16. Un contacto inexplicable.

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Pasó un buen rato desde la última palabra que había escuchado por parte del moreno y el azabache se había hartado de encontrarse sólo y en un silencio que lo abrigaba como la mismísima oscuridad de la zona en la que estaba, eran alrededor de las ocho y cuarto de la noche, el sol se había despedido y la luna comenzaba a saludar. Keith, aburrido y triste, decidió levantarse del sofá, tomando ese gran valor para dirigirse hacia la habitación donde Lance se encontraba jugando frente al gran televisor que Shiro le había regalado por su cumpleaños. Se detuvo al estar frente a la puerta, manteniendo su mano sobre la perilla de la puerta, respirando profundamente para proseguir, abriéndola con lentitud, asomándose poco a poco y encontrándose con un Lance sentado en la cama con una botella de agua en medio de sus piernas, ya que se encontraba de piernas cruzadas encima del cómodo colchón, carraspeó su garganta y el moreno pausó el juego para dirigir su vista hacia el joven, regalándole una bella sonrisa.

- No me sonrías, por favor...- Murmuró el azabache, algo que el moreno había escuchado a la perfección, mirándolo con extrañeza.- ¿Qué me miras?

- ¿Por qué no quieres que te sonría? ¿Ahora con qué estúpida estupidez me saldrás Keith? No he hecho nada malo, así que no empieces.- Rodó sus ojos, tomando nuevamente el mando de la consola, retomando la partida.- Si vas a comenzar con tus tontadas, es mejor que te vayas, no estoy para soportarlas.

- No es en ese sentido.- Afirmó, cerrando la puerta por detrás de él para comenzar a caminar en dirección a la cama del moreno, tomando asiento a su lado, mirándolo de reojo.- ¿Te ha ido bien?

- Sin ti, no.- Respondió, manteniendo su vista sobre la pantalla del televisor, soltando un pequeño grito de victoria al derrotar al último de los enemigos que le quedaban para dejar el mando de la consola a un lado, poniendo toda su atención sobre el azabache.- ¿Cómo estás tú?

- No he dormido nada desde aquello y quisiera arreglarlo...- Confesó de una buena vez por todas, desviando su vista hacia el suelo, está situación lo ponía penoso.- Tengo miedo a que ya no seamos amigos por esto que pasó, que solamente lo habías, bueno, ibas a hacerlo por pena hacia a mí o en gesto de burla... Aunque no lo creas soy un inseguro de mí mismo y siempre he necesitado de Shiro para tomar decisiones que algunas terminan mal y otras terminan bien...

- ¿Terminó mal o bien lo de nosotros?- Interrumpió Lance.

- Mal...

- No, no es verdad, no terminó mal.- Corrigió.- Yo sí te quería besar, Keith, entiéndelo. Sé que suelo ser más que impulsivo con medio mundo y coquetear con cualquier mujer, pero durante estos años lo he hecho para ocultar mi interés hacia ti. Estoy en las mismas que tú, no eres el único que quería que pasara eso, Keith.- Hizo una leve pausa, suspirando.- Todo esto que sentido por ti dio inicio cuando estaba con Allura, algo en ti me hizo... no lo sé, algo que hiciste hizo que me fijara en ti y yo pensé que era sólo por juego, pero no, no lo fue. Mi corazón latía demasiado cuando te encontrabas cerca de mí, no podía detenerlo y cuando estaba con ella ya no sentía nada. Keith, me gustas y es verdad, justo ahora parece que mi corazón va a salir de mi pecho con solo verte esos bellísimos ojos de un grisáceo azul que tienes, son muy extraños que me encanta mirarlos, podría hacerlo durante todo el día.- Aquello hizo que un leve rubor se posara sobre las mejillas del azabache, algo que logró notar el moreno.- Me cansé de guardarme esto y de ser un inútil contigo, ¿bien?, no soy perfecto ni nada, pero puedo hacerte feliz.

El silencio gobernó la habitación del moreno, quien mantenía su vista fija sobre el azabache en todo momento en espera de su respuesta, pero no decía nada, permanecía con la vista baja, por lo cual se sintió estúpido al abrirse al joven. Suspiró, volviendo a girarse en dirección a la pantalla para tomar el mando nuevamente, guardando la partida para después ir al menú principal, yendo a la aplicación de vídeos que todo el mundo conoce para poner aquellos vídeos que enseñan las millones de constelaciones acompañado de una música relajante de piano junto con un bellísimo violín, para que segundos después el moreno se volteara nuevamente hacia Keith.

First time kissing a guy. ↪klanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora