Tan solo mía

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- Hola chicos, disculpen la demora.-Reí y baje un poco mi rostro, estaba nerviosa.

- Hola Señorita, no se preocupe es hora de irnos.- Me dio su mano y me sonrío.

- Que bella te vez, bueno vamónos.- Sonríe y sale agarrada de la mano de Peter, que nerviosa estaba, el corazón quería salirse de mi pecho.

Ya habíamos salido de casa, voltee a ver a mi escarabajo y seguí, Reik nos esperaba en la entrada del auto de Will. Entro primero Estela y Peter y luego Will y me senté a su lado, realmente no sabía a dónde exactamente ibamos a ir, Parecía más bien que iríamos a una cena o algo, estaba ajena al saberlo, no entendía porque tenía tantos nervios, porque estaba como sudando.

Me calme y ya íbamos de camino, reí por dentro y pensaba en la conversación que había tenido con Estela, eso no se me salía de la cabeza, es rudo pensar que solo te quieren para eso y no saber que es lo que realmente una persona espera de ti, a penas conocía a este hombre y ya se había apoderado de mi, como era posible eso, era totalmente increíble, así que deje esos absurdos pensamientos a un lado y respire, trate de tranquilizarme. 

- Estás bien Alessia?.- Lo voltee a ver y le sonreí.- Últimamente estás super callada.

- Estoy bien Will, a dónde iremos?.- Mordí mi labio inferior y sonreí.

- A Bacchus Restaurant & Lounge Señorita.- Ríe y me observa fijamente.

- He escuchado que es muy bueno.- Reí.

- Por supuesto, su menú es muy bueno además del pianista en vivo, todo es estupendo Alessia.- Muerde su labio inferior y me sonríe.

- No quiero que gastes dinero en mi o en Estela, no quiero molestar en eso.- Seguí mirándolo pero luego mire a el frente del auto.

- Hice está reserva especialmente para ti, de acuerdo?.- Ríe.- Peter se encargo de Estela.

- Está bien.- le mire para luego voltear a el frente.

Condujimos un poco, y a las horas habíamos llegado a el lugar era como un salón/ Restaurant. Era sumamente precioso, esos muebles de color rojo y las mesas de los más elegante, las hermosas lamparas que alumbraran el lugar, el ambiente era perfecto, la comida perfectamente preparada en porciones perfectas y delicadas, todo era perfecto y el pianista, esa melodía, no podía estar más cómoda.

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