Extrañaba muchísimo a mis padres, no pasaba un día en la cual no pensara en ellos, pero se que estaban fuera por negocios de trabajo, Estela me comento que se quedaría hoy en casa, estaba algo cansada y no tenía nada que hacer hoy en la universidad, la tesis ya estaba totalmente lista, yo si tenía que ir a la biblioteca pública y cumplir horario, subí a la recamara y busque algo de ropa, mis hermosos y sencillos pantalones talla alta, escogí un blue jeans color claro y una camisa corta negra y unas lindas zapatillas del color de la franelilla.
Entre a la ducha y me fui bañando y enjabonando mi cuerpo, lave mi cabello, salí, cepille mis dientes, e iban hacer las 11, me vestí, y me termine de colocar la pintura roja de siempre, me peine, tome mis cosas y salí directamente a el trabajo, había dejado a Estela viendo películas en la sala.
Tome el escarabajo y conduje, disfrutaba del aire pasar por mi rostro, unos cuantos kilómetros y listo, estacione como todos los días, y entre a la biblioteca, siempre tan formal y a buena hora, la Sra Maryam se encontraba en el escritorio viendo algunos libros cuando entre se le dibujo su linda sonrisa.
- Alessia querida, como va todo?, hable con tu madre ayer.- Sonríe.
- Sra Maryam, muy bien, usted?. En serio como está ella?.- Mis ojos se alumbraron y sonreí sin pensarlo.
- Está muy bien, me pregunto por ti, dijo que te cuidara eso no es necesario, sabes que eres como mi hija.- Me observa fijamente y guiña el ojo.
- La extraño tanto, como anhelo verla.- Mi rostro se entristeció.
- Ella también a ti linda, pero no te preocupes me dijo que llamara pronto.- Ríe.
- Está bien Sra Maryam, gracias por decirme.
Quería escuchar su voz, saber si estaba bien, como se encontraba, tenía tanto que contarle, necesito un teléfono móvil para llamarlos más seguido, o comprar uno para la casa, guardare dinero extra para eso, tenía libros que acomodar, los puse en sus áreas respectivas, archive algunos papeles y me senté tranquila por un rato pensando en si debería ir a dónde la Sra Cielo, no sé que hacía pensando, si sabía bien que allí encontraría a mi chico.
Pero no tenía como ánimos, quizás solo pase a saludarla y me vaya, necesito quedarme más rato acá y no salirme tanto en las tardes como siempre hacía, igual lo hacía por la merienda.
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Tan solo mía
Teen FictionTenerte, siempre, de ahora en adelante, y para la eternidad. Aventurate a leerla.