Parte ll

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Edwin...

Después de que el mundo empezara a pudrirse poco a poco mis amigos y yo hemos tomado un destino temporal hasta ahora en una base militar en donde me hallaba cansado de entrenar todo el día. Sentía que estaba agotado tanto física como mentalmente.  A pesar de que estamos en un lugar con extrema seguridad no nos podemos descuidar, el peligro está al asecho y eso nos hace mantenernos alertas ante cualquier situación.

Desde hace seis meses que estoy en la nación Australiana y la verdad me siento otra persona, pero por las noches cuando me voy a la cama mis  pensamientos son los mismos  pensando en Madrid y por desgracia sigue igual que siempre... ese lugar donde nací y crecí  que ahora es inhabitable.

Hace un tiempo fuimos informados de que unas criaturas habían aparecido producto de la nueva cepa del virus y... Eso es algo que me aterra, apenas recuerdo la primera a la que me enfrenté a esas cosas, pensar en aquel día es algo que me causa escalofríos y dolor en el alma, no puedo evitar recordar que yo mismo asesiné a mis padres, siento ese recuerdo estrujarme el corazón cada vez que pienso en el y aun duele, igual a como si fuese ayer, maldito el día en que todo esto comenzó, maldito el día en que sé decidió un solo líder por continente, a partir de ahí es que todo este caos comenzó.

Después de ducharme y quitarme la ropa sudada de tanto entrenamiento militar, fui a buscar algo de cenar a la cafetería de la base, allí estaba Tad hablando con otros chicos, por ahora el se había hecho un poco mas popular que yo por su conocimiento en Katanas y haber llegado aquí con una de muy buena marca reconocida, pero se lo merece, el nunca había tenido  tanta atención.

-Hola Ed ¿Qué haces aquí tan sólo?- saludó uno de mis compañeros de entrenamiento llamado Zyan, un tipo de estatura alta y pelo muy rubio.

-Nada amigo, sólo quise sentarme aquí a solas con mi pensamiento.

-Entiendo... ¿Acaso ves a Tadashi?- pregunto a la vez en que se sentaba a mi lado y entrelazaba los dedos.

-Mas o menos- respondí.

-Ese tipo es reconocido al igual que tu acá, ninguno de los que están aquí han visto cara a cara un zombie.

-Y creeme que no les gustaría- le dije mientras me entraba un bocado de comida a la boca.

-Sería lo máximo hermano- expresó con una sonrisa.

-Una vez que tengas a una de esas cosas creeme que lo que sentirás no será alegría de tenerlas en frente...

***

Aquella noche cuando ya estaba acostado en mi cama cientos de pensamientos como cada noche rondaban mi mente y me entretenían a tal punto de quedarme dormido. La vida aquí ahora es diferente, tengo mas amigos y mas personas para socializar de las que jamás imaginé y a pensar de que hablan ingles pude aprender a entenderlos un poco y con quien mas hablaba era con Zyan, el es de la nación latina pero el es perteneciente a estados unidos, llegó aquí mucho antes que el virus comenzará y es el único que hasta ahora conozco con un buen español a pesar de que también habla un inglés nativo.

Las chicas que vinieron conmigo las veo muy pocas veces ya que entrenan en otro lugar de la base que es especial para mujeres, pero sólo podemos juntarnos con ellas los fines de semana, ya que esos días aquí son considerados para que descansemos de todo el pesado entrenamiento de la semana para prepararnos para lo que nos espera mas adelante y así es como todo fluye a través del tiempo.

Esta es la continuación de mí catastrófica historia comenzada en un país donde nadie jamás imaginaría que surgió tal desgracia, perdí a mis padres, lo mas preciado de mí vida, pero... en mi corazón no hay espacio de rencor para Kath, no lo entiendo, ella fue una de las principales culpables, pero Hegel estuvo detrás de todo y no descansaré hasta lograr mi objetivo; el me quitó a mi familia y eso ha sido lo mas doloroso por lo cual he tenido que atravesar y lo único que hasta el día de hoy no he podido superar.

Rigor Mortis//La Fiesta De Los Muertos//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora