OUTLAST: the meeting

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SHAWN'S P.O.V

"Shawn, Jennifer con suerte puede caminar y los chicos y yo, nos íremos a seguir festejando el 10 de julio al bar del muelle. Ven a buscarla"

¿Otra vez bebiendo?

Cerré el libro de anatomía y ordené un poco mis apuntes en el escritorio. Apagué la lámpara quitándome las gafas. Estaba cansado por tanto estudio pero debía esforzarme. Pasé mis manos por mi cara, ocultándome unos segundos y fui al armario sacando una chaqueta para ir por Jennifer.

¿Quién es ella? Mi novia.

¿Desde cuándo? Desde hace cuatro meses pero en realidad nos conocemos hace siete.

¿La amo? No.

Claramente no lo hago pero hay algo que hace que no pueda separarla del todo de mi vida. ¿No sé aprovecharla? Ni siquiera follamos y si lo hicimos, se puede contar con una mano.

El viento helado entraba por los pequeños hoyitos de la tela haciéndome más de una vez estremecerme por el frío. Una chica venía riendo mientras trataba de caminar sujetándose por la pared.

Jennifer.

Frené mi caminar y me quedé mirándola esperando a si reaccionaba y recuperaba postura pero fue todo en vano. Segundos después, un tipo se acercó tomándola de la cintura. Decidí acercarme solo para escuchar lo que le podía decir.

Pero no dijo nada.

- Eh, disculpa. Yo la sostengo.-le dije tomandole de la mano a la retrasada mental de mi novia que no dejaba de reírse. ¿Qué tanto le divierte?

- ¿Te conozco?

- No y yo a ti menos pero vengo a buscar a mi chica.-ella enrredó sus brazos en mi cuello, abrazándome. El olor a alcohol se sentía demasiado pero debía ignorarlo. El hombre que tenía en frente, me estaba haciendo rabiar.

- ¿Tu qué?

- Mi chica. Mi novia.

- ¿De qué hablas, enfermo? Ella y yo somos novios hace dos años pero bien, te la puedes quedar. No estoy para aguantar a ninguna alcoholica. Buena noche.-se giró yendo en dirección opuesta a la que nosotros estábamos.

Serás hija de puta.

Pensé, mirándola por segundos antes de arrastrarla hasta el coche de mi padre. Estaba más despierta que dormida pero simplemente no pesaba tanto por lo que fue fácil tirarla al asiento del copiloto y ponerle el cinturón. Me quité la chaqueta porque el calor que sentía, comenzaba a agobiarme. Ahora, debía aguantar 45 minutos con ella para dejarla en su casa.
Solo desearía que se hubiera quedado durmiendo los 15 minutos restantes para no escuchar, su ahora, irritable voz.

- ¡Amorcito! -se lanzó a querer abrazarme, e incluso besarme pero el olor me causaba todo tipo de rechazo y más, por el odio e ira que me iba creciendo por dentro. En medio de la calle vacía, estacioné el auto y le quité el cinturón.

- Bájate.

- Uh... Okay. ¿Pasó algo? -no respondí hasta que se bajara al igual que yo. Caminé lejos del coche respirando profundamente. Comenzaba a agitarme pero... Fue el límite.

- ¡¿Es en serio, Jennifer?! -grité soltando por fin todas las emociones que tenía retenida.- ¡¿Me estas jodiendo?!

- Yo... Shawn... ¿de qué me hablas?

- ¡Fui a buscarte al puto club donde te fuiste a meter y ¿sabes con quién estabas?! ¡Con tu puto novio!

- ¿Con David? -giré sobre mis talones y le dí una de mis peores miradas e inconcientemente, acercándome.

¿Cómo se atreve?

Inmediatamente mi mano se estampó contra su mejilla y amé ver aquella marca de mi mano en ella. Entonces supe, que nada quedaba ahí. Ella quizo golpearme y esa fue mi excusa para tomarle del pelo y arrastrarla al lugar oscuro más cercano que encontré. Un pequeño callejón, detrás de un basurero, la lancé contra la pared y Jennifer no parecía perder las fuerzas.

- ¡Pero qué te pasa, maldito enfermo!

Solo dejé que me golpeara un par de veces la espalda para sentir aquel golpe de furia y arrinconarla contra la muralla y besarla con total rudeza. Mordió mi labio tratando de hacerme daño pero yo la conocía. Le gustaba rudo y eso de seguro se cruzó por su mente cuando la toqueteé en sus partes más vulnerables y ella me besaba ahora más tratando de seguirme el juego. Entonces apreté.

Apreté y apreté.

Mis dedos calzaban perfectamente alrededor de su cuello y la fuerza que estaba aplicando en ella, era descomunal. Sus uñas se clavaban en la piel de mis brazos, rasguñando, pero no dolía.

- Que te quede claro, conmigo no volverás a jugar. Sé que estuviste buscando todo este tiempo y, lo siento, pero eso yo no te lo daré. Me hago el imbécil pero no lo soy, Jennifer.-no me medí en si la caída le dolería pero la solté y caminé al lado opuesto, esperando a que se parara. Conté hasta diez, calmando mi agitada respiración y cuando me volteé, ella estaba tirada, ahora, sin rastros de vida, con el reflejo de la luna en sus ojos. Yo tuve un límite y lo crucé. Jennifer, muy poco aguante.

Lo asumí.

No entré en desesperación como en las películas, donde el actor se queda en estado de shock por asesinar a alguien. Yo era un cuernudo y ella, una puta. A diferencia, que también estaba siendo impulsivo desde nuestra primera pelea donde desde siempre no faltaron las agresiones.
Asomé la cabeza para la calle y miré a ambos lados.

No hay nadie.

Corrí al coche y conducí los pocos metros en que seguía tirado el cuerpo.

Vas a ser médico. No será la primera persona que se morirá en tus manos.

La levanté y decidí meterla dentro del maletero. Lo cerré y pude notar, por el reflejo de la luz, dos sombras al lado mío. Giré.

Dos hombres idénticos y un bate...

- ¿Qué tienes ahí, compañero?

*
INSTRUCCIONES:
1. Ustedes deciden el rumbo de la historia.
2. Depende de las elecciones, la historia sigue o se queda en esto.

A) Shawn se pelea con los hombres

B) Miente

A (si)
B (no)

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Y; bienvenidas al outlast. Espero que la instancia, sea de su agrado.

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