31. Una vil mentira.

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Tras unas semanas de unir cabos sueltos en su pequeña investigación respecto con sus padres, supuestamente, fallecidos, Keith logró contactar a uno de sus familiares que eran más cercanos a sus progenitores, por lo tanto organizó una pequeña reunión con éste en una cafetería en el centro de la ciudad. Lance ya estaba enterado de lo que su pareja hacía y lo que había logrado, lo acompañaría al lugar, aunque Keith no dejaría de sentir temor y nervios por lo que fuese a decirle el hombre que había contacto, ya que él pensaba que no tenía más familia, a no ser que no querían hacerse responsables de un niño de al menos cinco años o menos de edad. Las personas adultas odian lidiar con pequeñas mentes en formación del conocimiento.

— ¿Seguro que quieres esto?— Preguntó una vez más el moreno, la pareja se hallaba en la cafetería acordada por el azabache, sentados frente al ventanal para estar atento de las personas que pasaban.— Lance llamando Keith a la tierra, ¿me escuchas?— Lo volvió a llamar al ver que no lo había escuchado, captando su atención con los chasquidos que ocasionó con sus dedos.— Keith, ¿estás bien?

— Sí, puedo con esto, no es necesario que me hables como si fuera un mocoso.— Masculló, rodando sus ojos para cruzarse de brazos.— Sólo puedes intervenir si me molesto.

— Tú me dices que no te trate como un niño, no quiero que te contradigas.— Lo miró, suavizando su gesto.— Entiendo que esto es muy importante y te genera nervios, pero te aseguro que todo saldrá bien. Eres fuerte, Keith, la persona más fuerte que he conocido en la vida y tengo toda mi fe en ti de que seguirás con la frente en alto a pesar de la información que se te revele sobre tus padres, ¿está bien? Y con el tema de que te enojes, no va a pasar, te puedes controlar y lo he notado, tenemos como... cuatro años de conocernos, desde la preparatoria supe que te controlas por ti mismo y no necesitas de otros para saber tus límites.

— Discurso motivacional, vas progresando.— Rió por lo bajo, recibiendo un suave empujón por parte del moreno.— Gracias por esas palabras, Lance.

— De nada, greñas.— Posicionó su mano sobre los cabellos oscuros del joven, alborotando estos más de lo normal.— A pesar de que tengas cabello corto, no quita el hecho de que tu cabello siempre esté desordenado.

— No me gusta peinarme.— Respondió con una sonrisa.

Habían pedido algo sea tomar mientras esperaban a esa persona, aunque la hora de espera se les había hecho más que eterna hasta el punto en que Keith se molestara por esperar tanto tiempo, su paciencia tenía un límite dependiendo de la situación y esta era más que importante para él, no se le hacía responsable la impuntualidad de la persona, algo que Lance notó por la manera en que apretaba con su mano sus bíceps al tener sus brazos cruzados. Hasta que una pequeña campanilla resonó en el lugar, causando que la mirada de ambos jóvenes se posara en la entrada principal del lugar, viendo tres personas y una de ellas era una mujer con unos rasgos más que idénticos a los del azabache al igual que el hombre a su lado, quien tenía una cicatriz vertical en su ceja izquierda. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Keith. El trío de adultos avanzó hasta donde la pareja se encontraba, manteniendo un corto contacto visual con ellos hasta el momento en que se sentaron.

— ¿Quiénes son?— Preguntó el moreno al incomodarse por el largo silencio entre ellos.

— Ellos son los...— Respondió el hombre de cabellos oscuros, señalando a los otros dos adultos que se hallaban a sus costados.— Padres biológicos de Keith

— No son mis padres...— Musitó por lo bajo, teniendo su vista sobre sus muslos.— Nunca lo fueron, mis verdaderos padres han fallecido.

— Lo sé, pero... es mejor que los dejes hablar, Keith.— Respondió el mayor, mirando al joven con serenidad.

First time kissing a guy. ↪klanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora