Capítulo 24

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Aquella mañana Hegel estaba con su vestimenta de guardia dirigiéndole algunas ordenes a sus hombres, luego de hacerlo llamó a su asistente personalmente cuando la mayoría de sus hombres se habían ido.

-Milton, ven acá un momento.

-Dígame señor- respondió cuando atendió al llamado.

-¿Has tenido noticias sobre mi hijo o la chica?- preguntó después de mirar hacia ambos lados antes de preguntar.

-No señor. Planteé usar robots y GPS para facilitar la búsqueda. Hemos perdido algunos hombres con los infectados porque las armaduras no son muy resistentes a sus ataques y esas cosas suelen atacar en grandes hordas y unos que otros son increíblemente fuertes.

-La próxima vez forma grupos diferentes, yo no estoy en condición de perder hombres con mis propias armas biológicas. Haz lo que tengas que hacer y no confíes en cualquier persona para ciertas misiones, nunca sabremos quien puede ser alguna especie de topo y regar información confidencial.

-Señor le entiendo perfectamente, pero sus armas biológicas han extinguido la ciudad cobrando muchas vidas inocentes.

-Tranquilo Milton, administro una base militar y dos resistencias por ahora. Es posible que encontremos a mi hijo en algún lugar y en cuanto a las personas... Yo sabré que hacer más tarde.

-Señor, yo... Escuché en la radio un aviso sobre los coreanos, y... Están planeando bombardear la ciudad.

-Maldición Milton, debiste informarme sobre eso antes.

-Lo lamento señor, perdoneme, pensé que usted lo sabía- dijo mientras bajaba su rostro.

-De todas formas hay que preparar el ejército y las máquinas. Se aproxima una guerra y pretendo ganarla con las armas biológicas a mi favor, pero no pretendo sacrificar a mi hijo en ella. Debes poner todos los grupos de rescatistas y búsqueda profesional a trabajar sobre esto y trata de ser discreto porque no podemos confiarnos mucho, como dije anteriormente puede que halla entre nosotros alguien que use la información en nuestra contra y encuentre a mi hijo y a la chica antes que nosotros.

-¿Por qué es ella importante?- preguntó con curiosidad.

-Es la chica con la mentalidad mas avansada para fabricar vacunas y trabajar con bioquímica, ella fue la creadora del virus, pero el hecho de que dicho virus se manifestara de esta forma fue un accidente. Yo le ordené que tratara en encontrar una vacuna que hiciera a mis hombres fuertes aun cuando estuvieran moribundos o muy heridos. Se que suena descabellado Milton, pero el poder me cegó.

-Entiendo señor.

-¿Milton y usted tiene o tenía familia?

-Si señor, tenía esposa e hijas, pero... Los perdí.

-Ah, como lo siento. Debiste traerlos acá de inmediato, eres el mejor asistente que he tenido y no merecías tal perdida.

-Señor, mi familia nunca supo que trabajaba para usted.

-Sean cuales sean los motivos de tu silencio, te trajo una dolorosa consecuencia.

-Lo sé muy bien señor- dijo el hombre mientras inclinaba un poco el rostro nuevamente.

***

El sol se asomaba por la ventana, la noche fue un poco fría e incómoda, ninguno de los que allí estaban pudieron dormir como quería por miedo a vivir una situación similar a la primera noche en que el virus se desató y desde entonces ninguno a podido conciliar la calma...

En la mañana Alessia y Kath hicieron un poco de café para ellas y chocolate caliente para niña debido a que la mañana inició con una fría temperatura.

-¿Entonces ustedes vendrán con nosotros?- preguntó Kath mientras le daba un sorbo a su café.

-Si Alyssa está a salvo allá... No tengo problema alguno. Antes de encontrarlos a ustedes la idea era quedarnos las dos solas en este lugar.

-Entiendo... ¿Puedo preguntarte algo? Sin mala intención claro...

-Si- respondió la chica encogiéndose de hombros.

-¿Por qué tu cabello está cortado de esa forma? osea no te queda mal, sino que para mi sería un poco incómodo tenerlo tan corto.

Alessia en ese momento soltó un suspiro y dijo:

-Aveces... Tomanos decisiones difíciles que detrás tienen un motivo. Y la razón por la que vivo cortando mi cabello fue... cuando mi madre murió.

-Ah... Disculpa...

-No te preocupes, nadie aun tiene la habilidad de predecir cuando una tragedia está por ocurrir... Tampoco tenemos el poder de evitarlo- suspiró tristemente mirando aquella taza de café que tenía entre sus manos.

En ese instante Ed entró a la cocina y se sintió un poco incómodo al ver a las dos chicas allí. Pensó que talvez estaba interrumpiendo alguna conversación importante con su presencia ya que ambas lo miraron.

-Hola chicas, disculpen que interrumpa su conversación, pero ya estamos empacando las cosas más importantes.

-Está bien... Alessia y yo iremos en breve- respondió Kath mirándome con esos penetrantes ojos azules.

-Bueno, está bien- dije dando la vuelta y marchándome de allí con un poco de nerviosismo.

El grupo de supervivientes equipó varias mochilas de campamento con cosas útiles para el camino, incluyendo armas caseras y agua potable. La comida enlatada y en polvo fue guardada en el baúl del vehículo de Steve y Kath, mientras que lo demás estaba en el vehículo de Alessia.

Alessia estaba ayudando a su hermanita a vestirse adecuadamente con un abrigo grueso para proteger sus brazos y del frío que hacía.

-Hermana ¿Por qué tenemos que ir a otro lugar?- preguntó Alyssa.

-Aquí ya no estamos seguras, en cualquier momento podemos ser  invadidos por esas cosas- respondió Alessia mientras continuaba.

***

Ed estaba parado en frente de la cabaña esperando a los demás para marcharse y estado recostado de uno de los vehículos vio que Tad y el hijo de Hegel salieron juntos con enormes mochilas cargadas.

-Entonces eres el hijo de Hegel- dije mirándolo detenidamente, debo admitir que no me gusta para nada ese sentimiento negativo que siento cuando el está cerca o hablando con Kath.

-Si- respondió de manera incómoda.

-¿Por qué demoran tanto las chicas?- preguntó Tad guardando las mochilas dentro de los vehículos.

-Tardar es el don de todas las mujeres- respondí riendo un poco.

-En realidad Kath es la excepción- dijo Steve.

-Pues hoy tu linda amiga demostró lo contrario- le dije mientras alzaba una de mis cejas y cruzándome de brazos.

-Steve ya nos vamos- interrumpió ella en ese preciso instante donde recién llevaba. Hoy tenia su rubio cabello recogido en una cola de caballo que la hacía ver hermosa, ya que podía ver cada facción de su cara.

-Solo faltan las hermanas y Beatríz- dijo Tad.

Después de unos momentos ellas llegaron y al subir a los vehículos un grupo de muertos se aproximaba, lo supieron por el hecho de escuchar unos bramidos a corta distancia.... supongo que ya saben detectar la presencia humana, lo que es una gran desventaja.

Rigor Mortis//La Fiesta De Los Muertos//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora