49. Flashback IV [Lance y Keith]

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Preparatoria; 09:20 a.m

Su vista permanecía en la hoja de su cuaderno, la punta del lápiz se deslizaban con una suavidad, como si se tratara de un suave pétalo a punto de tocar el césped en plena primavera, la mente del azabache únicamente se enfocaba en ese ruido típico que el timbre hacía, indicando la hora del almuerzo, esa hora era única donde él podía estar solo, sin la compañía de aquellos jóvenes que lo miraban como si se tratara de un bicho raro, pensaba que era por sus rasgos no tan comunes en ese país, aunque a su hermano mayor no le había ido mal en sus etapas al ser amados por todos.

— Hey, Kogane.— Escuchó por detrás de él, sintiendo cómo algo golpeaba su espalda, se trataba de una bola de papel.— Léelo.

— Bastardo...— Murmuró entre dientes, rodando sus ojos, obviamente no era estúpido como para recoger esa hoja y, supuestamente, leer lo que venía escrito en esta, así que decidió ignorarlos por completo y concentrarse en aquel dibujo que había hecho en toda la hora, química lo aburría.

Un suspiró salió de sus labios al elevar su vista y observar que aún faltaba media hora para que la clase terminara, esto de estar en química durante dos horas todos los días lo aburría demasiado, aunque siempre había una distracción, un joven de tez morena que se sentaba en la primera mesa junto con un joven un tanto robusto y del casi mismo tono de piel que él, aunque era un moreno un poco más oscuro que su amigo, él era la distracción perfecta para el joven Kogane, le fascinaba ir a la preparatoria solamente para admirar la belleza del joven, aunque no tenía ninguna posibilidad de que lo mirara y, mucho menos, se enamorara de un joven como él, lo que mandaba sus ilusiones al suelo era que ya andaba con una joven de cabellos rubios y un tanto especial, Nyma.

— Los dejaré salir antes, ya que surgieron unos compromisos con el director, posiblemente tengan la siguiente hora libre, durará un poco más de lo previsto.— Esas palabras llamaron la atención del azabache, siendo la primera vez que mirara al hombre mayor, frunciendo levemente su ceño al darse cuenta de cómo era en verdad, aunque nadie se espera nada de los profesores.— Nos vemos mañana, chicos, pueden salir.— Y los primeros en salir fue la bola de chicos que molestaban al azabache, mientras que éste siempre se quedaba hasta lo último para acomodar sus cosas.

— Oye, niño emo.— Escuchó aquella voz irritante de aquella rubia, mirando de reojo su pálida mano con un esmalte de color azul rey en sus uñas sobre la mesa, captando la atención del joven.— ¿Ahora sí levantas la cabeza, no?

— ¿Qué? ¿Quieres que te haga la tarea? Ni pienses que lo haré, y no, no acepto una "noche privada" con una mujer que no se sabe respetar y menos cuando tiene novio, ¿de acuerdo?— Rodó sus ojos, levantándose y recogiendo su mochila para colgarla sobre su hombro, y al momento de girarse, la mano de la joven lo detuvo.— ¿Me vas a pegar o qué? Oh, me vas a atacar con tu putería, ayuda.

— Cállate, Lance y yo ya no somos nada desde hace seis meses, creo que no supiste nada y fue viral en toda la escuela, niño solitario.— Lo empujó, llevándose ambas manos hacia su cintura.— Solamente te quería decir que Allura, tu "mejor amiga", te robó a tu amor platónico, quién diría que Allura está enamorada de Lance.

— ¿Qué...?— Murmuró, guiando su vista hacia la puerta del aula, logrando ver a la morena junto con el joven.— Esa perra.— Respiró profundamente para después salir del aula, acercándose a los dos jóvenes con cierta molesta ante la gran traición que una de las personas a quién le tenía demasiada confianza.— Eres una maldita perra, Allura, ¿cómo diablos pudiste hacer eso? Dime una maldita razón, hija de perra, y te me callas Lance, no estoy hablando contigo, bufón.— Elevó su dedo índice, indicando que el moreno no abriera la boca para nada.

— ¿De qué hablas?— En su voz se podía notar los nervios que había tenido al escuchar las palabras del azabache.— Amigo, relájate.

— Amigo mis huevos, ¿por qué me traicionaste así, Allura?— La mirada del azabache podía reflejar las inmensas ganas de golpear a la morena, aunque no podía hacerlo, era mujer.— ¡Dímelo, maldita sea!

First time kissing a guy. ↪klanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora