Emma
Abrí los ojos, miré la hora, eran las 7 de la mañana, habíamos pasado lo noche aquí, empecé apreocuparme ya que esto era una recepción y no un hotel.
—Andrés—dije tratando de despertarlo.
Andrés abrió los ojos con mucha dificultad, no era la primera vez que lo veía dormir, pero si la primera vez que lo veía dormir después de tener relaciones.
—¿Qué pasa?—dijo.
—Debemos irnos, alguien puede...
—¿Quien crees que reservó la recepción?
Lo miré confundida.
—Pues...
—Fui yo... Quien hizo la reservación fui yo, así que no te preocupes de que alguien nos vea.
—Bueno... Pero aun así, tengo que volver a casa.
—No... —dijo colocando su rostro en la almohada—Quiero que estés más tiempo conmigo.
No pude evitar sonreír y ponerme roja, Andrés era muy tierno conmigo. Me cerque y le di un beso en la mejilla.
—Mis padres se enojaran—dije con voz suave.
—Bueno, tu ganas.
Se levantó de la cama, y comenzó a vestirse, hice lo mismo que él. En la habitación había un pequeño baño, el cual utilicé para lavarme el rostro y cepillar mis dientes con uno de los cepillos descartables.
Al terminar de arreglarnos bajamos a la primera planta. Esta de encontraba vacía, aun que aun quedaban algunos de los bocadillos. Tenia hambre, me acerqué a la mesa y tome algunos de ellos.
—¿Qué crees que haces? —dijo cruzándose de brazos sonriente.
—Tengo hambre—respondí.
Andrés me tomo la mano y me llevo hacia la puerta principal de la recepción.
—Te llevare a comer algo mejor que simples bocadillos.
Entramos al auto. Andrés comenzó a conducir. Abrí la ventana del auto, dejando que el frío aire acaricie mi rostro y jueges con mi cabello. Me gustaba esto, quería pasar mas tiempo con Andrés, quería estar a su lado.
Andrés se detuvo frente a una farmacia. Salio del auto y entro en ella, por otro lado, me quede en el auto a esperarlo. A los pocos minutos salió, entró al auto y me entrego una pequeña bolsa con pastillas dentro.
—Tómalas—dijo—Así podrás sentirte tranquila de que no llevas un bebe dentro de ti.
Sonreí y me tome una de las pastillas, Andrés me alcanzó una vaso de agua descartable y bebí de el para que me sea mas sencillo tomarme la pastilla.
Andrés volvió a encender el auto llevándome esta vez a un restaurante para poder comer algo. Al salir del auto entramos al restaurante, nos sentamos en una de las mesas y deje que Andrés ordenara por mi.
Al tener los platos de comida en la mesa comencé a comer como si no hubiera comido por un mes. Tenia bastante hambre, anoche no pude comer casi nada, esto lo compensaría todo.
—Oye despacio—dijo entre risas—te puedes ahogar con la comída.
Me puse roja al recordar que habían muchas personas mirándome. Me calme, Tomé agua y termine de comer tan desesperada. Esperé a que Andrés terminara para poder irnos.
—Ve al auto, iré a pagar la comida—dijo. Asentí y seguí su orden.
Salí del restaurante, entre al auto y esperé ahí. Suspiré con los ojos cerrados, lo primero que se me vino a la mente fue a mi madre regañandome por llegar a estas horas. Al abrir los ojos puede ver a una mujer quien me pareció familiar, al mirarla bien me di cuenta que era la madre de Alex, estaba acompañada de una mujer de avanzada edad, por la ropa que llevaba parecía ser una monja. Entraron al restaurante, al mismo tiempo Andrés salió de el.