Efímero (Devil's Touch) Borrador.

Catorce; el otro.

"No me gusta romper corazones"

Jared Fischer

Miro por todo el lugar hasta que veo la mano de Anna moverse de un lado a otro. Me acerco a ella, que está en la barra y le doy un fuerte abrazo. Ella me señala las copas encima de la barra y busco por allí a Grace. La veo a unos metros de mí sirviendo unas copas con una botella en cada mano. Ella se ve concentrada y no puedo evitar recordar que la he tenido encima de mí hace unas horas.

Cogemos nuestras bebidas y salimos fuera, donde dejamos los vasos en una mesa alta redonda.

— Ya era hora de que regresaras —le digo.

Ella sonríe. — He estado ocupada.

— ¿Y Hugo?

— Se ha quedado en Texas, cogerá los días libres en Navidad. ¿Qué tal tú? ¿Sigues en la misma empresa que hiciste las prácticas? —Asiento y bebo del vodka que me ha pedido mi amiga—. Eres de los pocos que ha conseguido quedarse en una empresa.

— Seguro que fue por mis tatuajes.

— Seguramente, no porque a la jefa y a la de recursos humanos se le cayeran las bragas al verte.

Sonrío de lado. — Bueno, no tengo la culpa —me encojo de hombros.

— Venga, puedes decírmelo, ¿te has acostado con tu jefa?

Tengo la copa en la boca y casi me atraganto. — ¿Qué dices? —Me río— No me he acostado con nadie, soy bueno en lo mío.

Ella alza una ceja y niego con la cabeza. Anna era una antigua amiga de la Universidad, tanto ella como Hugo eran de los pocos amigos que había conseguido allí.

Mi etapa por la Universidad fue todo lo divertida que pudo ser a pesar de los duros exámenes y trabajos. No era popular, no formaba parte de ninguna hermandad y si pongo que por eso me fue bien, muy bien.

— Eso decían las chicas a las que te tirabas en la Universidad, que eras bueno en lo tuyo.

— Estás deseando probarme —le guiño un ojo haciéndola reír.

— Estoy feliz con Hugo y quiero seguir así, podré sobrevivir. ¿No has conocido a nadie después de Mía?

Niego con la cabeza. — No hay nadie que haya llamado mi atención como ella, estoy bien así.

— ¿Acostándote con quién quieres?

— Exacto.

— Aún no sé por qué acabó vuestra relación —mueve el contenido del vaso con la pajita negra.

— Entramos en rutina. No es que dejara de quererla o al revés, supongo que... simplemente se acabó —me encojo de hombros.

— ¿Sigues sintiendo algo por ella?

— Siempre voy a quererla, ella era increíble —confieso.

— ¿Seguís en contacto?

— Hablamos de vez en cuando. En realidad sí he conocido a alguien.

Anna alza sus cejas y me sonríe. — ¿A quién?

— Supongo que la has visto, está en la barra.

— ¿Está en la barra? ¿Cuál de ellas es?

— La que lleva una coleta alta.

— Me ha servido las copas, es guapa. ¿Qué tienes exactamente con ella?

— Nada serio, tenemos una especie de... juego —Anna alza sus cejas y me mira sabiendo que hay algo más—. Bueno, me atrae.

Ella sonríe satisfecha por mi respuesta y bebo de nuevo de mi copa.