Gabriel
La vida de universidad me empezaba a aburrír, y eso que ni aun llevo la mitad de mi carrera. Definitivamente esto no es para mi, no entiendo como papá espera heredarme la compañía sabiendo que soy un completo desastre.
Como todos los días despues de clase, me senté en el sofá a jugar videojuegos. Mi mente me juega una mala pasada, no logro consentrarme bien, lo único que mi mente me hace recordar son los moretones que Franck dejo en el rostro de Jane, y aun mas el hecho de que siga al lado de Juan. Si tan solo Jane supiera lo que estuvo haciendo hoy en la cafetería.
No, esto es demasiado para mí, tengo muchas preguntas que rondan por mi cabeza y mas que todo ¿Qué pasó con nuestra venganza?
Sin pensarlo dos veces me levante del sofá y salí en dirección a casa de Jane.
Caminé hasta llegar al parque en donde vi a Molly, la hermana de Jane, estaba paseando a esa bestia que llama perro.
—Molly—dije caminando hacia ella.
La pequeña se dio vuelta regalándome una tierna sonrisa.
—Hola, ¿Quieres acariciar a mi perrito?
Mire al perro, quien no dejaba de babear.
—Ah, no gracias. ¿Dónde esta la gruñona de tu hermana?
—Jane salió con un amigo.
—¿Un amigo? ¿Qué clase de a...
—Molly—fui interrumpido por Jane, quien venia en dirección a nosotros.
—Hermanita, volviste—dijo abrazándola.
Jane levantó la mirada hacia mi.
—¿Qué haces aquí?
—Siempre tan amable—dije sarcástico.
Ignoró mis palabras y acaricio a su perro.
—Bobby te extraño mucho—dijo la pequeña.
—¿Enserio?—dijo imitando las voz de la niña— Yo también lo extrañe mucho.
Wou, cuanto amor por un animal, me pregunto si le dirá lo mismo a Juan.
—¿Podemos hablar?
—Molly, ve a jugar.
La niña asintió y se llevo al perro consigo para luego perderse entre los árboles y arbustos del parque
—Tu... —dije señalandola con el dedo— Eres una mala cómplice.
—¿Qué?
—¿Qué pasó con nuestro pequeño trato? Parece que eres de las que olvidan muy fácil.
—¿Pero que dices?
—Lo sé todo, te vi, te vi con mis propios ojos.
—¿Ver que?
—Regresaste con Juan.
—¿Qué? Claro que no.
—Te vi ayer, si que te gustan los besos.
—Espera... ¿Dices que me viste?
—Si, teníamos un trato—hice puchero—No debiste volver con él.
Jane rodó los ojos.
—No regrese con el, simplemente me lo encontré, solo se acercó a molestarme junto a los tarados de sus amigos.
—¿Enserio?
—Si, por culpa de el recibí la peor golpisa de mi vida ¿Cómo esperas que regrese con él?