Emma
La alarma de incendio fue activada, inmediatamente las gotas comenzaron a caer. Tomé mi mochila y trate de cubrirme, a mi alrededor todos gritaban y maldecian. Trate de preguntarme si se trataría de un incendio, aun que estaba lejos de serlo ya que no veía ni una sola llama por ningún lado.
—Emma—oí decir. Era Ángel quien tomó mi brazo y me llevo a uno de los salones mas cercanos para protegernos de todas esas gotas—¿Estas bien?
—Si, eso creo—respondí secando las puntas de mi cabello con mi blusa—¿Qué fue todo eso?
—No lo sé, jamás pensé que Gabriel llegaría a hacer esto.
—¿Qué? ¿Insinúas que fue mi hermano?
—¿Y quien más pudo haber sido?
Me quede en silencio al recordar aquella vez en la azotea donde Gabriel dijo que se vengaria de todos los que se burlaron de él. Jamás pensé que lo decía en serio.
—Gabriel está loco.
—¿Recién te das cuenta?
—No puedo creerlo.
—Pues créelo, él no parará hasta que cada uno de ellos le pida perdón de rodillas.
Ángel tenía razón, Gabriel no se detendrian hasta ver a todos completamente arrepentidos.
Gabriel
Las cosas ahí afuera se calmaron, la alarma pudo ser apagada y las gotas dejaron de salir, pero eso no quitaba el hecho de que todos aya afuera esten completamente empapados. Con mucha precaución de no ser visto, tome a Jane del brazo y la lleve a los vestidores dónde la mayoría de varones se encontraban cambiando sus prendas mojadas por unas secas.
Jane y yo nos separamos. Caminé hacia mi casillero en el vestuario, lo abrí y saque mi aerosol. Todos a mi alrededor giraron a verme, se sorprendieron al verme completamente seco.
—¿Cómo es que estas seco?—preguntó uno de ellos.
Sonreí ignorando su pregunta.
—¿Dónde estabas cuando sucedió todo esto?—preguntó otro joven.
—Estaba en el jardín—respondí sarcástico—¿Algún problema?
—Se me hace raro que seas el único que no se mojó—preguntó Franck.
—Bueno, ese es tu problema, no el mio.
Luego de decir esto salí de los vestuarios.
Caminé por los pasillo en busca de Jane. Al verla me acerqué a ella lo mas rápido que pude y hablé en voz baja para que solo ella me escuchara.
—¿Lo hiciste?—pregunté.
—Descuida, esta listo.
Una voz se escuchó tras de mí. Ambos giramos a ver de quien provenían esos gritos de frustración.
—¡Maldita sea! Mataré al desgraciado que hizo esto—dijo Franck.
Ambos reímos al ver la expresión en su rostro al ver como Jane dejo su camisa.
Mientras distraía a los demás en el vestidor, Jane se encargó de cortar la camisa de Frack con unas tijeras que yo mismo le di. Ay, si le pagaran por hacer este tipo de cosas seria millonario.
Frack era un tipo el cual tenía horrorizada a toda la universidad, ninguno de los estudiantes se atrevería a meterce con él. Ninguno, menos yo. Captó el momento exacto en que Jane y yo nos burlamos y supo inmediatamente que los responsables de su camisa eramos los dos.
—¡Gabriel! ¡Hijo de perra!—dijo comenzando a correr hacia nosotros.
Tomé a Jane de la muñeca y empezamos a correr hacia la salida lo mas rápido que pudimos. Estaba seguro que si Franck nos alcanzaba nos mataría a ambos.
Emma
Escuché unos gritos provenir de los pasillos. Era la voz de Farnck, estaba segura de eso.
Ángel y yo salimos del salón para ver lo que sucedía afuera.
Al salir del salón lo primero que vi fue a mi hermano corriendo de la mano de una chica. No alcansé a ver bien ya que iban corriendo.
—¿Ese es Gabriel?—preguntó Ángel sonriendo—¡Corre Gabriel!
Helena
Me dirije a la misma cafetería que solía frecuentar cada que salia con Camila. Solo que esta vez estaba esperando a Manuel. Estaba muy emocionada, ah pasado mucho desde la última vez que nos vimos.
Mientras esperaba sentí como un par de manos me taparon los ojos.
—¿Quien soy?—sonreír a escuchar esa voz.
—Manuel.
Ambas manos se apartaron de mí permitiéndome verlo. Me levanté de la silla y lo abracé con fuerza.
—Wou, cálmate, me quitas la respiración—dijo burlón.
—Te extrañé mucho—dije apartándome.
—Yo también—dijo acariciándome la cabeza. Miró de pies a cabeza—Wou, no puede ser, ¿estas embarazada?
—Si, mi tercer bebe.
—¿Tercer bebe? ¿Enserio?—preguntó sorprendido—No puede ser, si que me eh perdido de mucho.
—Si, algo así.
Ambos tomamos asiento para tener mas comodidad.
—¿Cómo está Nathaniel?
—Pues... Prefiero no hablar de eso.
—No me digas... ¿Se pelearon?
—Algo así. Pero dime—dije tomando su mano—¿Cómo esta Camila? Hace mucho que no se de ella.
Manuel se quedó en silencio por un buen tiempo, ese silencio me incomodó bastante para ser sincera.
—¿No lo sabes verdad?—preguntó con voz entrecortada.
—¿Saber qué?—pregunté angustiada.
—Camila.... Mi hermana... Murió.
Me quede impactada al oír eso, no puede ser verdad, no lo creo, no puede ser. Camila no puede estar muerta, simplemente no puede.
