SHAWN's IMAGINES

S. 👄

One month ago...

S: estoy en San diego. ¿Cita?
X: naaah. ¿En serio? ¿Cuándo llegaste? Por supuesto.
S: ayer por la medianoche. Escucha, solo tengo 4 horas amtes de irme.
X: es todo lo que necesito para hacerte sentir mejor
S: oh... Te deseo muchísimo
X: yo igual
S: yo más
S: no tienes idea de cuánto lo hago

15:09 pm

Di un par de vueltas por la habitación esperando con completa normalidad como por esa puerta cruzaba una de las chicas que más me andaba calentando últimamente y que moría por probarla. Había decidido citarla en el departamento de uno de mis amigos, Paul, por medidas de seguridad a mí  mismo y a la chica.  Samantha no tardó en aparecer y con ello, una de nuestras tantas conversaciones extrañas.

- ¿Cuándo fue la última vez que te vi? -sinceramente recordaba poco y nada de todos nuestros tantos encuentros inconclusos.

- Hace como tres semanas cuando me invitaste a una fiesta de tu management.

Cierto...

Vagas memorias me atropellaron mentalmente mientras bebía de mi cerveza.  Sé que me la llevé a un rincón y bailamos muy juntos mientras me susurraba que quería escaparse hasta el fin del mundo conmigo. Caminé al tocador y dejé las dos llaves que traía encima. Ciertamente molesto.

- ¿Cuánto has bebido, Shawn?

- Dos o tres botellas. Lo suficientemente aceptable como para ganarme una multa o me mate. -quité mi reloj dejándolo a un lado de mi teléfono.

Ella esta llamando...

Apagué la única vía de comunicación y conexión con el mundo antes de dar gran paso a lo que sería matar mi sed. Me puse arriba de ella casi acorralándola entre mi cuerpo y el colchón. Fácilmente noté como ese vestido amarillo descubría gran parte de sus muslos y mostrándome una provocativa ropa interior blanca. Algo recordaba de nuestras conversaciones. Algo de castidad por su parte.

- ¿Estas nerviosa? -sus ojos verdes me miraban casi como un gato pequeño pidiendo piedad antes de ser castigado por primera vez.

Amaba su color de piel...

El toque perfecto entre bronceado y oscuro. Una chica de color como ninguna otra antes vista. Unos labios maravillosos, delicada casi como capullo de rosa blanca. Aspiré su olor y fue el aroma más dulce que nunca pude oler.

- Pensé que iba a ser como las otras veces...

- ¿Solo compañía?

- Sí.

Samantha quería serle fiel a sus ideales de llegar virgen hasta el matrimonio pero siempre el acto de "pecar" es más fácil que encontrar a alguien que te ponga un anillo en el anular.

- Yo podría ser tu esposo... -le susurré lo suficientemente suave como para hacerla encender. Y fue como esperaba su reacción.

Hizo que mi boca descendiera al centro de sus bragas a medida que ella, por su cuenta, se desnudaba mostranto sus perfectos senos. Hundió sus dedos en mi pelo acercándome, incitándome a hacerle un oral y se lo di.

No vacilé entre que mis dedos la tomaran de uno, en dos y tres haciéndola gemir tan alto que juraba de papel el apartamento. Samantha era una santa solo porque nunca tuvo un pene dentro mas no porque no me haya hecho esto antes. Subí a saborear y quitarle el labial sabor frutilla de los carnosos labios que se manejaba, introduciendo mis dedos en ella.

- Shawn...

- No te preocupes. Estarás bien.

No sé si fue mentira o verdad lo que le dije para posteriormente irme desnudando. Nunca antes habíamos estado en una cama o en un lugar a solas. Siempre rodeados de amigos muy cercanos que hacían lo mismo que yo.

En tour, nadie sobrevive a llamadas por skype.

Excepto los casados.

Porque novias van y vienen...

Sentía que si se lo hacía de cara a cara, sería mucho compromiso para mí y algo confuso para ella que alguien con quien ha venido teniendo prácticamente una extraña relación netamente calenturienta, la tome de tal forma que sienta que pueden ir más allá de esto.

- Venga, voltéate.

La cara solo se la daba a mi novia y a mi futura esposa, madre de mis hijos.