- A donde iremos?, pensé que sería acá.- Arquee un poco las cejas.
- Ves esa pequeña isla?, ahí nos aguarda nuestra velada.- Me sonríe.
- Will.- Cubrí mis labios y le mire sonríente.
- Te amo Aliwill.- Me abraza y besa mi frente.
- Y yo a ti.- Cruce ambas manos por su torzo.
- Sr.- Reik le mira fijamente.
- Escucho Reik, que sucede?.- Voltea a verle.
- Ya esta todo listo, su isla está esperando por su llegada.- Le medio sonríe.
- Perfecto, gracias Reik.- Le guiña el ojo y le estrecha su mano.
- Es tu isla?.- Le mire atonita.
- Si princesa.- Reía.
- Existe alguna cosa que no tengas?.- Mordí ambos labios.
- Estas cosas son solo materiales, nada importa, acá lo que realmente tiene valor eres tú.- Me obsequia un beso en los labios.
- Gracias.- Me sonroje un poco y le mire.
- A ti.- Me guiña el ojo.
EL yate seguía su curso, a lo lejos se veía una pequeña isla, la noche caía y las estrellas lucían preciosas en el cielo, la brisa corría por todo nuestro cuerpo, si tenía un poco de frío pero los brazos de Will eran mi mejor abrigo, nos sentamos a esperar, ya casi estabamos cerca, nos trajeron unas dos copas con champan, brindamos y reíamos, esto parecía un cuento de hadas que quisiera que nunca acabara.
A los mínutos habíamos llegado, el yate abarco en la orilla y Reik nos ayudo a bajar, el Sr agarro curso hacia dónde habíamos llegado antes, Reik se monto y se fue con el hombre, ahora si habíamos quedado solo los dos, rayos, sentía todo un zóologico dentro de mi estomago, trate de aguantar la sensación, caminamos un poco, había una cabaña hermosa, toda de madera, con escaleras preciosas y llena de flores de colores.
me tenía tomada de la mano, esto no podía ser mejor, había un hermoso caminito echo con petalos de flores rojas, llevaba sus zapatos en la mano izquierda, por un momento los solto y me tomo desprevenida, me cargo con ambas manos, nos observamos fijamente, hasta entrar a la cabaña, me bajo poco a poco y mire a mi alrededor, era de dos pisos, estaba tan ordenada, pero llena de detalles por montón, miro mi reacción y sonreía.
Estaba tan nervioso, se le veía a leguas, no sabía que hacer, me voltee y salí corriendo a sus brazos, me abalance y me cargo, sentía su corazón tan agitado, no podía describir tanta felicidad junta.
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Tan solo mía
Ficção AdolescenteTenerte, siempre, de ahora en adelante, y para la eternidad. Aventurate a leerla.