34. ¿Dos Koganes?

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— Hey, Keith, no es por ser malo ni nada, pero quisiera ver el álbum de fotografías de cuando eras un niñito.— Se echó sobre el sofá a un costado de azabache, sonriéndole con cariño.— Por favooor...

— No.— Mencionó nuevamente, rodando sus ojos con fastidio ante la petición del moreno.

— Por favooooor...— Siguió, apoyando su cabeza en el hombro del azabache, rodeando su brazo.— Andaaaa...

— Que no, puta madre.— Lo miró, zafándose de su agarre con brusquedad.— Lance, me da vergüenza que veas eso y más vale que no lo toques, ¿de acuerdo?— Se levantó, acomodando sus prendas.— Iré con Shiro a por unas cosas que me tiene guardadas, como fue a Alemania la semana pasada le pedí que me trajera unas prendas y cosas para mí, y también para ti, así que no me tengo que preocupar por nada porque escondí ese álbum de mi oscuro pasado en alguna parte del departamento.

— Bien, de paso dile a Shiro que quiero una bolsa de esas galletas de chocolate que tiene guardadas en el cajón de su habitación.— Se cruzó de brazos, rodando sus ojos.

— ¿Cómo sabes que están en su habitación?— Frunció el ceño levemente al escucharlo, ganándose su atención nuevamente.

— ¿Y tú cómo sabes que es en su habitación?— Alzó levemente una ceja, mirándolo con una leve sonrisa coqueta.

— Ambos nos quemamos.— Afirmó, suspirando.— Vengo en media hora, Lance.

— Sí, sí, sí.— Agitó levemente su mano de arriba hacia abajo, desviando su vista hacia la pantalla del televisor hasta que el sonido de la puerta cerrándose hizo que el moreno se levantara con rapidez del sofá.— Hora de buscar, Lance.— Se dijo a sí mismo, llevándose ambas manos hacia su cintura para comenzar a revisar la habitación en donde se encontraba con la vista, tratando de hallar alguna pista sobre dónde había escondido aquel álbum de su niñez.

Tras algunos minutos de estar buscando aquel dichoso álbum de fotografías, logró encontrarlo en el lugar menos esperado: debajo de la cama del azabache, haciendo pensar a Lance que era el mejor escondite del mundo, claro, sarcásticamente. Salió dela habitación para dirigirse hacia la sala principal, en donde tomó asiento en el sillón, suspiró con emoción, llevando su mano hacia el borde del grueso libro donde tenía guardado el pasado de su pareja, lo elevó con lentitud, guiñándolo hacia su lado izquierdo y una pequeña sonrisa apareció en su rostro al ver la primera imagen, se trataba de Keith de pequeño con prendas de colores cálidos y un pequeño gorro sobre su cabeza, al parecer estaban en una época donde el frío era intenso, aunque hubo algo que encendió su curiosidad, un bebé idéntico al azabache se encontraba a su lado, pero éste tenía cabellos sumamente blancos, casi no distinguía si en verdad contaba con cabello o era calvo. Prosiguió, sin tomarle tanta importancia a eso, viendo la segunda fotografía donde estaba el pequeño Keith en brazos de una mujer de cabellos rubios en un lugar un tanto diferente, Lance pensaba que apartir de ahí eran fotografía dentro del orfanato. La tercera fotografía mostraba al pequeño acompañado de aquel albino, "vaya que son idénticos", era el pensamiento que pasaba por la mente de Lance al comenzar a ver más a ese bebé en las siguientes fotografías, hasta que se topó con una donde mostraban a ambos en brazos de diferentes parejas, era más que obvio que se trataba cuando los habían adoptado a la edad de cinco años, y en aquella fotografía salía Shiro, rodeando al azabache con una gran sonrisa y brillo en sus ojos, entendía la emoción de al fin tener un hermano, aunque no sea de tu misma sangre.

— ¡Te dije que no lo vieras!— Se escuchó la voz del azabache, asustando al moreno y causando que dejara caer aquel libro al suelo.— ¡Lance!

— ¡No me grites, soy delicada!— Se quejó, recogiendo con rapidez el álbum del suelo para levantarse del sofá antes de que el azabache comenzara a perseguirlo.— ¡Espera, espera, espera!— Lo detuvo, apegando el libro a su pecho mientras que su otro brazo era estirado, mostrándole la palma de su mano.

First time kissing a guy. ↪klanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora