La mirada del azabache se posicionó sobre el rostro del moreno, mirándolo atentamente con un gesto que mostraba serenidad, sus manos jugaban con el borde de la manta que cubría el cuerpo de ambos, protegiéndolos del frío que hacía en esos meses. Carraspeó, ganándose la atención de Lance, al momento de conectar su vista con la de él su mente se puso en blanco, olvidando todo lo que le iba a decir hasta que escuchó un pequeño sonido cerca de su oído, se trataba el chasquido de los dedos de su pareja.
- ¿Pasa algo?- Preguntó al notar que el azabache había vuelto en sí mismo, alzando levemente una ceja.- ¿Te vas a enfermar? Deja le llamo a Shiro para que traía esa máquina de vapor y...
- No estoy enfermo, cállate.- Rodó sus ojos, cruzándose de brazos, manteniendo su vista sobre sus muslos que estaban debajo de las mantas, suspiró.- Quiero contarte todo, no quiero seguir ocultando esto y, bueno, me da un poco de pena todo esto, pero me seguiría sintiendo mal ocultarte todo cuando pasen años y años, sabes.
- Soy todo oídos, Keith.- Se acomodó sobre la cama, tomando su almohada para ponerla de forma vertical entre el espacio que creaba al estar sentado con sus piernas cruzadas, manteniendo una mirada suave con el azabache.- Adelante, lento y calmado, todo mi tiempo es para ti.
- Ya sabes que soy huérfano desde... uhm, no lo sé, pero desde hace mucho.- Hizo un leve movimiento de manos, dándole nada de importancia a lo antiguamente dicho.- Cuando tenía siete años y, lo recuerdo a la perfección porque fueron personas que me hicieron sufrir de la peor manera posible durante ese año de mi vida. Sus nombres eran Austin y Bianca, al momento en que escuché a la señora que consideraba mi madre, mis ojos brillaron y una sonrisa apareció en mi rostro, tenía la imagen de crecer con ellos, de sentir el cariño de una familia después de tanta soledad, pero todo eso se fue a la mierda cuando puse el primer pie en esa casa horrible... El ambiente era pesado e incómodo para mí, sentía un aura de malicia y odio hacia mí, sentía que solamente me utilizarían para dar una supuesta imagen de buenos padres y...- Suspiró con tristeza, bajando su vista hacia sus manos.- Bianca se acercó a mí y me dijo que otros, entre comillas, familiares, me esperaban en un cuarto que se hallaba al fondo del pasillo, yo me creí esa mentira y corrí hacia ese lugar, esperando a que me recibieran con abrazos, regalos y cosas que un niño desea, pero no fue así... Habían... habían varios hombres en círculo, me miraban atentamente cuando abrí la puerta y... escuché un pequeño "es él", y después sentí dolor, como si me quemaran vivo, como si estuviera recibiendo un montón de balas en el pecho. En esos momentos yo no sabía nada sobre eso, no sabía con qué fin lo hacían, no sé por qué tantos hombres... querían eso... y...- Su gesto mostró disgusto y asquerosidad al recordar imágenes de esos momentos.- Lloraba y me pegaban, seguía llorando y me dolía más, hasta que entendí que el llanto únicamente aumentaba el dolor...
- Keith...
- Cállate.- Lo interrumpió antes de que dijera algo más.- Me llevaron de nuevo al orfanato, pasaron como dos años y, una mañana la misma señora, se llamaba Teresa, entró a mi habitación que compartía con mi gemelo, me despertó y me dijo que alguien me esperaba, una nueva familia y, por primera vez en mucho tiempo, sentí felicidad, recuerdo que corrí y al abrir la puerta vi a una mujer de cabellos oscuros al lado de un albino, y al otro extremo estaba Shiro, él tenía dieciséis años años y yo once años. Sentí aceptación y cariño a la primera sonrisa de mi madre. Desde ahí comenzó mi vida con una buena familia y mi hermano igual, está con el hermano de mi padre y su esposa.
- Mataría a cada uno de esos bastardos.- Habló entre dientes mientras su mirada permanecía sobre el azabache, molesto al imaginarse por todo lo que había sufrido en meses.
- Diez hombres... Sin piedad alguna... Los detesto con toda mi alma... Me arruinaron y, muy pronto, los encontraré y mataré con mi propias manos.- Elevó su mano, cerrándolo con lentitud en un puño, ejerciendo fuerzas hasta el punto en hacer notar las venas de su dorso.- He tenido pesadillas con ellos, me duele recordar todo el abuso que me causaron y aquella dos personas hijos de puta no hacían nada, solamente se bañaban en dinero y... de seguro siguen adoptando para su beneficio, ilusionan a un pequeño niño que solamente quiere la felicidad y bienestar en una familia. Espero que nadie lo sufra...
- ¿Y por qué te marchaste en la noche de halloween?- Preguntó con suavidad, creyendo que le caería pesado y comenzaría a romper en llanto.- Tengo curiosidad.
- El padre de Allura, ese hijo de puta de su padrastro, porque Alfor era muy bueno. El punto es que cuando me abrió la puerta me comenzó a insultar, llamándome hijo de puta, basura, que era un inmaduro entre otras mierda que no me causaban daño, pero hubo una que sí.- Alzó levemente sus cejas, desviando su mirada.- Que era un estorbo para todos, ¿sabes lo doloroso es escuchar de nuevo esas palabras? Las he escuchado desde que era un mocoso mancha pañales y hasta en la preparatoria.
- Yo siempre pensé que eres genial, desde el momento en que te vi.- Sonrió levemente, esperando alegrar un poco al azabache al notarlo deprimido, aunque no funcionó.- Vamos Keith, no te pongas mal por esas cosas del pasado, sé que dejan cicatriz en el alma, pero no por eso volverás a caer, debes de afrontarlo y atacar, defiéndete, ya tienes veinticinco años, ya puedes hacerlo.
- Recuerdo que me llamabas samurai.- Rió por lo bajo, elevando su vista para poder mirarlo con una pizca de tristeza.- Siempre me gritabas así cuando era algún campeonato y... cuando entrenaba con mi cuchillo... De hecho, me regalaste uno en navidad y lo sigo teniendo, es demasiado hermoso para usarlo en personas.
- Y desearía volver a ese tiempo, me ponía en ridículo, pero lo hacía para ti.- Le sonrió, posicionando su mano sobre la mejilla del azabache con suavidad, dejando suaves y pequeñas caricias con su pulgar mientras mantenía su mirada conectada con la suya.- Keith.
- Eso me causaba molestia y me hacía ganar, te lo agradezco.- Rió por lo bajo, elevando su vista para establecer una conexión con el moreno, sonriendo.- ¿Qué?
- Eres hermoso.- Keith sintió su rostro arder en esos momentos, no sabía qué decir o hacer en respuesta a esas palabras que cada día el moreno le decía de forma sorpresiva.- Y más si pareces un tomate.
- Ya, cierra la boca.- Desvió su vista, cubriendo su rostro con una de sus manos, no dejaba de sentir la mirada del moreno sobre él, pero en cierta manera le gustaba saber que siempre tendría ojos para él.- ¿Y si cantamos?
- ¿Y si nos besamos?- Alzó levemente una ceja del moreno, sonriendo levemente.
- ¿Y si te como a mordidas?- Le siguió al juego.
- Quiero ver que lo intentes.- Lo retó, mirando cómo el azabache se apoyaba sobre sus rodillas encima de la cama para después acomodarse sobre el moreno, rodeando su cuello con su brazos con suavidad, dejando un largo y apasionado beso sobre sus labios.
N/A: Lo único que puedo decir es que por fin alguien me corresponde en el amor :')
Se despide, Vicky~
PD. LOS AMO CON TODO EL CORAZÓN POR ESTAS 16 MIL VISITAS, AAAAAHH, LOS AMO INFINITAMENTE MIS PEQUEÑOS LEONES ❤❤❤
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First time kissing a guy. ↪klance
Fanfiction- ¿En verdad es la primera vez que besas a un chico?- Preguntó el moreno, mirando al joven con el ceño fruncido, quien asintió tímidamente. - Me gustó que fueras tú el primero.- Confesó, causando que las mejillas del moreno tomaran un color rojizo...