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Te alistaste para ir al colegio y esta vez, aunque Shawn rogó por llevarte, le dijiste que no. Su última frase fue una pregunta.

"- ¿Estás bien, amor?"

Y la respuesta fue un "sí".

Tomaste el autobus que más o menos te llevaba hasta donde debías ir pero que nunca llegaste. No había ánimos suficientes para querer sentarte en una sala con 25 alumnos y aprender, tomar puntes, nada. Bajaste en un paradero de un lugar algo transitado y caminaste con los audifonos puestos. En algún momento de la mañana, empezaste a llorar pero no porque algo vaya mal. Era esa vez en la que te sientes en un pozo y si bien no hay problemas, tú misma creas un colapso de un cúmulo de cosas pasadas. Preocupaciones. Temores.

Por otro lado, Shawn miraba cada minuto su teléfono esperanzado que la pantalla se iluminara y en una notificación, salieras tú. Lastimosamente no estaba en casa pero recordaba perfectamente que el trato era que cada vez que llegaras a casa, lo llamaras o escribieras. Eso debió ser hace cuatro horas apróximadamente y el reloj corría y aún no podía irse de su reunión de diseños.

S: bebé, ¿dónde estás?S: ¿estás bien?S: por favor, llámame

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S: bebé, ¿dónde estás?
S: ¿estás bien?
S: por favor, llámame...

Le preocupaba el hecho de que le aparecieron los dos tickets azules pero nunca respondiste.

«¿Estamos bien?»

Era tan icónico que pensara en su relación que iba "perfecta" pero que de la nada, tuvo un quiebre profundo pero... ¿qué mierda pasó?¿qué hizo?

CHA CHA CHA CHAANNNNNN. Esperen la segunda parte but not today.

SHAWN's IMAGINESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora