Tan solo mía

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- Escuchame, no quiero que llores más, estoy a punto de buscar a Will y partirle en pedazitos la cara angelical que tiene.- Arquea ambas cejas.

- No sé como sobrellevar esto.- Suspire mientras me calmaba y secaba mis lagrimas, no quería que se me notara.

- Te he dicho que tienes que hablarle, sabes bien que detesto que llores y más si alguna estúpida te amarga la existencia respecto a Will, así que dime que harás?.- Se encoge de brazos y me mira fijamente.

- No quiero hablar con Will, no iré a ninguna cena, no iré a nada, necesito procesar todo esté mal rato.- Lavaba mi rostro.

- Y tú crees que Will no irá detrás de ti para buscarte?, Alessia no te cierres, tienes que decirle, si sucediera lo mismo con Peter lo enfrento sin pensarlo tanto.- Frunce el seño.

- Estela pero que rayos quieres que haga?, no quiero verlo, en serio no quiero.- Peinaba mi cabello y trataba de no mojar el vestido.

- Alessia, solo por está noche dejare que no actúes respecto a eso, pero debes hablar con él, recuerda que Will padece una enfermedad, que quizás lo que desean es lastimar el amor que han creado juntos, si las cosas fueran al contrario, ten por seguro que le parto la cara.- Ríe y toma mis manos.-  Toma un respiro, ya hemos tardado mucho, salgamos vale?.

- Vale, vamos.- Abrimos la puerta del baño y caminamos ya hacia la mesa nos esperaban para irnos todos a casa, trataba de reír, mi madre me miro fijamente y arqueo una ceja, por favor no más preguntas, no más sermones hoy, solo quiero divagar en mi absurda cabeza a ver como rayos arreglo todo esto, no debería de hacerlo yo, Will es quien tiene que explicarme.

Todos tomamos el auto y nos montamos, en el mismo orden, Estela me abrazo y susurro que todo estaría bien, mi padre empezó a manejar y fuimos a casa, a las dos horas y media habíamos llegado, ya erán las 6 casi 7, que increíble como pasan las horas, me sentía tan mal, quería estar sola, entramos y dejamos los bolsos y eso abajo, subí a la recamara, tenía el celular en la mano. lo deje en la cama y me senté en la peinadora a pensar. Me metí a duchar, si no iría se que me preguntarían, rayos que hago?, bueno hablare con mamá.

Me duche, cambie de ropa, opte por mis pantalones talla alta, una franelilla blanca, y mis pantuflas, peine mi cabello, y en eso mi madre toca a la puerta.

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