Antes de que me maten quiero decirles algo muy importante. Aun que posiblemente no me crean, estuve escribiendo en wattpad todo este tiempo en secreto. Mis padres no lo sabían hasta hace un buen tiempo. Ellos odian verme escribir, y por eso me aleje de lo que me gusta hacer. Lamento si les hice pasar muchas molestias. Llegue al acuerdo de terminar este libro y "acabar" con la escritura, y pongo entre comillas porque en realidad lo que haré es crearme otra cuenta xd para seguir con esto. Estoy agradecida por todo el apoyo. En serio, muchas gracias.
Jane
Si había sido muy difícil decirle a Gabriel que me iba no me imaginaba el como seria que me despidiera de él. Sé que me odiaría. Pero aun que me duela, el ya tenia un camino que seguir, tenia una empreza, una hermosa familia, y yo... yo solo tenia a mi madrina. Era duro pero cierto.
Me había despedido de los abuelos de Gabriel. Había llegado al acuerdo de dejar a Bobby al cuidado del abuelo puesto que ambos se habían acostumbrado a estar juntos.
Intenté buscar a Gabriel, peor cada que iba a su casa el no estaba. También intenté llamarlo, pero no contestaba. Supongo que ya no volveré a verlo.
—¿Lista?—me preguntó mi madrina al llegar al aeropuerto.
—No—respondí reteniendo las lagrimas.
—En el futuro me lo agradecerías—dijo acariciando mi cabello.
Gabriel
—¿Cuanto tiempo seguirás así?—me preguntó Emma desde el marco de la puerta.
—...
—Te ves ridículo. ¿Que pasó con tu optimismo? ... ¿te quedaras aquí sin hacer nada mientras ella se va?
—¡Quieres dejarme en paz! Te vas a casar, deberías estar preparando todo para tu boda en vez de estar aquí molestando.
—¿Crees que podría hacer eso sabiendo que mi hermano esta aquí, lamentándose a solas?
—Largare, Emma.
—Bien... solo espero que al final no tengas que lamentarte por el resto de tu vida.
Era odiosa, pero tenia toda la maldita razón.
Me levanté de la cama y salí de casa con dirección a la empresa de mi padre. Hoy me indicaría mis labores, y me daría un puesto en la gerencia para hacer mis practicas. Al menos me tranquilizaba ver que mi padre empezaba a apoyarme.
Al llegar me dirige a su oficina, y tomando asiento en el sofá empecé a escuchar su larga y aburrida introducción a mi primer trabajo en su empresa.
—Se que hemos tenido muchas bajas, pero sé que esto logrará unirnos no solo como familia si no como amigos...—empezó a decir—. También espero que....—la verdad es que no me interesaba, en mi mente solo estaba Jane—... Gabriel... ¿Me estas escuchando?—y nadie mas que ella—....¡Gabriel!
—¡Ah!... Dime.
—¿Has prestado atención a lo que te estoy diciendo?
—...
—¡Ay!... es como hablar con la pared.... sabes, esta es una gran oportunidad para ti, y la estas perdiendo.
—¿perder?
—Si, perder. Tienes un gran futuro, pero solo estas ahí sentado sin escuchar y sin hacer nada. Así nunca triunfaras.
—Tienes razón—mi padre se sorprendió al oirme—. Tienes toda la razón papá.
—¿A donde vas?—preguntó al verme de pie.
—A triunfar papá. Iré a buscarla.
—¿Qué? ¡Gabriel! ¡Regresa!
Soy un imbécil, un imbécil, un completo imbécil. Lo tengo todo, y lo estoy perdiendo sin hacer algo al respecto. Necesito a Jane, no puedo hacer esto sin ella.
Tomé un taxi, y sin perder las esperanzas logré llegar al aeropuerto, aun que no sabia si a tiempo. No tenia dinero para un boleto, pero si tenia la tarjeta que mi padre acababa de sacar para mi en caso de emergencias, y esta lo era.
Jane
Había pasado una hora y por fin ya estábamos dentro del avión aguardando a despegar. Mi madrina había aprovechado para tomar una siesta, yo había estado planeando escapar, pero no podía hacerle eso. Seria muy cruel. Suspiré y queriendo sacar a Gabriel de mi mente intenté dormir, pero era difícil. Había mucha bulla, algunos pasajeros se quejaban y no sabia por qué. Hasta que...
—¡Jane!—dijo Gabriel sujetando mi rostro con toda la frente empapada de sudor.
—Gabriel, ¿Que haces aquí?
—Me voy, me voy contigo.
Sonreí y de inmediato me lancé a sus labios.
—¿Que esta pasando aquí?—preguntó mi madrina.
Gabriel se abrió camino entre mis piernas para poder sentarse al medio de nosotras, y una vez sentado volteo a mirar a mi madrina.
—Buenas tardes—dijo agitado—. Soy novio de su ahijada. Muy pronto seremos familia, créame. Por favor cuide de mi como si fuera su sobrino.
Mi madrina lo miraba asombrada, y yo no podía evitar reír.
Emma
Había salido con la tía Alicie y con mi madre a reservar el local en el que haría mi boda. La tía Alice insistió en ser el mismo lugar en el que ella se casó, y no pude decirle que no.
—¿Ya elegiste a tus padrinos?—me preguntó la tía Alice.
—Estaba pensando en Gabriel y Jane, pero ella se ira, y dudo que mi hermano tenga ganas de celebrar.
—Es una lastima—dijo Alice.
—¿Lastima?—preguntó mi madre sorprendida—. Hace poco hable con tu padre. Me dijo que Gabriel había salido corriendo de su oficina gritando que iría a traer a Jane.
—¿Enserio?—me sorprendí.
—Si.
—Ay! que buena noticia—dijo la tía Alice—. tendrás una hermosa boda, y quizá hasta muy pronto tengamos que celebrar otra.
—Ah... eso espero—mencionó mi madre—. Así Gabriel pueda sentar cabeza al fin.
—Yo creo que ya lo hizo—opiné.
Pero lo que ninguna sabia era que Gabriel planeaba quedarse con Jane y no volver por al menos un par de días. Y aquello lo deducimos al ver que Gabriel no había vuelto en tres días.