Capítulo 5

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La noche había caído y aquellas personas del bajo mundo andaban por varios callejones de na ciudad tal vez consumiendo drogas o quizá esperando alguna víctima para quitarle lo poco que tenga, pero para Beatríz las cosas no funcionaban así, ella es la líder de una pandilla Neonazi que hacen sus propias reglas y asesinan a personas sólo por tener cualquier defecto, ella y los demás detestan a negros, homosexuales, etc. Todos conocen sus hazañas, pero nadie dice nada por temor a ser atacados o perder algún familiar cercano.

Beatríz es una chica de piel muy blanca y cabello color zanahoria que vive a unas cuadras de Edwin y que ésta es de origen Alemán, que por cosas del destino ahora vive en España, fue criada por un padre Neonazi que desde pequeña le implantó en su cabeza sus ideas de racismo y demás discriminaciones, haciendo que ella sea una persona antisocial para entonces convertirse en una líder Neonazi muy temida por su apariencia de tender a vestirse de negro muy a menudo y su carácter regio, esos detalles hacen que ella sea respetada por cada persona en donde vive cerca o lejos por su fama en donde estudia... Solo que nadie se atreve a hacer algún comentario que afecte su imagen.

La noche estaba fría. Beatríz llevaba puesto una chaqueta de cuero color negro y el cabello suelto con ondas. Ella se dirigía hacia aquel bar de la esquina a relajar su mente un poco. Empujó un poco la puerta y al entrar una pequella campanita había sonado para hacer notar su presencia.

-Buenas noches bella Beatríz- saludó uno de sus amigos de apariencia ruda como si fuese motociclista cuando la vio entrar.

-Buenas noches Drake- respondió ella con una media sonrisa haciendo notar su acento alemán, que apesar de saber español era difícil no pronunciar su acento natal al hablar.

-¿Qué asunto pendiente tenemos para hoy?- preguntó aquel tipo con tatuajes en ambos brazos mientras acariciaba su barba.

-Tranquilo, le daremos mas tiempo a quienes nos deben, hoy vine a relajarme un poco; no para ajustar cuentas con un infeliz miserable- respondió la pelirroja mientras le daba unas palmadas en su hombro y se iba caminando al mostrador.

-Oye tú, dame un trago- le dijo al mesero que con temor iba a buscar la orden.

Beatríz miraba a las personas a su alrededor y en cierto momento llegó a sentir una especie de repulsión por algunos de los que estaban allí.

-Aquí tiene se-señorita- le dijo el cantinero con temor, ella lo ignoró y tomó el trago.

-Beatríz ¿Quieres salir de este lugar y dar un paseo?- preguntó Drake mientras ella estaba sentada con las piernas cruzadas en una de las sillas del mostrador.

-Sí, creo que es mejor que estar aquí dentro de este basurero- respondió a la vez en que dejaba el vaso en el mostrador junto el dinero del trago.

Ambos salieron del lugar y fue inevitable que algunas personas se les quedaran mirando a ambos con extrañeza.

Beatríz caminaba junto a su amigo por las frías calles de la ciudad y Drake quiso romper el silencio entre ambos iniciando una conversación.

-Te noto callada ¿Pasa algo?- preguntó el con ambas manos metidas en sus bolsillos por el frío que estaba haciendo.

-Hmm... no- respondió.

-Estás muy callada Beatríz.

-Creo que no es necesario estar hablando todo en tiempo Drake- dijo mirándolo seriamente.

-Está bien, olvida lo que dije ¿Quieres un cigarro?- preguntó el sacando una cajetilla y una cajita de fósforos.

-Si, pero no traigo conmigo el inhalador de humo.

-No es importante, mira a tu alrededor... No hay nadie cerca, así que podemos fumar a confianza y con cierta libertad. Creo que no es necesario usar toda la tecnología de este tiempo Beatríz, hay cosas que son buenas usarlas a la antigua- expresó con una sonrisa.

-Pues como digas entonces- dijo ella haciendo un encogimiento de hombros a la vez en que tomaba un cigarro y encendiéndolo con los fósforos que Drake traía consigo lo puso en su boca.

-No lo se, pero este mundo cada vez está mas de cabeza- dijo aquel tipo exhalando una bocanada de humo.

-Lo sé Drake, ahora estamos rodeados de todo tipo de basuras humanas.

-Sabes, aveces me gustaría entender la vida de los homosexuales, pero me es imposible... No puedo evitar la sensación de querer dejarles un punto justo en medio de la frente- dijo con cierto toque de molestia.

-Te entiendo, en la universidad hay cientos de ellos. Una vez me encontré con un asqueroso judío y lo asesiné de una puñalada en el baño de la institución- respondió ella mientras le daba unas taladas al cigarro- el pobre hacía sus patéticas plegarias.

-No sabía que habías sido tu. Yo supe de la noticia, aunque no dudé en ningún minuto el hecho de que había sido uno de nosotros... Me pareció sospechoso que hayas salido limpia.

-Oye Drake, mejor ya me voy a mi apartamento. Mañana tengo clases y aunque no lo creas la próxima en morir puedo ser yo si mi padre se entera de que me va mal en la universidad- le dijo mientras se ponía de pié y arrojaba el cigarro al suelo para luego pisarlo con sus botas.

Drake soltó una carcajada y dijo:

-¿A esta edad tu padre aún te amenaza?

-No seas estúpido Drake, prefiero estar aquí y no en el lugar donde yo vivía anteriormente en Alemania hace algunos años.

-Bueno está bien, nos vemos luego hermosa Beatríz.

-Hasta luego Drake- se despidió de el mientras se iba caminando de aquel parque acomodando su chaqueta.

Al llegar a su hogar, Beatríz se quitó la chaqueta de cuero que traía puesta y lo dejó sobre en sofá mientras se recogía el cabello con una gancheta a la vez en que le salía uno que otro flequillo.

Prosiguió a calentar un poco de comida para cenar, y luego de una ducha irse a dormir.

***

Alessia estaba sentada en la mesa junto a su padre, su madrastra y su pequeña hermana mientras cenaban. En dicha cena el Sr. Levy notó que su hija menor estaba mirando su plato tristemente mientras jugaba con el tenedor en la comida en señal de que no tenía apetito.

-Alyssa ¿Qué pasa?- preguntó su padre- observando a la pequeña.

-Nada papá...

-¿Por qué no estás comiendo tu cena?- preguntó el.

-Creo que perdí el apetito- respondió la niña con desánimo.

-Yo creo que son tus niñerías- expresó la madrastra con arrogancia en su tono de voz.

Alessia rodó los ojos porque ya sabía que una vez mas ella sería la causa de una inevitable discusión.

-¡No son noñerías! ¡Simplemente no tengo hambre!- gritó la niña a ka mujer.

-Niña malcriada, ¿¡Cómo te atreves a hablarme así!?- dijo la mujer algo molesta.

-Alyssa termina ya tu cena- le dijo su padre intentando ignorar la situación.

-¡La comida de ella no me gusta, extraño la de mamá!- dijo la niña con lágrimas en los ojos mientras salía corriendo del lugar dirigiéndose posiblemente a su habitación.

Rigor Mortis//La Fiesta De Los Muertos//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora