que reflejaba pureza, aunque eso era una vil mentira. No dejaba de morderse su labio inferior, lo hacía en cada ocasión en donde se sentía ansioso o sentía temor hacia algo, esa era la ocasión en donde esas dos emociones se mezclaban en su interior y más por la canción que él mismo había elegido cuando Keith se encontrara en camino al altar; lloraría como un inocente niño al cual se le fue arrebatado su dulce, o sentiría emoción hasta el punto de llorar, cualquiera de las dos podían suceder.

Desvió su vista hacia un sillón individual que se encontraba a un costado del gran espejo, una pequeña sonrisa apareció en su rostro al tener la imagen de ese diminuto instrumento, recordando esas situaciones en donde le había cantado canciones significativas para él, pero esa sonrisa se convirtió en una que reflejaba tristeza, la imagen de su madre había inundado su mente, recordaba sus palabras y esas pequeñas clases en donde le enseñaba a tocar ese instrumento. Ese ukulele fue un gran regalo por parte de su madre cuando tuvo que marcharse para ir a la preparatoria a Estados Unidos, las palabras quedarían tatuadas en su mente para siempre.

 — Lance...— La voz suave de una mujer causó que el moreno limpiara con rapidez su rostro al sentir que las lágrimas amenazarían con salir. Una mujer de tez morena había entrado a la gran habitación, mantenía una cálida sonrisa que le recordaba tanto a su madre, obviamente se puede deducir que se trataba de la hermana de Lance, dos años mayor que él.— ¿Todo bien, hermano?

— Sí, solamente... desearía que mi madre estuviera aquí, Sandra...— Sonrió con tristeza, mirando a la mujer con cierto dolor en sus ojos, en verdad sentía un dolor punzante en su corazón al tener el vago recuerdo de esa mujer mayor de la misma piel que él, su mirada que reflejaba cariño y seguridad, su dulce voz que calmaba los llantos de medianoche, los abrazos que te hacían sentir amado. Todo.— No pude estar con ella en los últimos momento ni darle un último adiós, Sandra, me siento el peor hijo del mundo.

— Bueno, si te pones a llorar en este momento, ella te hubiera pegado con su toalla en la cabeza para decirte que en la vida hay que sonreír aunque te sientas de la mierda.— Rió por lo bajo al tener el recuerdo en mente, la mujer siempre se había mostrado como una persona bastante positiva con la vida y era una de las razones por la cual todos amaban a la madre de Lance.— ¡Vamos, hermano! ¡Quita esa cara larga que te vas a casar!— Elevó sus brazos con alegría, acercándose a su hermano para rodearlo con fuerzas, dejando varios besos sobre su mejilla.

— Estoy muy nervioso, estoy temblando, quiero comer demasiado para aliviar los nervios. La comida es lo único que me puede calmar y lo sabes.— Elevó su dedo índice como si estuviera defendiéndose, teniendo nuevamente esa sonrisa radiante en su rostro.— ¿La orquesta ya llegó? ¡Demonios ni me he duchado!