Rigor Mortis//La Fiesta De Los Muertos//

Capítulo 11

15 de junio del 2046

No entiendo que pasó, fue algo muy repentino y la realidad dejó de ser la misma en un instante. Aquella noche mientras hacía unas tareas y hablaba con Tadashi escuché unos golpes en la sala acompañados de un grito de quién supongo fue la voz de mi madre, sentí una punzada en el pecho deje lo que estaba haciendo y de inmediato bajé rápidamente las escaleras, me alarmé por la razón de que  mi madre había gritado y una fuerte tormenta afuera acompañada de gritos de pánico provenientes del exterior.

Al bajar la escaleras presencié la imagen mas horrible jamás vista... Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi corazón de rabia al ver a aquel ser de piel gris devorando las estremidades de mi pobre madre y por lo visto mi padre también estaba tirado en el suelo quizás sin vida ambos desangrándose, en ese momento aquella cosa que al parecer era un maldito zombie como el de las películas de terror levantó su putrefacto rostro y con su boca ensangrentada trató de acercarse a mi a cojeantes y rápidos pasos... aun yo no entendía lo que pasaba o no quería aceptar lo que estaba pasando... Sólo se que corrí rápidamente y rodé el sillón, tomé la escopeta que sujetaba mi fallecido padre y le disparé justo en la frente a pocos metros de mi casi al borde de atacarme y en ese instante vi como caía de rodillas aquel muerto viviente esparciendo su cerebro en el piso.

No podía estar pasado, debía de ser alguna pesadilla, mis padres no pueden estar muertos... bajé mi cabeza unos momentos mientras unas lágrimas salían de mis ojos y se perdían en mi creciente barba y mientras yo estaba de rodillas frente a los cuerpos sin vida de mis padres, mis mechas cubrieron mi rostro, y escuchaba el sonido de gritos y disparos en el ambiente.

La lluvia no ayudaba para nada, pero fue entonces despues de un buen tiempo cuando los cadáveres de mis padres empezaron a reaccionar de forma extraña y yo tomé la escopeta nuevamente mientras me ponía de pie y veía como ambos con una apariencia terrorífica y botando sangre de su boca se acercaban a mi emitiendo gruñidos, los nervios y la adrenalina se apoderaron de mi en ese instante y supe que las cosas estaban pasando realmente como en las películas de terror... Los zombies habían llegado... No me quedó de otra mas que dispararles a ambos pero no funcionaba, no podía dar a la cabeza, yo no podía sentir piedad, esos ya no eran mis padres...

Con el corazón agitado y el arma en mis brazos subí las escaleras a toda prisa, pero ellos me seguía y querían asesinarme, pero antes de que me alcanzaran traté de subir lo mas rápido posible, pero la que una vez fue mi madre logró agarrar mi pierna con su único brazo y el otro zombie que era mi padre venía detrás y con sed de sangre, entonces aproveché y con todo el dolor del mundo le disparé a ambos justo en la frente, a mi madre le explotó la cabeza en pedazos y mi padre rodaba por las escaleras. Luego de eso entré a mi habitación rápidamente y cerré la puerta con seguro y le puse una silla debajo del pomo y  las ventanas también las aseguré. Intenté comunicarme con Tadashi, pero no contestaba... Y yo no quería llegar a pensar que también le sucedió algo a el, aunque llegó el momento donde no puedo aferrarme a nadie, sólo me quedaba enfrentar la situación a como viniera.

Los nervios estaban acabando conmigo, maté a mis padres y apenas puedo tener el móvil en mis manos. Me encontraba hecho un ovillo sobre la cama, mi corazón estaba pasando por un duro momento y era demasiado dolor, ya mis padres no estaban, ya no tengo a mi alcance la dulce voz de mi madre para consolarme en este momento.

Todo pasó muy rápido, apenas recordaba como sostener la escopeta BLASER F3 de caza. Nunca imaginé usar esa arma contra ellos, apenas recuerdo cuando mi padre me enseñó a usarla, ahora ese será uno de tantos recuerdos dolorosos que me acompañaran por un largo tiempo.

***

Beatríz se hallaba con sus amigos neonazis en un vehículo dirigiéndose a uno de los bares más peligrosos del lugar y a simple vista vieron a una persona cruzar la calle de manera lenta y extraña sin dar señal de querer avanzar o apartarse del camino.

-¿Qué hace ese imbécil en medio de la calle?- preguntó aquel hombre vestido totalmente de negro con una chaqueta similar a la de los motociclistas y en sus ojos unas gafas oscuras acompañando su rostro con una barba un poco crecida, el cual conducía el vehículo en donde Beatríz iba a su lado en el frente.

-¡Maldición Rick, sólo arróyalo! Creo que merece morir esta noche- dijo Beatríz haciendo un ademán mientras soltaba un bufido.

Los dos hombres que iban en el asiento de atrás soltaron una leve carcajada.

-Hablas como una asesina en serie Beatríz- dijo uno de ellos, a lo que la pelirroja les respondió mostrandoles su dedo medio.

En ese momento Rick pisó el acelerador y en plena lluvia  con las luces delanteras del vehículo notaron que la cara del sujeto estaba ensangrentada y también desgarrada, específicamente en la boca. Aquel hombre no lo pensó dos veces en arroyar aquel sujeto de horrible apariencia haciendo que su cuerpo cayera como peso muerto al suelo después de chocar con la parte delantera del vehículo.

-¿¡Acaso vieron la cara de ese infeliz!?- preguntó Beatríz con los ojos como platos.

-No me fijé en su asquerosa cara, sólo se que jamás se meterá en nuestro camino, preciosa- expresó Rick con una sonrisa llena de malicia y victoria a la vez.

Ellos al llegar al destino deseado notaron que habían personas corriendo y gritando dentro y fuera del lugar. Prosiguieron a bajar del vehículo no sin antes llevar las armas con ellos.

El sonido de cuatro pares de botas entrar a lugar llamaron la atención de unos extraños seres con la piel y sus extremidades desgarradas.

-Pero que demo...- dijo Beatríz sacando su BERETTA 9mm para apuntar al ver tal escena.

-Definitivamente esto no está bien- expresó Rick quitándose las gafas para ver mejor la escena sangrienta de lo que parecía ser canibalismo.

-¡Salgamos de aquí!- expresó Beatríz mientras le daba varios disparos a una de esas criaturas con forma de persona que se acercaban a ellos.