Al pasar algunos meses después de la pedida de mano de Keith hacia Lance, la pareja había contratado a algunas personas que se harían cargo de decorar el gran local en donde se llevaría a cabo el festejo de su matrimonio, al igual que decorarán el lugar en donde sería la ceremonia, querían que fuera en un lugar fuera de lo normal, se puede decir que a Keith no le agradan tanto las capillas o iglesias, se sentía incómodo en un lugar religioso y tenía miedo de que sus dueños o personas que participaban ahí le dijeran algo negativo, por lo tanto pensaron que sería buena idea a organizar la boda en un gran lugar rodeado de la naturaleza y ya sabían en qué lugar. El azabache se encontraba a un lado de una mujer de cabellos rubios, estaban conversando sobre el tipo de manteles que querían y el centro de mesa, mientras que el moreno jugaba con algunas cosas que había encontrado.
— Lance, ven.—Se llevó una mano hacia su mentón, sin poder decidir el tipo de flores que llevaría el centro de mesa, desvió su mirada hacia el moreno, quien tenía dos palillos de madera en sus fosas nasales y otros dos dentro de sus orejas, jugando frente a un gran espejo, debió admitir que le dió gracia, pero la vergüenza lo invadió, llevándose una mano hacia el puente de su nariz mientras escuchaba la risa de la mujer.— Lance.
— Soy el hombre palillo.— Se dijo a sí mismo frente a el espejo, llevándose ambas manos hacia su cintura en una pose heróica, a su mente había llegado una imagen de su niñez en donde hacía la misma pose y la misma imagen inmadura con palillos, sonriendo.— No contaban con mi astucia.
— ¡Lance!—Lo llamó de nuevo, esta vez ganándose su atención, girándose y ocasionando que los palillos cayeran al suelo, Lance asintió con suavidad, esperando a que le dijera algo o lo que sea que tenía que decirle.— Ven, por favor.
— Ya voy.— Sonrió ampliamente, trotando en dirección al azabache, deteniéndose a su lado.— ¿Qué pasa, amorcito?— Lo miró con detenimiento, aún con una sonrisa en su rostro.
—¿Tulipanes rojos o azules?— Arqueó levemente su ceja, llevándose su mano hacia su propio mentón, comenzando a jugar con su pulgar en la parte filosa de su mandíbula, manteniendo su vista sobre ese tipo de flores.— Debes de quedarte aquí para ayudarme, no me casaré yo solo, me casaré contigo, Lance.
— Lo siento, no me pude contener cuando vi los palos de madera.— Soltó una risa nerviosa, llevándose una mano hacia su nuca, acariciándola con suavidad cuando miraba al azabache.— Veamos, soy bueno para decorar.— Se estableció aquello por su propia cuenta, escuchando un chasquido de lengua que fue convertida en una ligera risa.— Las dos, combinación, Keith, combinar es la mejor opción que alguien puede hacer en la vida.
— Oh, wo, nunca pensé eso.— Su tono sarcástico lo pudo entender hasta la mujer que acompañaba a la pareja, escuchando su risa después de ese comentario del azabache.— Pero suena buena idea, tres y tres de los dos colores. En nuestra mesa pueden haber tulipanes morados, ya sabes, el color que se crea en la combinación de esos dos colores, nuestros colores favoritos. Buena idea, Lance.
— Y creían que no serviría de nada.— Se cruzó de brazos, sonriente ante las palabras que fueron como un halago para el moreno.— Ahora sigamos con los arreglos, que hay mucho por hacer. Ahora que estamos en este asunto de la decoración y todo eso, quisiera decirte que yo quiero elegir la canción que sonará en nuestra boda, cuando vayas al altar.
— ¿Quién dijo que yo tomaré el lugar de la mujer en la boda?— Se señaló a sí mismo con su dedo índice, entrecerrando sus ojos cuando siguió al moreno para dirigirse hacia otra zona en donde verían la decoración de las mesas.— ¿Desde qué puto momento decidieron eso?
— Pidge me dijo que tú te pareces más a la mujer por varias razones, así que no te quejes conmigo, quéjate con ella, ya veremos si no te golpea o algo, ya sabes cómo se pone ahora.— Lo miró de reojo, encogiéndose levemente de hombros para después volver su mirad hacia las miles de muestras de decoración de mesas.
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First time kissing a guy. ↪klance
Fanfiction- ¿En verdad es la primera vez que besas a un chico?- Preguntó el moreno, mirando al joven con el ceño fruncido, quien asintió tímidamente. - Me gustó que fueras tú el primero.- Confesó, causando que las mejillas del moreno tomaran un color rojizo...