Capítulo 24 //Parte II

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Después de que lluvia había cesado mis soldados y yo salimos a la desolada calle con único destino de llegar a Hegel lo antes posible con la preocupación de ser sorprendidos por alguna demoníaca criatura traga hombres que esté merodeando en busca de carne fresca. En algunas ocasiones todos nos vimos obligados a correr para no gastar municiones y evitar ruido que alerte a los demás muertos que solían aparecer durante en trayecto y que no representaban peligro alguno debido a su lentitud.
Era deprimente ver como aquel grupo de jóvenes con toda una vida por delante habían tenido el coraje de arriesgarse a morir en esta misión, pero quizá esto era lo que el destino nos tenia guardado desde un principio, enfrentar a la muerte directamente.

***

Kath con cada día que pasaba miraba constantemente por su ventana con la esperanza de ver a alguien que fuera a salvarla, alguien que la saque de allí cuanto antes y estar con quien ella considera el amor de su vida y no en un laboratorio dándole fuerzas a la muerte para que siguiera arropando el mundo en desgracias, con un nuevo proyecto de Hegel, un mecanismo para usar los muertos como siempre el lo quiso desde un principio armas biológicas de destrucción masiva.

La rubia dejó de mirar por la ventana y prosiguió a tumbarse sobre la cama dejando salir un par de lágrimas acompañadas de unos leves sollozos de desesperación e impotencia, ya no soportaba mas aquello y de cuando en veces pasaban pensamientos suicidas sobre su cabeza, pero ella sabía que no podía rendirse porque aquello era pasajero y estaba segura de que no estaría allí por siempre.

Steve, quién pasaba por allí quiso entrar, se vio tentado a tocar la puerta, pero algo le dijo que no lo hiciera ya que le pareció que a su amiga le vendría bien estar sola en estos momentos difíciles y perturbadores, cosa que su padre no veía porque solo la necesitaba para sus oscuros propósitos. Se preocupada mucho por ella y solo él tenía conocimiento del infierno que estaba viviendo siendo explotada por Hegel y sus ambiciones.

Aquel chico moreno sufría en silencio todo aquello que estaba ocurriendo, no lo soportaba y llegó a un punto de tomar insomníferos para poder dormir, ya que la preocupación no le dejaba en paz y todo lo empeoraba la terrible ambición de su padre la cuál aumentaba con cada día que pasaba.

Hegel, por lo tanto, estaba confundido, desorientado y sin mas que pensar... Todo estaba a punto de salirsele de las manos, ya que Asia y América lo amenazaron con destruirlo debido al daño que le hizo a la humanidad, y lo señalan como causante oficial del apocalipsis, pero aquello no iba a detenerlo porque su ambición de poder lo estaba consumiendo a tal punto de olvidarse que tenía esposa e hijo, porque su prioridad ahora es la mente Katherine para tener el mundo en sus manos con su proyecto.

-Señor presidente, sobre sus planes con las criaturas... ¿Usted cree que realmente den el resultado que usted espera?- preguntó un hombre vestido de traje formal sentado frente a su escritorio con una mirada suspicaz y sus delgados dedos cruzados entre si.

-Usted sabe que si, y para ello necesito a todo el consejo europeo reunido en mi mesa para una breve reunión- respondió Hegel con autoridad.

-¿Le hablará vos al consejo sobre sus planes o posibles negocios?- preguntó alzando una de sus cejas.

-No estoy seguro, no me gusta contarlo todo... Puede que algunos de esos mediocres me llegue a traicionar y utilize información valiosa para fines oscuros contra mi. En estos tiempos no puedo confiar totalmente en ellos, simplemente aceptarían mis ofertas porque tengo sus países casi en mi poder y con sus habitantes muriendo aunque no estén muertos del todo.

-En ese caso... Cambiando de tema, os aseguro que con el embajador de Turkía no necesitará ni a Suecia ni a Alemania- expresó con una sonrisa.

-Expliquese mejor Dr. Raywer- le dijo Hegel frunciendo su ceño interesado en las palabras de aquel hombre.

-El embajador Turco Suleiman Karcí tiene a su disposición una gran cantidad de bombas y os aseguro yo a vos que con el no necesitáis las balas de los alemanes para enfrentar a los Americanos, Asiáticos y sobre todo al Presidente y Líder de Australia.

-Usted es brillante Raywer- río Hegel con malicia mientras pasada una mano por su mentón.

-Pero hay un detalle con respecto a él.

-¿Podría decirme cual Raywer?

-Ese hombre es el líder y comandante de todas las bases militares de Australia, esto quiere decir que tiene en sus manos a los mejores soldados del mundo.

-Tiene usted mucha razón Raywer, y lo recuerdo bien porque cuando mande a traer a la científica que trabaja con el proyecto RM perdí varios hombres allá y no fue mas que por la habilidad de sus francotiradores ubicados como centinelas en la base.

-De eso hablo, y vos debe de tenéis mucho cuidado... Estuve investigando gracias a un topo que trabaja para mi en esa armada y August junto a la mayor Warren tienen un pequeño grupo elite preparado para misiones en su contra Sr. Presidente y ya han de estar muy cerca.

-Esto es increíble ¿Cómo no lo imaginé?- expresó Hegel con asombro ante lo que estaba escuchando- eso explica esa extraña nave.

-El líder de aquello tiene por nombre: Edwin.

-Edwin... Lo imaginé, lo recuerdo bien- dijo de una manera muy misteriosa como si de algún malevolo plan se tratase.

-¿Vos lo conoce?- preguntó.

-Perfectamente bien, pero con eso usted me contó estaré esperándolo para darle una calurosa bienvenida... con un agujero en la frente.


***

Edwin

Ya faltaba poco para llegar, y nos detuvimos a descansar dentro de una de las abandonas casas que quedaba allí cerca, pero antes nos aseguramos de que no andubiera algun muerto esperandonos, cosa que para nuestra suerte no fue así. Dejé al equipo inspeccionar demás lugares de la casa y con mi arma cargada entré discretamente a una de las habitaciones, y estando allí sentí un extraño sentimiento, porque aquello parecía ser la habitación de una niña. A pesar de que las estructuras estuvieran cubiertas de polvo, se podían apreciar unos que otros juguetes incluyendo un oso de felta con sangre seca, lo tome y no entiendo por qué de una u otra manera recordé a Alyssa. Me vi obligado a soltar en juguete cuando escuché un grito que pareció ser de Lorena desde la otra habitación, salí de allí empuñando mi arma y entré a toda prisa al escuchar un disparo, no fue nada menos que Zyan quién le disparó a un cadaver, casualmente el de un niña de quizás 8 años la cual supuse que era la dueña del juguete.
De inmediato los demás se alertaron y subieron a ver que pasaba.

-Tranquilo equipo, todo está bajo control- les dije.

-¿Qué pasó?- preguntó Beatríz.

-Lorena estaba inspeccionando esta habitación, la escuché gritar y como yo estaba en este pasillo fui a ver que pasaba y no fue nada mas que un fastidioso zombie al cual le volé la tapa de los sesos- contó Zyan.

Rigor Mortis//La Fiesta De Los Muertos//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora