Keith seguía manteniendo su vista sobre el moreno, sentía furia en esos momentos al tener el sentimiento de que había preocupado a sus amigos por algo muy simple, también sentía molestia al estar con alguien totalmente desconocido en una cabaña cerca del lago. Veía a Shiro conversar con Lance, mientras que el albino se hallaba al lado del cubano, teniendo una pequeña sonrisa formada en su rostro al darse cuenta del estado emocional del azabache, rodeando su cintura para aumentar su ira, evitando reír al ver que éste le había mostrado un poco de sus dientes en un gesto lleno de furia.– Entonces, déjame entender esto...– Llevó su mano hacia su mentón, pensativo.– Cuando te fuiste de donde anteriormente estaban Keith y tú, entraste a un local de prendas, conociste a... él, compraron ropa juntos y después vinieron aquí, ¿estoy en lo correcto?
– Sí.– Asintió con una leve sonrisa, la cual desapareció al desviar su mirada hacia el azabache, quien mostraba molestia en su gesto.
– ¿Por qué no contestabas los mensajes y llamadas?– Preguntó al recordar que no respondía, alzando levemente una ceja.
– Ah, es una historia graciosa.– Rió por lo bajo, la risa suave del moreno le causó una especie de pequeño ataque al corazón al azabache.– Al llegar, me cargó y me lanzó al lago que está frente de la cabaña, al momento de salir del agua me di cuenta que traía mi móvil encima, desde ese momento no encendía. Lamento haberles causado tanta preocupación, pero necesitaba alejarme un poco y... reponerme de las palabras que Keith me dijo...
– Ah, sobre eso, quisiera hablar contigo sobre lo que te dijo Keith afuera.– Señaló la puerta de la cabaña con su pulgar, cosa que el cubano obedeció, siguiéndolo hasta el exterior, dejando al albino y al azabache solos.
Keith se dedicó a examinarlo con la vista, la primera impresión fue que es más alto que él, aunque no llegaba a intimidarlo por ningún motivo. Su segunda impresión fue que en su rostro se podía notar el narcisismo del individuo, también ese toque de liderazgo, autoridad, seguridad y autoconfianza.
Keith no lo veía como un rival, ni siquiera le llegaba a sus talones.
– Oh, ¿así que tú eres ese tal Keith del que tanto habla mi nene?– Alzó su ceja albina, manteniendo su vista sobre el azabache, llevándose una mano al mentón, analizando al joven con su mirada de manera discreta.– Eres decepcionante en persona, qué pérdida de tiempo la que tuvo Lance.
– ¿Quién te crees para robarte a Lance?– Se molestó ante sus palabras y en el tono en que salieron, ganándose su atención.– Tampoco tienes derecho para llamarlo "nene", lo conoces de una semana, no exageres.
– Mira quién lo dice, el que lastimó sus sentimientos sabiendo que había salvado tu trasero plano, niñito.– Sonrió levemente, cruzándose de brazos.– Te jodiste Keith, lo lastimaste con tus palabras de berrinchudo y mocoso peleonero. Más vale que te perdones con él o yo mismo te obligaré.
– ¿Y qué es ese color de cabello? ¿Blanco? Parece que no tienes cejas.– Se fue acercando un poco más al hombre, siguiendo con sus brazos cruzados, tomando un mechón del cabello para después soltarlo con brusquedad.– Es triste.
– ¿Sabes qué es más triste? Que Lance sí quiera estar conmigo y no con un baboso como tú.– Se cruzó de brazos, poniendo su cuerpo de costado mientras miraba al azabache, molesto.– No vuelvas a tocar mi cabello, idiota.
Mientras que ambos jóvenes se seguían ofendiendo del uno al otro, Shiro y Lance se encontraban afuera de la cabaña, sentados en una pequeña banca de madera, apreciando la maravillosa vista que se les ofrecía esa noche.
– ¿Recuerdas el día en donde me acompañaste a mi trabajo y estuvimos en acción?– Cambió de tema con rapidez, guiando su vista hacia el moreno, quien absorbió por su nariz a la vez que limpiaba sus lágrimas.– ¿Recuerdas que estabas lejos y te hice una seña para que le dieras a la mano que sostenía ese botón? Le diste, un tiro limpio y salvaste a todos, eres un buen francotirador.
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First time kissing a guy. ↪klance
Fanfiction- ¿En verdad es la primera vez que besas a un chico?- Preguntó el moreno, mirando al joven con el ceño fruncido, quien asintió tímidamente. - Me gustó que fueras tú el primero.- Confesó, causando que las mejillas del moreno tomaran un color rojizo...