Helena
Hace ya varias horas que había llegado a casa. Me encontraba echada en la cama, no podía dormir, el único tiempo que había conseguido cerrar los ojos había sido solamente 30 minutos. No podía sacar de mi cabeza tanto a Alex como a Camila y a la relación que los unía.
Levanté el torso apoyandolo contra la cabecera de la cama dándome cuenta que Nathaniel no estaba aquí. Miré la hora, eran las 11 de la noche. La luz de mi habitación estaba encendida por lo que me daba a entender que Nathaniel había estado aquí.
Salí de la cama, abrí la puerta y bajé las escaleras. Las luces estaban encendidas y había un ruido que provenía de la cocina. Me acerque a ella topándome con la presencia de Nathaniel quién se encontraba de espaldas sentado en una de las sillas mirando uno de los dibujos que se encontraba pegado en la refrigeradora.
-¿Qué haces aquí?-pregunté sentándome en una de las sillas.
-Helena perdón por todo el daño que te causé.
-¿Qué? ¿Por qué me dices eso?
-En estos momentos estoy sintiendo por primera vez lo que se llama dolor. Te lastimé, la persona que amas te lastimó y ahora la persona que más amo me acaba de lastimar.
No entendía porque Nathaniel hablaba así, tampoco entendía porque miraba con tanta atensión aquel dibujó en la refrigeradora, aquel dibujo que Gabriel habia dibujado cuando tenía 4 años, uno en el que se había dibujado asi mismo junto a Nathaniel.
Sin nada más que agregar se levantó y salió de la cocina dejándome con mucho en que pensar.
Emma
Me levanté temprano para ayudar a mi madre a prepara el desayuno. Sorprendentemente y mi padre aún seguía durmiendo probablemente había pasado una mala noche juegos de unos minutos Gabriel entró en la cocina con la mirada gacha beso a mi madre en la mejilla y se sentó en la mesa
-Sabes, sería bueno que ayudarás- comenté.
Mi hermano por primera vez me hizo caso y se levantó a ayudar a mi mamá en secar los platos. Mi mamá estaba tan sorprendida como yo al ver que Gabriel por primera vez en su vida ayudaba en la cocina.
Tuvieron que pasar alrededor de 10 minutos para que mi padre entre la cocina.
-Buenos días- dije sonriendo.
Él no me respondió pero su sonrisa era suficiente para mí.
- Sabes tengo planeado a una cena familiar-comentó mi madre- prepararé tu comida favorita-dijo mirando en el padre- así podremos disfrutar de una cena familiar como lo hacíamos ¿Qué te parece?
- tengo cosas que hacer- dijo mi padre
La respuesta cortante de mi padre borró la sonrisa de mi madre. Mi padre se levantó de la mesa y salió de la cocina, tomó sus llaves y salió de la casa.
- iré a mi habitación- habló Gabriel dejando los platos en la mesa para después salir de la cocina.
-¿Mamá por qué papá...-fui interrumpida.
-No lo sé. Ayer me dijo algo que me dejó pensando.
-¿Qué te dijo?
-Me dijo que alguien a quien amaba lo acababa de lastimar.
-¿Crees que se refiera a ti?
-No sé hija, no lo sé-dijo sentandose en la silla.
Gabriel