Tan solo mía

2.7K 116 0
                                    

- Te gusta?.- Me observa entusiasta.

- Todo esto me encanta, gracias.- Reía y le abrazaba.

- De eso se trata, que te encante.- Me besa.

- Y ahora?.- Le mire sonríente.

- Ve a cambiarte, yo estaré acá abajo esperando.- Me guiña el ojo y me suelta poco a poco.

- Vale, iré.- Tome las cosas y las subí, habían dos recamaras, entre a una y estaba todo tan perfecto, deje el bolso en la cama, saque quizás una batola de playa, me puse alguno de los traje de baño que había traido, me duche un poco, y cambie, peine y cepille mis dientes, eche un poco de perfume, y tome mis zandalias, me vi en la peinadora gigante que estaba en la recamara y lucía linda, deje todo acomodado, y baje. Mi chico se había cambiado.

Lucía una camisa blanca de algodón, una vermuda negra y estaba descalzo, esa bendita cresta, esa cara, rayos sus ojos de verdad me encantaba, le mire sonríente, tenía ambas manos en sus bolsillos, me observo con ojos relucientes, y camino hacia mi.

- No es necesario que tengas zandalias princesa, estás preciosa.- Ríe y me observa fijamente, me quite las zandalias y las deje a un lado, salío primero y tomo los zapatos que había dejado afuera, tomo mi mano y salimos, a dónde me llevara ahora, caminamos un poco y había una linda cena, más y más sorpresas, habían cocteles de frutas y no faltaban las frambuezas, nos esperaba una rica ensalada, sana por su condición, jugo natural y sus frutas, realmente no tenía apetito solo quería estar con él.

Me ayudo a sentarme y luego se sento a mi frente, me observo alzando una ceja, lo primero que tomo fue una frambueza, la rozo por todo su labio inferior, y sonreía al mirarme, probe un poco de la ensalada, estaba tan rica, tome un sorbo de mi jugo y el solo me observaba, pero reía, tenía esa mirada dibujada en sus ojos.

- La noche está perfecta, no cree Señorita.- Me sonríe.

- Lo está, todo está rico.- Recogí un poco mi largo cabello liso negro y lo puse detrás de mi oreja.

- Que bueno cumplir con sus deseos.- Ríe y sigue tomando pequeñas porciones de frutas.

- Sabes como hacerlo, siempre ha sido así.- Le guiñe el ojo.

- Ven.- Se levanta y me estrecha su mano, viendome fijamente con su mirada radiante.

- A dónde iremos?.- Me levante de un tirón y tome su mano.

                                                        193



Tan solo míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora