Rigor Mortis//La Fiesta De Los Muertos//

Capítulo 32

Charlando un poco con Kath, sentí una fría Briza que me hizo erizar la piel un poco y no pude evitar tener un escalofrío involuntario como si fuese una pequeña sacudida debido a su forma de expresarse hace unos momentos.

-¿Pasa algo Ed?- preguntó la rubia mirandome con esos azulados ojos que reflejan la luz de la luna de una forma divina e única a la vez.

-No, tranquila. Sólo fue un escalofrío- le dije haciendo una media sonrisa tratando de disipar la emoción causada de hace un momento.

Kath miró al cielo por unos segundos nuevamente y luego inclinó su rostro soltando un triste suspiro.

-Sabes Ed... Hay algo que atormenta mi corazón desde hace unos días, exactamente desde cuando todo esto empezó- dijo con ánimo depresivo.

Desde un principio imaginé o sospechaba que algo le estaba sucediendo, pero lo ignoré pensando que sólo se trataba sobre el ambiente lleno de muerte que nos estaba atormentado.

-Creo que todos tenemos esa sensación Kath, es mas te cuento que... yo tuve que asesinar a mis padres porque... No tuve otra opción, ellos estaban convertidos en esas cosas y... Fue muy duro para mi hacerlo, se como se te sientes ahora, lo entiendo pero estamos aquí en busca de algo mejor, un nuevo futuro y Australia es nuestro nuevo destino- le dije con un nudo en la garganta mientras  trataba de reprimir para que aquel doloroso recuerdo de hace unos días para que no me hiciera llorar delante de ella, eso solo demostraría que soy débil y que no tengo la capacidad suficiente de cuidar de ella o los demás incluyendo la pequeña Alyssa .

-Esos no eran tus padres Ed, dejaron de serlo cuando fueron atacados e infectados con el virus. No sólo tu perdiste a tu familia... Todos lo hicimos, y lo peor es... Que todo fue mi culpa- dijo cerrando los ojos y liberando el llanto que no quería sacar poniendo ambas manos en su rostro a la vez en que sollozaba.

Sentí mi corazón debilitarse cuando la vi llorar sin razón alguna, en ese momento lo mas que hice fue darle un abrazo y en mis oídos escuchaba el sonido de sus sollozos y sentía la humedad de sus lágrimas en mi hombro, quería consolarla, pero yo no tenía ni la menor idea de entender lo que estaba diciendo ¿Qué fue lo que hizo tan malo? ¿Por qué se vive culpando a si misma? Creo que mejor dejaré esas preguntas en mi mente, no concidero que sea lo correcto entrarlas al tema.

-Kath no digas eso, tu no tienes la culpa de nada- susurré mientras acariciaba su rubio y sedoso cabello.

-Tu... No lo... Entiendes- dijo entre llanto tratando de parar de sollozar.

En ese momento ella se soltó de mi agarre y con su mano limpiaba las lágrimas de sus ojos, entonces me miró con tristeza y dijo:

-Yo fui la creadora del virus...

Aquella inesperada noticia la sentí llegar a mi corazón como si de una fría bala de metal se tratara, no supe que pensar, mi mente se puso en blanco y sentía una expresión como si mi lengua no pudiera formular palabra alguna para decir algo sobre lo que acabo de escuchar, simplemente no podía ser, ella no... Maldición debe de ser una broma- pensé mientras pasaba ambas manos sobre mi cabello con angustia.

-Lo siento, lo siento mucho Ed. Pero ya no podía con esto, se que apenas te conozco y que deberías de terminar con mi vida en este momento. Hice un monstruo con personas que están acabando con la humanidad rápidamente, perdonadme pero seguir con el secreto me estaba quemando el alma- dijo entre llanto nuevamente sin tomar aire al hablar haciendo que se desplomara en el suelo.

Kath tomo el cuchillo que yo había tirado al suelo hace unos momentos e hizo que yo lo tomase para apuntar a su delicada garganta.

-Adelante, corta mi garganta, me lo merezco... soy un monstruo- decía con lagrimas en sus ojos.

-NO.

-¡HAZLO MALDITA SEA, MATAME! no merezco vivir- decía con un imparable llanto.

-No Kath, no voy a matarte, no voy a matar a nadie aquí- le dije mientras soltaba ese cuchillo nuevamente y la abrazaba dejando que descargara toda su energía sobre mi, todo ese pesar que tenia en su frágil corazón.

-Oye... Tranquila, se que fuiste de seguro obligada por Hegel y... Eso no te hace culpable, esta consecuencia no fue tu culpa, pero... ¿Cómo pasó? Pregunté mientras la conduje a que se sentara conmigo  en el borde de la piscina mojando nuestros pies para luego  ayudarla a reponerse.

-Fue hace un tiempo... Todo comenzó cuando se supo de la amenaza de una posible "guerra" por parte de Corea del norte, ya sabes que al rededor del mundo hay 5 líderes supremos y Hegel es el mas temido de todo el continente europeo. Hace dos años por ser la mejor amiga de su hijo, el cual es Steve... Hegel me regaló una beca en una universidad Alemana para estudiar y que allí me convirtiera en una gran cientifica debido a mis habilidades con los laboratorios, entonces fue ahí donde el me pidió "inventar" o manipular una especie de virus que regenera algunos sistemas motores de nuestro cuerpo y proporcionar ventajas de súper hombre a través de la Rigor Mortis en los cadáveres de soldados recién caídos.

-Pero que interesante Kath- le dije en voz baja con asombro por lo que estaba escuchando salir de su delicada y perfecta boca.

-Lo peor sucedió después... Una noche mientras experimentaba con cadáveres junto a mis compañeros de trabajo... No vimos resultados inmediatos y pensamos rendirnos, pero fue ahí donde todo empezó... Uno de los cadáveres reaccionó y abrió sus ojos con agresividad, recuerdo que no tenía pupila visible y para mi fue algo muy extraño, pero mis compañeros empezaron a felicitarse entre si y... En ese preciso momento fue en  donde aquel hombre se abalanzó sobre uno de ellos arrancándole la piel y tejido de su cuello como si fuese alguna goma, el pánico inició y... Las cosas se salieron de control en aquel instante, esa noche abandoné el laboratorio como una cobarde, realmente estaba asustada y antes de salir a la calle, yo me refugié en uno de los baños por todo un día esperando a que el peligro pasara, pero no fue así, llegue a escuchar los gritos de las personas y una que otra golpeando la puerta para entrar pero, no quise arriesgarme y me quedé allí sola toda la noche hasta el siguiente día cuando no me quedó de otra que irme a la enorme casa de Steve... Estuve allí hasta hacen dos días cuando nos conocimos en aquel supermercado.

***

Aquella fría noche Alyssa se levantó unos momentos y con mucho cuidado bajó las escaleras y fue a la cocina por un poco de agua fría, después de tomarla notó que la puerta estaba abierta y se asomó con cuidado y no hubo necesidad de asustarse, simplemente vio a el chico de los rizos y a la rubia bonita conversar frente a la piscina.

-Desearía que esto sólo fuera una pesadilla- susurró la pequeña regresando a la habitación donde dormía con su hermana mayor donde no pudo borrar la imagen de verlos juntos en aquel lugar, sentía una especie de remordimiento, como si quisiera separarlos en ese preciso momento.