Capítulo 7 (Parte II)

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Las cosas se habían salido de control en cuanto a  Kath. Llegó a un estado de alteración crítico a tal punto que hubo que desconectarla. Gotas de sangre salían de su de su nariz al momento que también se pudo observar que estaba alterada emitiendo gritos como si estuviera atravesando por un ataque de pánico. De inmediato unos hombres con trajes totalmente blancos y cubiertos hasta la cabeza la desconectaron, luego la sostuvieron y le inyectaron algo que al parecer fue un sedante para calmar su nerviosismo lo que hizo que quedara inconsciente. Fue un momento de alta tensión para cada uno de nosotros, ya no teníamos idea de si quizá lo soportemos. Nada saca de mi cabeza que esa maquina fue inventada para torturarnos mentalmente.


Mas tarde luego de haberla llevado hacia algún lugar para tratarla se nos informó que este entrenamiento había sido cancelado por hoy, pero que mañana uno de nosotros será llamado para ser el siguiente. Debido al inconveniente de hoy, dicho entrenamiento había sido cancelado para verificar que todo estuviese en orden ya que al parecer hubo un fallo técnico. Por alguna razón yo tenía el presentimiento de que esto iba a suceder, sólo yo conozco mas o menos a profundidad los pensamientos de Kath y que en su memoria la noche en que todo empezó se había convertido en su pesadilla, un trauma que la perseguirá por siempre como un lobo persigue a su presa.

***

Tad, Zyan y Andrew quienes ahora se habían convertido en mis nuevos amigos aparte de ser mis compañeros de entrenamiento estaban hablando de algo que realmente no le estaba prestando atención y mi mente aún divagaba pensando en ella. Me maldecía a mi mismo por eso, se supone que soy un soldado, no un maldito Romeo enamorado. Quisiera saber como detener esto, los impulsos de mi corazón al verla, sus ojos azules y sedoso cabello que se mueve con él pasar del viento... Maldición, es como un demonio que atormenta mi consciencia. No tengo idea de como lidiar con estas emociones, al final los hombres también sienten.

-Ed ¿Qué tanto piensas?- pregunta Zyan alzando una de sus cejas interrumpiendo mi pensamiento.

-De seguro está meditando antes de ser experimento de esa puta máquina- expresó Andrew con una pequeña carcajada.

-Amigos lo siento, pero no estoy de humor para chistes, ni siquiera tengo apetito, para comer... Creo que necesito tomar aire fresco- les dije a la vez en que me ponía de pie y me retiraba, tenia mi mente nublada y no solo por mi situación con Kath, otras cosas también me estaban aturdiendo.

-Ahora te volverás anoréxico como Alessia- dijo Zyan entrándose un bocado de comida a la boca.

-No hables así de ella idiota- le dijo Tad mirándolo seriamente.

-Ustedes si son aburridos, necesitan un poco de diversión en sus vidas, montón de amargados- expresó nuevamente con comida aun en su boca.

-Zyan cállate, te estás comportando como el idiota de Drake- le dijo Andrew.

-¡Oh! ¡oh!... Miren quién viene- dijo Zyan nuevamente, Ed se volteó a mirar, pero Andrew no lo hizo pensando que era una de sus bromas y se cruzó de brazos emitiendo una mirada amenazante.

-Andrew, disculpa... Hola chicos- saludó Andrey con su cara de indiferencia poniendo una mano en el hombro de su hermano.

-Andrey ¿Qué pasa?- preguntó dirigiéndose a su hermana con un poco de sobresalto por el pequeño susto que esta le dio.

-Tengo que contarte algo... A solas- le dijo observándolo con sus cristalinos ojos azules expresando claramente que algo estaba pasando, conocía bien a su hermana y bien al ser gemelos tienen una conexión especial.

-¿Tiene que ser en este momento querida hermanita?- preguntó frunciendo su ceño.

-De no ser importante no hubiese venido- respondió rodando los ojos.

-Andrew será mejor que vayas- le dijo Ed, mientras que Zyan y Tad permanecían en silencio observándola. Andrey es realmente bella.

Al momento de Andrew ponerse de pie para ir con su hermana, Zyan se quedó mordiéndose los labios al contemplar la silueta de Andrey, cosa que no disimulaba para nada provocando que Tad y Ed rieran ante su expresión. 

-¿De qué carajos se ríen ustedes par se imbéciles?- preguntó frunciendo el ceño.

-Yo me limitaré a responder eso amigo, esta vez si me iré. Hablamos al rato- le dijo Ed a la vez en que se marchaba.

A simple vista un ser de baja estatura se veía una larga melena castaña ir corriendo por el comedor y de inmediato no hubo que enfocar la vista para ver de quién se trataba. 

-¡Edwiin!- se escuchó a una tierna voz chillona apresurarse y no era nada menos que la pequeña Alyssa, quién al llegar se enmarañó de mis pantalones mientras me miraba con cara de niño ansioso por un dulce con su tierno rostro.

-Hola pequeña ¿Cómo estás?- le preguntó a medida en que alborotaba un poco su cabello.

-¡Estoy bien!- respondió con una sonrisa angelical como si quisiera algo.

-Eso... Me alegra... Y dime... ¿Qué estabas haciendo en este lugar?

-Nada, simplemente te echaba de menos Ed. Quise venir a verte- dijo cruzando sus pies.

En ese momento Ed se inclino un poco para tratar de estar mas o menos a su altura y le dijo:

-Pequeña, sabes que esta no es tu área y no me gustaría para nada que os metieras en algún lío.

-Hmm... Lo siento, entonces.. ¿Quieres que me vaya?- preguntó con un tono fingiendo estar triste.

-No, para nada pequeña. De hecho... Me agrada tu compañía- le dijo Ed mirándola con ternura a la vez en que sujetaba una de sus pequeñas y suaves manos.

-¿Donde está tu barba?- le preguntó acariciándole el rostro.

-No te preocupes, un día de estos volverá a crecer.

En ese momento Zyan interrumpió la conversación niña-adulto y dijo:

-La dejas crecer y apuesto mi cabeza a que la mayor Warren te la arrancará pelo por pelo con una pinza- expresó con una ligera carcajada.

Alyssa por un momento lo fulminó con la mirada como sólo una niña de once años puede hacerlo.

-Amigo cálmate, no querrás hacerla enojar- le dijo Tad entre susurros mientras le daba un ligero codazo.

-Pequeña ¿Por qué no mejor salimos de aquí para que mis amigos no te molesten?- le propuso Ed.

Ella asintió mirándolo a sus oscuros ojos.

En ese momento ella se apresuró y tomó a Ed de la mano y caminaba esbozando una sonrisa casi saltando como poni.

-Esa niña es extraña- expresó cuando los vio marcharse.

-No te preocupes, lo considero algo normal desde que la conozco, por lo menos ahora habla mas a menudo a pesar de que se encariñó con Ed.

-¿Era muda?- preguntó frunciendo el ceño.

-No imbécil, me refiero a que cuando la vi por primera vez con suerte la escuché pronunciar unas palabras cuando aún estábamos en... España.


Rigor Mortis//La Fiesta De Los Muertos//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora