First time kissing a guy. ↪klance

62. Regalo perfecto.

Había pasado unos cuantos días desde el aniversario de la pareja, día en donde Keith se había acobardado por completo al querer pedir su mano en la fogata, el miedo se había apoderado de su anatomía y malos pensamientos inundaron su mente, sintiendo inseguridad de la situación, por lo tanto se rehusó a decir esas palabras y guardó la pequeña caja de terciopelo rojizo en un lugar en que el moreno no pudiera encontrarlo. 

Se levantó de su cama después de haber estado largos minutos recostado sobre esta, manteniendo su vista en el techo mientras pensaba en tantas cosas que se le acumularon poco a poco en su mente, desvió su vista hacia sus manos una vez incorporado, suspirando con cansancio a la vez que volvía puño estos, ejerciendo cierta fuerza al momento de cerrarlos, tomando el valor suficiente para hacer aquello que no pudo hace unas cuantas semanas atrás en esa cabaña. Sacudió su cabeza, alborotando más sus cabellos oscuros, estos se encontraban largos ya que se había rehusado a cortarlo durante un largo tiempo, tomó suficiente aire a la vez que introducía su mano dentro de la chaqueta, sabía que los invitados ya se encontraban en el comedor conversando y en la espera de su llegada, sabían que si aún faltaban personas en la mesa no debían comenzar a cenar.

— Tú puedes...— Murmuró para sí mismo, dándose ánimos, realmente necesitaba que alguien le dijera comentarios positivos respecto a la acción que haría dentro de unas horas, sabía que el único momento en que sentía cobardía era ese, se sentía totalmente humillado por sí mismo.— Sólo... hazlo...

Salió de la habitación después de tomarse largos minutos en donde se había dado ánimos, su mano se deslizaba por las blancas paredes a la vez que su vista pasaba por cada fotografía de los hermosos momentos que la pareja había pasado juntos en distintos viajes e incluso en su antiguo departamento, haciendo que una pequeña sonrisa se dibujara sobre el rostro del azabache para después bajar los escalones hasta llegar al gran salón principal, logrando visualizar a las visitas en el gran comedor, como lo había imaginado. Nuevamente una sonrisa apareció en su rostro al mirar cómo sus amigos eran más que felices, hasta su hermano había asistido con la compañía del antiguo enemigo de Keith, Shiro y Matt se la pasaban como muchachos de dieciséis años que disfrutaban gratamente de la vida como si nada malo ocurriera, la tierna Pidge había traído a su pareja, aunque Matt siempre lo molestaba, cosas de hermanos mayores. Por otro lado, Hunk y Shay no dejaban de reír por lo bajo ante la ternura que causaba Hunk con sus comentarios y pequeñas bromas con los cubiertos, y seguido estaba Lance, pero no se veía como el típico Lance que todos sus fieles amigos conocen, en su mirada se podía ver una cierta tristeza y decepción, Keith había pensado que este año no la pasaría con su familia como siempre lo había hecho, tal vez porque faltaba el alma de su familia: su madre. Ella había fallecido por causas naturales hace unos días atrás, era más que obvio que el moreno siguiera deprimido por la pérdida de su progenitora.

— Al fin bajas, pensé que te habías quedado dormido.— Habló el moreno al momento en que pudo ver a Keith en la puerta que guiaba al comedor, se levantó de la silla, sonriéndole levemente para acercarse hacia él.— ¿Me ayudas a traer la comida? Todos tienen hambre.

— Exacto, nos estamos muriendo de hambre en tu espera.— Siguió la burla Matt, riendo junto con su esposo por lo bajo, pero la risa se detuvo y se cambió por un quejido de dolor, su hermana menor había presionado fuertemente el pie del castaño con el suyo.— Era broma, era broma, era broma...

— La única que puede molestar a esos dos aquí soy yo, Matt.— Se señaló a sí misma con su pulgar, entrecerrando sus ojos mientras miraba a su hermano con cierta molestia al sentir que le estaba quitando su lugar.

— Dolió más por el tacón...— Metió su mano por debajo de su mesa para dar un pequeño masaje a su pie por encima del zapato mientras sentía que Shiro acariciaba sus finos cabellos caoba.— Me quedaré dormido.