Kath...
Abro lentamente los ojos, trato de mover mi cabeza un poco, pero me doy cuenta de que tengo cables pegados a mí en mi brazo y muñecas, otros en mi cabeza.
No recuerdo que pasó exactamente para terminar en una camilla de hospital. De pronto veo como la puerta se abre lentamente y la silueta borrosa de un hombre vestido de blanco con un estetoscopio sobre sus hombros se hace presente. Trato de asimilar bien la realidad, no recuerdo bien lo que me pasó.
-Buenas tardes Katherine- saludó con amabilidad aquel hombre cerrando la puerta tras de sí.
-Hola... Doctor... Rhysdale- pronuncié casi en un susurro al ver que aquel hombre traía consigo una identificación en su bata con lo que parecía ser su apellido.
-Al menos veo que puedes hablar, eso es bueno- sonrió mientras chequeaba mi pulso y mi visión.
-¿Qué pasó exactamente? No recuerdo las cosas muy bien- le pregunté a la vez en que soltaba un leve quejido de dolor cuando me presionó la sien por accidente.
-Sufriste lo que se denomina un ataque de pánico. Por tu estado de nerviosismo y descontrol se te aplicó un sedante. Tranquila... esa falta de memoria es un efecto secundario del sedante, puede que te sientas un poco desorientada o confundida, pero ya pasará- respondió mientras se alejaba un poco.
-Ah... Entiendo ¿Y puedo irme a mi cabaña? Me siento rara en este lugar- le pregunté sentándome sobre la camilla con intención de ponerme de pié.
-Por mi te irías ya mismo, pero el psicólogo te observará en breve para analizar tu estado, yo sólo verifiqué que todo estuviera en orden.
-Entiendo...- asentí mientras acomodaba un poco mi rubia cabellera.
-Escuché que también eras médico ¿Eso es cierto Katherine?- preguntó alzando una de sus cejas.
-Si, es cierto. Yo era estudiante de medicina de una universidad alemana y también de por sit trabajaba en algunas situaciones...
-Eso quiere decir que de seguro eras o eres muy buena. No es a cualquiera estudiante de medicina que le dan oportunidad así de trabajar directamente en centros de salud.
-Era en un laboratorio...
-Interesante Katherine... eras una especie de científica entonces, quizá podamos trabajar juntos algún día- sonrió nuevamente.
En ese momento alguien tocaba la puerta no pude evitar girar el rostro hacia la misma para ver de quién se trataba.
-Ah, !vaya! Creo que el psicólogo está aquí- dijo el doctor Ryshdale con una leve sonrisa a la vez en que ajustaba sus lentes y se ponía en modo de irse. Cabía destacar que era muy guapo y tenía una sonrisa encantadora.
La puerta se abrió nuevamente y la silueta borrosa a mi vista de un hombre de rizos oscuros se asomaron seguido de un rostro algo bronceado y ojos oscuros como su cabello, de inmediato supe de quién se trataba.
-Ah... Disculpen ¿Puedo pasar?- preguntó.
-Claro joven, adelante- le dijo el doctor haciendo un ademán- Yo me voy a retirar, para que puedan estar a solas un momento, yo luego mandaré al psicólogo para que revise a la señorita.
-Está bien Doctor- le dijo Ed mientras tenía una mano en su bolsillo y otra en la nuca mirando a aquel hombre con bata blanca marcharse y cerrar la puerta.
En momento se tornó algo incómodo para ambos, Kath se hallaba un poco desconcertada y Ed no podía emitir palabra alguna para iniciar una conversación. Ambos duraron un pequeño rato mirándose uno a otro sin decir nada hasta que Kath se aproximó a romper la tensión que había en el aire.
-¿Qué estás haciendo aquí?- preguntó frunciendo el ceño con un gesto de confusión.
Aquella pregunta emitida por ella lo sorprendió, fué fría, como si el fuera un extraño o alguien detestable se tratase.
-Yo... Pues, vive a verte. Quería saber como estabas, me preocupé mucho por ti... Aunque no lo creas.
-Ah, estoy bien... Gracias, no tenías porqué hacerlo.
-Hmm... Oye lamento lo de ayer, debió haber sido una experiencia terrible para ti, y... pues admito que fue mas incómodo para mi verte así.
En ese instante Kath se ruborizó un poco debido a la vergüenza que sintió en ese momento, acababa de recordarlo todo, porque no se imaginaba a si misma estar actuando como una desquiciada frente a sus compañeros y menos frente a Ed, pero fue todo en contra de su voluntad, un recuento de aquellos fuertes y dolorosos momentos que desearía borrar de su mente para siempre .
-No fue nada grave, sólo fue la presión del momento- dijo mientras se acomodaba un poco en la camilla para tratar de no ver el rostro de Ed, a ella le resultaba incómodo chocar miradas con el.
-Sabes, a pesar de que casi es hora de irme porque en unos momentos tocaran el timbre para ir a cenar, yo... Quisiera conversar un poco con vos.
-Ah, bien- asintió un poco desconcertada al escucharlo pronunciar su acento español.
-Verás... Para empezar las cosas bien de nuevo te pediré disculpas por lo que te dije aquella noche sabes... Y también porque admito que en algunos momentos me llego a comportar como un imbécil.
Kath soltó una leve risita y volteo a ver por la ventana para luego dirigirse hacia el.
-No te preocupes, dos días después entendí cual fue tu intensión y... Dejé de estar molesta contigo, sólo que me sentía un poco apenada para hablarte y... Disculpa mi actitud infantil es que no soy buena tratando socialmente con las personas en esos momentos.
Ed se aproximó a ella y se sentó en el borde de la camilla donde no se contuvo y acarició el suave y delicado rostro de Kath, ella sonrío levemente y lo miró a sus oscuros ojos llenos de ternura y hombría. Él tomaba su mano y ella la apretaba un poco.
Kath a pesar de su estado decidió dejar las peleas de lado y tratar de llevarse bien no sólo con Ed, sino también con todos los demás. Sin embargo cabe destacar que son compañeros de entrenamiento y eso quiere decir que permanecerán la mejor parte del tiempo juntos.
Mientras ambos permanecían tomados de la mano y sumidos en su propia atmósfera, la puerta se abrió un poco y Alyssa observó ligeramente a ver si podía pasar a saludar a la amiga mas cercana de su hermana mayor, pero el hecho de ver aquella escena desató en la pequeña un revuelto de emociones y una de ellas eran celos. La niña no tenía idea de porqué sentía aquello, una extraña mezcla de rabia y llanto que la invadió haciéndola irse corriendo de allí con pequeñas lagrimitas en sus ojos. La pequeña ya había tenido esos momentos de resentimiento con Kath, pero aun así no la veía como su enemiga. Por otro lado Ed y Kath ni siquiera notaron aquello.
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Rigor Mortis//La Fiesta De Los Muertos//
Science FictionAVISO: No leer si eres sensible. LIBRO #1 COMPLETO. LIBRO #2 EN PROCESO. Año 2040 El planeta para entonces estaba dividido en cinco únicos gobiernos, un líder presidencial por cada continente, pero aun así las naciones seguían manteniendo tanto su i...