Capitulo 67

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Helena

Mientras preparaba el desayuno recibí un mensaje de Manuel. Al parecer quería que lo acompañe a elegir un regalo para su hermana. Hoy era el aniversario de su muerte, un bonito detalle para su hermana demostrando todo el amor que sentía no nos vendría mal.

—¿Quien es?—preguntó Nathaniel llevando la taza de café a los labios.

—¿Hoy podrías quedarte con la bebe? Es que tengo que ir por unas cosas.

—¿No quieres que te lleve?

—No es necesario, iré con Manuel, iremos a visitar la tumba de Camila y quisiera comprarle algo lindo también.

—Bueno, de todos modos hoy tengo todo el día libre. Me llamas si necesitas algo ¿de acuerdo?

Asentí, tome a Nathaniel de las mejillas y me incliné a darle un beso en los labios. Me sentía extraña, volver a besarlo después de todos estos problemas era realmente algo abrumador.

—Nos vemos en la tarde—dije saliendo de la cocina.

Gabriel

Abrí los ojos topandome con un insoportable dolor de cabeza. Trate de levantar la mirada para ver en donde estaba pero lo único que alcazaba a ver era el techo. Esta no era mi habitación de eso estaba seguro... Pero ¿donde estoy?

Gire mi cabeza aun lado topandome con el rostro de Andrés. Wou si que es muy lindo, si fuera mujer andaría de zorra tras el.

Un gran dolor de cabeza vino a mi al recordar todo lo sucedido.

—Maldita sea bese a Jane—dije sentándome en la cama. no fui consciente del alto tono de mi voz.

Andrés abrió los ojos y se sentó imitando mi posición.

—No te vez bien—dijo medio sonámbulo.

—Andrés la bese ¿en verdad la veces?

—¿A quien?

—A Jane, ¿la bese si o no?

—Pues yo diria que ella fue la que te beso... Además que empezaste a insinuartele en la recepción.

—Pero que rayos—dije golpeando mi rostro con mis manos.

—¿No recuerdas nada?

—Solo algunas partes. Ah... Debo ir a disculparme ¿donde está?—dije levantándome de la cama.

—Están en la habitación de en frente.

Salí de mi habitación y toque su puerta. Emma abrió la puerta y al verme se recostó en el marco de la puerta examinadome con la mirada.

—Pero mira lo que trajo el gato. ¿Ya se te paso lo borracho?

—Emma puedo hablar con Jane.

—Esta ocupada.

—Gracias—dije entrando a la habitación.

—Oye espera ¿que parte de esta ocupada no entiendes?

Me detuve frente a ella. Se encontraba al pie de la cama agarrándose el cabello. Me miro sin expresión alguna, es como si no recordará todo lo de la noche. Por una parte no me vendría nada mal que no recordará ya que me le insinué a acostarse conmigo.

—Yo... Iré a la cafetería por algo de beber—dijo Emma dejándonos a solas. Ella cerro la puerta para darnos mas privacidad.

—Yo...

—Dejame adivinar—dijo ella—estas aquí para disculparte.
Mierdad si lo recordaba.

—Eh... Si,  es que yo... No debí.

—Te dije que te ayudaría en cualquier cosa que eligieras y eso haré.

No me aguante las ganas y la abracé, pero inmediatamente me separo de ella.

—No lo hagas, se sienge raro.

Reí, Jane no era de las personas a las que estoy acostubrado, ella era seria. Pero eso me gustaba en parte.

Alex

—Hola, estoy aquí por la donación al orfanato—dije frente a la caja.

—Si, Jessica ve al almacén por favor—dijo la mujer frente a la computadora.

—Hola quisiera llevarme esto—oí decir a mi lado. Se trataba de una pareja. Al girarme a ver reconocí a la mujer. Era la madre de Emma. Pero estaba acompañada de otra persona.

La mujer me miró y con una sonrisa me reconoció.

—Hola—dijo ella.

—Buenos días señora—dije.

Su acompañante se giró a verme pero por un corto tiempo ya que la cajera llamo su atención entregandole su pedido.

—Gracias—dijo el hombre empezando a caminar.

—Adiós Alex—dijo la madre de Emma.

—Adiós señora.

—Aquí tiene—dijo la ayudante etregandome la caja de donaciones.

—Garcías, hasta luego—dije empezando a caminar.

Helena

—¿Un compañero de Gabriel?—preguntó Manuel entrando al auto.

—Ah... Si, si.

Dije algo inquieta. No podía decirle que era hijo de Nathaniel, lo mataría y me dejaría viuda.

Al llegar al cementerio buscamos la lápida de Camila. Un inmenso dolor en el pecho se forjó al instante. Ahí estaba mi mejor amiga, enterrada bajo una fría lápida de piedra. Camila... ?En que momento fue que dejamos de vernos?.

Emma

—¿Que harás después de esto?—pregunté abrazándolo.

—Tengo que ir a la oficina... Pero... Lo dejaré para mañana, quiziera pasar mas tiempo contigo—dijo Andrés besando mi frente.

—Ya estamos aquí—dijo Gabriel haciendoce presente junto a Jane.
Los cuatro entramos al auto, Andrés empezó a conducir en dirección a casa de Jane. No dejaba de mirar por el espejo del conductor a Gabriel y a Jane, ambos se encontraban observando el paisaje cada uno por separado. No eran capaces de crusar palabras o algunas miradas. Si que eran extraños,  y eso que Gabriel es muy conversador.

—Garcías—dijo Jane bajando del auto.

Todos nos despedimos menos Gabriel quien solo se dedicaba a observar el como se iba alejando. 
—¿Entonces arregaste las cosas?—pregunto Andrés.

—No era necesario, ya todo estaba arreglando—respondió Gabriel.

—Es alguien realmente extraña.

—Si,  ni lo digas.

No entendía a lo que se refería perfectamente así que solo me quede en silencio a escuchar lo que hablaban.

—Pero es linda—comentó Andrés.

—Si, lo es—respondio mi hermano.

Alex

Al llegar a olfanato deje la caja en el mostrador. No habia nadie en la sala de espera así que deje la caja y decidi ir al patio de juego. Algunos niños jugaban a mi alrededor. Me senté en una banca para contemplarlos mejor.

Una niña se calló al suelo después de estar corriendo, quise levantarme a ayudarla pero un nombre se me adelantó. Era el mismo del centro. Me pregunté si la madre de Emma estaba con el, pero no había rastro de ella.

Una de las madres del orfanato se acercó al hombre. No alcanzaba a escuchar mucho de lo que hablaban pero si no me equivoco hablaban sobre un papeleo.

La madre se dio cuenta que la observaba y rápidamente dirigió la mirada sobre mi. Un gesto de preocupación se lleno en su rostro. Tomo al hombre de la mano y entraron a una de las habitaciones cerca al patio.

Me celular vibró, era un mensaje de mamá. Quiero que regresara ya era medio día, queria que regresara a almorzar con ella.

Me levanté de la banca y salí del orfanato.

Maldita SensaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora