Alex
—Mamá—dije entrando a la habitación—Te llegó correo. Proviene de un albergue. ¿Es otra de tus obras de caridad?
—Sabes que me gusta ayudar a personas quienes lo necesitan—respondió tomado el sobre.
—Bueno, debo irme.
—¿A dónde?
—Saldré con Violetta.
—Ah, ella—dijo sin ánimos, a mi madre no le agradaba del todo Violetta, pero de alguna forma de guadaba sus comentarios respecto a ella.
—Regreso temprano—dije dándole un beso en la frente.
Salí de casa y entre al auto. Conduje en dirección a casa de Violetta. Frené de golpe al ver a un tipo atresarse por la carretera, por poco lo atropello, me sorprendí al ver que nisiquiera se detuvo para ver lo que casi ocasiona al cruzar la carretera de esa manera, parecía tener mucha prisa, demasiada como para no darse cuenta que un auto estuvo a punto de atropellarlo.
Seguí con mi camino, pero esta vez mas alerta, así no podre cruzarme con otro desquiciado.
Miranda
Sostuve el sobre en las manos, miré aquel sello adornado como si fuera una pieza de arte sumamente importante.
—¿Lo piensa abrí?—oí la voz de nana tras el marco de la puerta.
—Nana, no tenia idea que estabas aquí—agregué con una sonrisa.
—Últimamente la veo muy decaída ¿se encuentra bien?—preguntó sentándose a mi lado de la cama.
—Trato de sobrellevar esto.
—¿Lo dice por el joven Alex?
—Es lo único que mas me importa en esta vida.
—¿Por qué dice eso?—preguntó confundida.
—Ay nana—cometé recparándome en su hombro—Acabo de arruinar la vida de mi propio hijo.
Emma
Mientras me duchaba escuché el sonido del timbre. Miré discretamente por la ventana de mi habitación, pero no pude ver nada. Me vestí lo más rápido que pude y baje a ver de quien se trataba. Al abrir la puerta Daniel se abalanzó sobre mí. Estaba agitado, la forma de su respiración lo delataba.
—¿Dani–Daniel? ¿Que haces aquí?
—Tu, Tienes que—se tomó un tiempo para recuperar el aliento—Tienes que ir conmigo.
—¿Qué? ¿ Adónde?—Daniel me tomó del brazo y en un rápido movimiento me sacó de mi casa—Espera, ¿Adónde me llevas?
—Ya lo veras.
—No—dije deteniendolo—No iré a ningún lado sin ninguna explicación.
—¡Oh vamos!—dijo pisoteando el suelo—Corrí hasta aquí los más rápido que pude, casi me atropellan ¿y tu me tratas así?
—Esta bien, lo siento, iré contigo.
Una encantadora sonrisa se formó en el luego de escúchame decir "iré contigo". Me tomó de la mano y comenzó a correr. Daniel corría muy rápido, demasiado, por poco estuve a punto de caerme. Nos detuvimos en la casa del tío Jesús.
—¿Que hacemos aquí?—pregunté confundida.
Daniel tocó la puerta, esperamos unos segundos y esta fue abierta por la tía Alice. Me miró con un sonrisa, estaba igual de hermosa como siempre.
—Mamá—dijo Daniel—Cumplí con mi deber.
—¿De–Deber? ¿Qué deber?
—Es una sorpresa—dijo la tía Alice.
Daniel soltó mi mano, se acercó a su madre y le deposito un tierno beso en la mejilla para luego entrar en la casa. Estaba confundida, muy confundida.
—Ven, vamos—dijo la tía Alice.
caminé tras de ella, entramos al auto y este echo a andar. No sabia donde me llevaba, pero saber que estaba junto a la tía Alice me calmaba. Me preguntaba que clase de sorpresa me dará.
—¿Cómo va el embarazo de tu madre?—peguntó con un dulce tono de voz.
—Bien, un par de meses más y la bebe nacerá.
—¿Como sabes que es una niña?
—Mamá lo presiente, y papá confía en el presentimiento de ella, así que no hace falta una ecografía para saberlo.
Ella sonrío tierna a mi respuesta. Mi miró con dulsura y acomodó un mechón de mi cabello tras mi oreja, esto me hizo acordar a mamá. La tía Alice era la persona mas dulce que conocía.
El auto se estacionó frente a una tienda de vestidos. Era esa típica tienda en donde solo asisten las personas con mucho dinero, nunca me gustaron esta clase de lugares, ya que de alguna manera despertaban a las personas con pocos ingresos.
Bajamos del auto, la tía Alice rodeo su brazo con el mio, el hombre de traje nos abrió la puerta y con una palabra de "Bienvenidas" nos dejó entar. Sin duda el lugar era hermoso, esto me hizo acordar a mamá, diciendo que papá la llevaba a esta clase de lugares cada que quería llevarla a una reunión muy importante. Me preguntaba si esta aquí porque la tía Alice me quita llevar a una reunión muy importante también.
Caminamos cerca a las telas que colgaban de los estantes. Todas de colores muy bajos y presiosos, parecia un sueño ver todo esto.
—Siempre me gustaron los colores bajos—dijo acariciando una de las telas.
—No se mucho de vestidos ya que no suelo usarlos con tanta frecuencia, pero el color es hermoso.
—¿Te gusta este color?—preguntó señalando la tela celeste. Un celeste opaco y de muy buena presencia.
—Esta hemoso—dije acariciando la tela—Se parece al vestido de mamá.
La tía Alice sonrío, una de las trabajadoras se aserco a nostras ella le dijo un par de palabras que no pude escuchar muy bien, luego la trabajadora caminó hacia mi.
—Venga por aquí—dijo la trabajadora.
Mire a la tía Alice, ella me mostró confianza con una dulce sonrisa. Asentí y seguí a la trabajadora. Me llevó a una de las habitaciones del lugar, me tomo las medidas de mi cintura, brasos y hombros.
—¿Lo prefieres largo o corto?—preguntó ella.
—Que sea largo—respondió la tía Alice entrando a la habitación—Hará mucho frio esa noche.
—¿Noche?—no entendía a lo que se refería, ¿Adónde me llevaría?
La trabajadora midió mi altura y luego se adentró a una pequeña habitación dentro de esta.
—¿Por qué todo esto?—pregunté confundida.
—Este Sábado será una reunión muy importante donde muchos de los empresarios se reunieran. Andrés ira y necesita una pareja, y quien mejor que tu.
—Pero yo no soy de ir a ese tipo de fiestas.
—Es muy importante para él.
—¿Enserio?
—Él no sabe que estas aquí, mucho menos que iras con el a la reunión.
—¿Significa que es una sorpresa para él?
—Así es.
—Bueno, si es tan importante para el, entonces supongo que no me vendría mal ir.
La tía Alice sonrió, me abrazó y acaricio mi cabello. Aun que no me gustaban las fiestas, haría esto por Andrés, después de todo es mi deber como novia acompañarlo a esta clase de reuniones.
—Solo recuerda no decirle nada.
—Esta bien, no diré nada—dije sonriendo.