Rigor Mortis//La Fiesta De Los Muertos//

Capítulo 23 //Parte II//

La desolada ciudad reflejaba el terror y un sentimiento desagradable con cada paso que hacíamos adentrándonos a ella. Hojas de periódicos volando, siendo llevadas el viento y uno que otro muerto merodeando por el lugar, los cuales cuando se acercaban Belak les disparaba con su arma con silenciador, él era quien cuidaba del grupo en la retaguardia por ser uno de los tiradores con mas habilidad del equipo y era quién nos alertaría por si alguna posible horda de muertos decidía querer almorzar carne fresca.
Duramos una hora aproximadamente de camino a través de la enorme ciudad  poblada de edificios enormes y desolados, evitamos unos cuantos zombies y al momento de deternos a descansar vimos como el cielo empezaba a nublarse de una manera muy extraña.

-Ed, amigo... Nunca había visto el cielo nublarse de esa forma- dijo Tadashi observando el cielo.

-Estoy totalmente de acuerdo- respondí al notar que nada de esto me daba buena espina.

Todo el escuadrón estaba sin su casco protector producto de la enorme calor que producía el traje y más para sentir el aire fresco, pero de pronto lo que parecía ser una gota de agua, cayó sobre el traje de Andrew y este vio la reacción destructora de la misma sobre el metal.

-¡Todos corran! Es lluvia ácida- expresó con pánico alertando a los demás quienes de inmediato se mostraron preocupados y desorientados.

-Joder- Murmuré al tiempo en que noté exactamente lo mismo y ubicaba un lugar para refugiarnos de no morir calcinados.

-Edwin, tenemos que refugiarnos o estaremos literalmente fritos- le dijo Beatríz la cual parecía realmente preocupada y asustada a la vez.

-Equipo, vamos rápido hasta una cafetería de por aquí cerca- les dije haciendo un ademán.

De pronto todos trataron de cubrirse a medida en que aumentaba la lluvia.

-¡Deprisa!- les dije a media en que corríamos al lugar como si de un maratón se tratase.

-¡Auch, me quema!- gritó Andrey cubriendo su rostro con sus manos.

-Hermana ¡vamos!- le dijo Andrew tratando de ayudarla.

-¡Me arde la frente Andrew!- dijo desesperada.

-¡Joder, apresuraos todos!- gritó Ed a medida en que entraba por la puerta del lugar restándole importancia a que hubiera algún muerto o mutante esperándoles con ansías allí dentro.

De pronto cada uno iba entrando al lugar a toda prisa como animales ya que la lluvia había empezado a caer con violencia y a leguas se veía como dejaba su efecto destructor, eso explica porqué en solo seis meses la ciudad aparentaba tener décadas de abandono.

-Yo no tenia ni puta idea de que acá esto sucedía, no vine aquí a para ser freído como salchicha- se quejó Drake pasando su mano por algunas pequeñas quemaduras que aun le ardían.

-Saquen el equipo de primeros auxilios y curence las quemaduras, yo vigilarse que todo este normal aquí- ordené cargando mi AK47.

De pronto Alessia se acercó a mi y me dijo:

-Tienes quemaduras Ed ¿No vas a curarlas?- preguntó observando la marca de una gota de lluvia ácida en mi mejilla mientras que ella tenía un envase de pomada regeneradora en sus manos.

-No te preocupes, ni fue nada...- le dije, pero ella no prestó atención a eso.

-Deja que te cure- dijo y sin mas puso un poco de pomada regeneradora sobre mi mejilla con sus delicados y suaves dedos haciéndome sentir un pequeño alivio por los efectos de la antes mencionada pomada y una rara sensación al tacto de sus dedos sobre mi piel.

-Gracias Alessia.

-No fue nada- respondió con una media sonrisa y un brillo especial en aquellos verdes ojos.

En ese momento me adentré al lugar y encendí una pequeña linterna que mi arma poseía, caminé discretamente y proseguí a abrir la puerta del baño de hombres, al hacer esto me lleve uno de mis brazos a la nariz por el fétido hedor proveniente del lugar y estando allí dentro un cadáver en descomposición recostado de la parded con manchas de sangre seca y al lado de dicho cadaver había una arma de fuego que parecía ser una simple Beretta de inmediato supuse que aquel hombre se había suicidado debido a que tenía un agujero en su frente y miles de moscas sobre su cadaver.

Miré al espejo y vi algo escrito en el, eran cifras 09 10 2045 lo que pareció ser una fecha. También miré que el cadaver tenía en sus manos una biblia aquello me conmovió un poco pues me recordó a mi madre, ella era una católica muy debota a pesar de como andaba el mundo en cuanto a la religión. Salí de aquel lugar y me aproximé a estar con los demás.

***

Andrey estaba siendo curada por su hermano y este tenía que soportar los leves quejidos de su hermana mientras le aplicaba la crema curativa.

-De milagro no perdiste el rostro- le dijo Lorena con sarcasmo, Andrey puso sus ojos azules sobre ella de una manera muy desagradable casi fulminandola a la vez en que Andrew la seguía medicando.

-Lorena, por favor... - le dijo Debbie tomándola del brazo.

-¿Y a ti que te pasa?- preguntó la chica del flequillo a su amiga.

-Deja esa pobre chica en paz, te meterás en problemas.

Lorena no respondió y sólo giró sus marrones ojos.

Tadashi se encontraba un poco aislado escuchando como la lluvia caía en la calle y sobre aquel antiguo local, que a pesar de todo recuerda muy bien, pero en realidad su atención estaba en Beatríz, aquella pelirroja que nunca sacará de su mente a pesar de permanecer callado y no dar indicios de sus sentimientos hacia ella frente a los soldados. Fue cuestión de unos momentos para que su mejor amigo notara que estaba undido en su propio pensamiento y fuera a ponerle una mano en el hombro.

-Ed... Amigo.

-¿Pensando en ella cierto?- preguntó.

-No lo puedo evitar- suspiró.

-Líder ¿Puedo ir a inspeccionar el resto del lugar? Ya la lluvia ácida esta pasando y quiero ver si encuentro algo- dijo Belak con su arma en brazos como siempre.

-No te preocupes, solo dile a los demás que guarden silencio. Al menos yo no vi nada hace un momento cuando estuve inspeccionando. Solo un cadaver en descomposición en uno de los baños.

-Esta bien- asintió marchándose hacia el grupo, y mientras lo hacía Ed notó un extraño gesto de Beatríz al pasar al lado de él, fue como si se hubiera mordido los labios disimuladamente con lujuria y aquello juró imaginarlo.