Manuel
-¿Su sobrino?-preguntó la mujer.
Mire a Alex y sin quitar la mirada de él comencé a hablar.
-Hace unos 20 años perdí a mi hermana. Resuelta que estaba embarazada, y lamentablemente ella falleció. En ese momento yo no estaba presente así que no puede hacer nada por ella. El bebe que nació fue entregado a un orfanato, y resulta que fue adoptado a los pocos meses…
Fui interrumpido por la mujer.
-No estoy entendido, ¿eso que tiene que ver con mi hijo?
-Tiene que ver que…su hijo es mi sobrino.
La cara de la mujer cambio drásticamente mientras que Alex en instinto se levanto bruscamente del sofá riendo de forma irónica.
-¿Espera que le creamos? -sonrió- Es usted muy gracioso señor.
-No es una broma Alex-le dije-. Eres mi sobrino.
Se quedó inquieto y en busca de ayuda miro a la mujer que llamaba madre.
-Mamá has que se vaya-le dijo.
Por su parte, ella se encontraba en estado de shock sin saber que decir ni que hacer.
-Alex-dije.
-Mamá has que se vaya-volvió a decirle.
Pero ella seguí sin decir nada.
-Alex eres mi sobrino.
-¡Mamá habla de una maldita vez!-le grito a lo que la mujer soltó la primera lágrima.
Con los ojos lagrimosos miro al techo y subió a su habitación ignorado mis llamados y los de su madre
La mujer se levantó del sofá y subió las escaleras tras Alex.
Alex
Entré a la habitación y mi madre entro tras de mi. Hacia todo lo posible para no llorar pero me era totalmente imposible, desearía que sucediera lo peor antes de que mi madre no fuera quien en verdad pensaba.
-Alex-dijo-Alex hijo, escucharme.
-¿Me dirás que es cierto?- le dije sin mirarla-. ¿Me dirás que todo lo que dijo ese hombre es cierto?.
-Te diré la verdad hijo.
-Eso me dijiste la última vez.
-Pero esta vez te la diré Alex, ya no puedes seguir viéndote así por mi culpa-empezó a llorar-. Tu mereces conocer tu origen.
-Dilo.
Se acerco a mi, y se arrodilló tomando mi mano sin poder contener sus lágrimas.
-Mucho antes de que tu llegaras a mi hice cosas muy malas, las cuales no merecen una segunda oportunidad pero quise intentar cambiar mi vida y alejarme de mi pasa y es ahí cuando decidí hacer una obra de caridad y decidí invertir en un orfanato.
Una lágrima llena de dolor salió de mi al escucharla decir la palabra orfanato. Ella inmediatamente seco mi lágrima a lo que tome su mano y la coloque en mi mejilla.
-Yo te vi-me dijo con ternura-. Te vi todo indefenso, no parabas de llorar, tenías apenas dos meses, y no pensé en mas que cuidarte.
-Mamá…-musité entre lagrimas.
-Tu eras esa oportunidad que tanto estaba esperando, y te lleve conmigo.
No dejabas de llorar pero cada vez que te cargaba y sentías el calor de mi pecho te calmabas. Paso el tiempo y tu me llamaste por primera vez mamá, contigo a mi lado era mas que suficiente para sentirme completa.