Tan solo mía

- Sabes que pasa? que me siento tan terriblemente derrotada por dentro, no quisiera perderte cada vez que pienso en eso mi corazón se entristece y aunque suene cursi o tonto es la verdad.

- Alessia escuchame no me perderás, se que mi estado no será siempre el bueno, que tendré momentos en los cuales voy a decaer pero no me perderás.- Toma mi rostro con sus suaves manos, no llores niña tonta no llores.

- Es que entiende no me resulta fácil verte sufrir, no sabes lo mucho que me lastima.- Suspire.

- Lo sé, pero más me hiere y me lastima a mi, yo te necesito bien, eres eso que nunca planee y sin buscarlo lo encontre, entiendes?.- Me sonríe.

- Ay Will.- Volví a suspirar y mis lagrimas volvieron a caer.

- Escucha, eres esa parte que jamás estuvo escrita en mi libro pero si te fijas y echas un vistazo verás que en cada capítulo del principio hasta el final habla de ti.- Me sonríe y seca mis lagrimas.

- Todo está tan claro entre nosotros.- Sonreí y me pegue más a él.

- Ahora estoy aquí, esto es tan inesperado, pero no sabes lo feliz que me hace.- Me sonríe y me besa tierna y lentamente.

- Me hiciste ver que algo me hacía falta Alessia. Eres algo que jamás fuese escogido pero a la misma vez eres eso que nunca quiero perder.- Me sonríe y me abraza fuerte.

- Todo está claro porque yo pienso quedarme todo el tiempo que sea necesario.- Sonreí y miraba fijamente sus ojos.

- Incréible es la manera en como me reconfortas con tu sonrisa, es tan fácil estás hecha para mi.- Cierra sus ojos y suspira.

- Y tú estás hecho para mi.- Volví a mirarlo.

- Quien lo diría Señorita.- Muerde ambos labios.

- Así pasaría horas.- Reí más libremente.

- Así quiero verte, no llores más por favor.- Me observa de manera pasiva y acaricia mi cabello.

- Tratare de no hacerlo.- Le volví a dar un beso, en eso solo se quedo quieto cruzando ambos brazos por mi cadera y me pego más a él, suspiramos y nos veíamos por momentos leves, todo esto parecía un cuento de esos de hadas, jamás pensé que podría pasar algo así con alguien como lo es él, pero que ahora era tan mío, tan pero tan solo mío en todos los sentidos.

Como me cambiaba el animo de manera tan rápida y sencilla, como podíamos entendernos con tan solo una mirada, es tan obvio que estamos hechos el uno para el otro, no por elección si no por decisión, porque así lo quisimos, así nacio, así florecio.

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