Emma
Sin saber que hacer Andrés y yo entramos al auto, durante el camino ninguno se atrevía a hablar, supongo que era la vergüenza.
Andrés estaciono al auto frente a mi casa. Antes de desabrochar mi cinturón Andrés decidió romper el silencio.
-Sobre el beso... –Dijo tomando el volante con ambas manos. –No le digas a Gabriel. –Dijo sonriendo, eran las mismas palabras que dijo la primera vez que me beso.
No sabía que responder, claro que no le diría nada, este beso se sumaría a nuestro secreto.
-Yo... debo irme. –Dijo con la mirada agacha.
-Sí, entiendo, nos vemos mañana. –Dije librándome del cinturón.
-Quiero decir que... –Se quedó en silencio por un rato. –Me iré de viaje.
-¿Qué? –Dije confundida, no que se quedaría.
-Surgió un inconveniente en la empresa de mi padre y... tengo que viajar. –Dijo con la mirada fija en mí.
-¿Por cuánto tiempo te iras?
-Por unos meses. –Dijo soltando un suspiro desahogado.
Sinceramente no quería que se vaya, quería que pasara tiempo con nosotros como antes, pero al igual que mi padre, Andrés se había convertido en un hombre de negocios.
-Entiendo... –Dije sin ánimos.
-No estés triste. –Dijo tomando mi mano. –Tratare de volver pronto.
-Gabriel se pondrá muy triste. –Dije volviendo a sonreír.
-¿Y tú?, ¿También te pondrás triste por mí? –Su pregunta me tomo por sorpresa, no sabía que responder, Andrés me dejaba sin palabras.
-Sí, me pondré triste. –Dije, realmente me puse triste la primera vez que se fue a estudiar al extranjero, y saber que nuevamente se tendrá que ir me hacía entristecer.
-Emma... –Dijo tomándome del mentón. Lo mire fijamente aun que me costaba mantener la mirada fijada en él, me sentía nerviosa, después del beso era lo más lógico que este así. –Quiero que seas mi novia.
Abrí mis ojos de par, yo, novia de Andrés... Era demasiado bueno para mí.
-Yo... –Andrés me interrumpió.
-No es necesario que me respondas ahora –Dijo. – Solo quiero que lo pienses, no quiero obligarte a nada, todo este tiempo que estaré fuera te servirá para pensarlo, pero al regresar necesito una respuesta.
Asentí con la cabeza. Vaya que tenía mucho que pensar. Un chico lindo, inteligente, de buena familia no se consigue tan fácilmente.
Salí de su auto con dirección a mi casa, Andrés no se marchó hasta verme entrar a mi casa, si que era un chico muy lindo.
Subí a mi habitación, al abrir la puerta me topé con Gabriel sentando al borde de mi cama.
-Llegas tarde. –Dijo cruzándose de brazos. – ¿Dónde estabas?
Actuaba como si fuera mi padre, ni siquiera mi padre me hacia ese tipo de preguntas.
-No te incube – Dije colocando mi mochila sobre mi escritorio.
-¿Acaso hiciste algo malo? –Pregunto arqueando una ceja.
La imagen de mi beso con Andrés vino a mi mente luego de escuchar esa pregunta. No debía ponerme nerviosa, debía estar calmada.
-¿Crees que soy como tu? –Dije. –Ya deja de interrogarme, se ve ridículo.
Gabriel se levantó de la cama con dirección a mí.
-Sé que algo me ocultas, pero no asistiré en saber, después de todo me terminare enterando. – Dijo marchándose de mi habitación.
Gabriel sí que era entrometido. Me deje caer en la cama con los ojos cerrados, seguía sin creer que Andrés me dijera que fuera su novia, ya me imagino la cara de Gabriel si se llegara a enterar.
Yo, novia de Andrés... nuestras familias se llegarían a unir más de lo que ya están si empezará a salir con él. No creo que mi padre se interponga, ya que es hijo de su mejor amigo, y mi madre estaría más que feliz, bueno tal vez mi hermano me odie por el resto de su vida pero bueno, puedo vivir con eso.... Espera, ¿Qué hay de Alex?
