- Es lindo.- Reí.
- Lo és y para mi mucho, me gusta.- Sonríe y voltea el tozino.
- Ya me lo dijiste anoche, se que te interesa.- Tome mi primer sorbo de café mientras pensaba en Will.
- Así como a ti te gusta Will, vaya Alessia es un buen partido, debes admitirlo.- Sonríe y saca la lengua, poniendo el tozino en el plato junto con los huevos y los emparedados.
- Sí, si me gusta, vale?.- Suspire y la mire, me estaba mirando de manera entusiasta y pega un leve brinco en la cocina.
- Lo sabía, que fácil es admitirlo, lo vez? y tu querías esconderlo, pero resulta que eso no te funciona conmigo niña-. Ríe y prepara las frutas en el plato para terminar su rico menu.
- Basta Estela, no te rías, me gusta lo admito, me tiene embobada no sé como lidiar cuando le tengo cerca, es tan serio pero a la vez parece tan distinto cuando está a mi lado.
- Es hermoso Alessia, es un chico precioso, y tiene toda su atención puesta en ti, es raro que en estos días alguien así se fije en nosotras.- Ríe a carcajadas y se sienta al frente de mi.
- Si, y mucho, pero bueno quizás la suerte está de nuestro lado, y quizás pues solo quiere ser nuestro amigo o algo más menos ser algo mío, no me cabe en la cabeza esa absurda idea.- Ladee mi cabeza y la observe detenidamente.
- Calla, tu no puedes saber eso, verás que tengo razón, sabrás que Will Collins el famoso y codiciado niño rico gusta de ti.
- Comamos mejor, tenemos algo que hacer?, debo regresar a la biblioteca pública, la otra semana salgo de vacaciones y quiero estar al día con mis deberes.- daba mi priver bocado.
- Iré a la universidad, buscare unas cosas y regreso a casa, recuerda que estamos en las últimas semanas, tenemos que prepararnos bien con la tesis.- Suspira.
- Lo sé, todo saldrá bien, quedo muy rico el desayuno, ahora iré a ponerme los zapatos y saldré a comprar unas cosas, para ir más tarde a la biblioteca.
- Está bien, ve, iré a arreglarme en un rato, a penas termine de recoger acá.- Sonríe.- Espero te encuentres a Will de nuevo.
- Tonta, pero tienes razón, espero lo mismo.- La observe y le sonreí alegremente.
Subí las escaleras, coloque mis converse blancas y me maquille mis labios de rojo y puse un poco de polvo, no tanto porque ya era muy blanca, no quería verme transparente, así que busque algo de dinero, recogí las llaves y salí.
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Tan solo mía
Ficção AdolescenteTenerte, siempre, de ahora en adelante, y para la eternidad. Aventurate a leerla.