Capitulo 60

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Gabriel

Al salir del baño divisé a Daniel y a Michael en la ventana como abejas a la miel. Me acerqué para ver los que observaban y mi sorpresa fue grande al ver a Emma y a Andrés besándose.

—Mi hermanita—dije corriendo a la puerta. Daniel y Michael me dijeron de los brazos con fuerza evitando que saliera de la casa. Mis celos de hermano menor comenzaron a salir, lo único que quería hacer era que Andrés deje de besar a mi hermana.

—Lo siento Gabriel pero es por una buena causa—dijo Michael.

—Mi pobre hermanita, necesita de mi...

—Se trata de la felicidad de nuestro hermano—dijo Daniel.

—Pero Emma es solo una niña—dije tirándome al suelo—. Mi pobre hermana.

Ambos me soltaron,  me tire al suelo y abrace mis piernas para consolarme.

—Y decía que no quería a su hermana—comentó Daniel sobre mí.

Emma

Quería que este momento durará por más tiempo, pero el sonido del celular de Andrés nos separó.

—Hola, papá—dijo tomando la llamada—Si. ¿Qué? ¿Ya está en el quirófano?. Si,  iremos enseguida.

—¿Que pasó?—pregunté al cortar la llamada.

—Se están preparando para la operación.

Ambos corrimos hacia la casa.  Al entrar encontré a mi hermano en el suelo y a Michael tomándole fotos.

—¿Qué  pasó?—preguntó Daniel saliendo de la cocina.

—Tenemos que regresar—habló Andrés—La van a operar.

—¿Qué?—Gabriel se levantó del suelo.

—Demonos prisa—dijo Michale saliendo de la casa.

No tuvimos tiempo ni de empacar nuestras cosas, la tía Alice era mas importante ahora. Durante todo el camino permanecimos en silencio rogando que todo salga bien. Había trafico,  y eso hacia que la desesperación aumente a tal punto que Michael comenzó a maldecir tras el volante.

Al llegar al hospital tras una hora y media  de tráfico corrimos hacia el quirófano. Fuera de él estaban mis padres y el tío Jesús.

—Papá,  ¿Cómo está?—preguntó Andrés acercándose al tío Jesús junto a sus hermanos.

—Estamos esperando los resultados.

Mi madre se acerco a nosotros y los abrazo a ambos. Su vientre estaba cada vez más grande. Me preocupaba verla pasar por situaciones triste.

—Todo estará bien—dijo tratado de calmarnos.

Mi padre se levantó de la silla y caminó hacia nosotros.  Nos abrazo a los tres, ahora podría decir que nos sentíamos como una verdadera familia,  por primera vez después de tanto tiempo pude sentir el calor del amor familiar,  la noticia de la tía Alice logró unirnos un poco.

En pocos minutos el doctor salió del quirófano junto a una enfermera. La enfermedad seguió  de largo mientras que el doctor se detuvo a hablar con nosotros.

—¿Cómo está mi esposa?—preguntó el tío Jesús.

—Afortunadamente la operación fue un éxito—la noticia logró alegrarnos a todos—Pero...  Necesita quedarse por más tiempo para que pueda recuperarse del todo.

—Si entiendo, ¿puedo verla?—el tío Jesús si que estaba completamente enamorado de la tía Alice.

—Me temo que tendrá que esperar hasta que la anestesia pase.

—Bien, gracias doctor.

—Fue un placer, tiene una esposa muy fuerte.

—Sabía que todo estaría bien—dijo Daniel abrazando a su padre y hermanos.

—Debemos irnos—dijo mi padre—. No dudes en llamarme.

—Bien, gracias amigo.

—Adiós Jesús.

—Adiós Helena,  adiós chicos.

—Adiós tío Jesús—hablamos en conjunto Gabriel y yo. Mire por ultima vez a Andrés, me regaló una linda sonrisa la cual no dude en devolverle a medida me alejaba.

Entramos al auto se papá salvo mamá.

—¿No vendrás con nosotros?—preguntó papá.

—Iré a la oficina.

—Puedo llevarte

—No hace falta, gracias—dijo comenzando a caminar.

Por el momento pensé que todo volvería a ser como antes pero volví a la realidad, mamá aún no perdonaba a Papá, y tampoco Gabriel por el hecho de que gracias a él mamá se fue de la casa.

Gabriel salió del auto de papá  y corrió tras mamá,  amos entraron a un taxi y se marcharon hacia la oficina, pude aver salido tras ellos pero preferí quedarme.

Papá se quedó en silencio, le dolía ver a su familia destrozada.
—Papá...—dije llamando su atención—¿Qué  tal si vamos al cine?

Mi padre sonrio desde el espejo, y encendió el auto. Lo estaciono en la planta baja del centro y subimos hasta llegara al patio de comida, donde se encontraba el cine.

Papá  me dejo escoger la película, compró un combo grande de palomitas y gaseosa para los dos y entramos. La última vez que salí con él al cine fue cuando tenia 4 años.

Recuerdo que Gabriel le tenia miedo al fuerte sonido que causaba la película así  que papá lo dejo en la guardería del centro, claro que mamá nunca se entero de eso, ya que si lo hacia papá estuviera muerto por haber dejado a Gabriel solo en una guardería.

Me alegraba pasar tiempo con papá, en el fondo mi corazón lo habia perdonado solo que no era capaz de decirlo.

Gabriel

Al llegar a la oficina de mamá mi mamá se tiro al sofá, se notaba cansada, muy cansada,  no debería estar así, podría causarle problemas a la bebé.

—¿Mamá?

—Estoy bien.

—¿Segura? ¿Quirés que llame a alguien?

—No hace falta cariño estoy bien—dijo acariciando mi rostro. Extrañaba sus caricias, queda decirle como me sentía,  queria contarle todo y que apesar se todo me dijera que me amaba.

—Mamá... —mis lágrimas amenazaban en salir.

Mamá se sentó en el sofá y me abrazó con fuerza, lo necesitaba,  necesitaba tenerla cerca.

—Todo estará bien—dijo en voz baja.  Era justo lo que quería escuchar.

Maldita SensaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora