Efímero (Devil's Touch) Borrador.

12; Nueva vida

"Sigo sin entender por qué pensamos en alguien que no piensa en nosotros"

Adam sube mi maleta por las escaleras mientras yo subo el caballete. Eran las últimas cosas que nos quedaban y le agradecía eternamente que me hubiese ayudado. Aunque sus turnos a veces eran horribles, había sacado hueco para ayudarme.

Le había dicho innumerables veces que no hacía falta, que lo haría sola o esperaría hasta que mi padre pudiera ayudarme. No sabía que opinaba Sarah de que él estuviese ayudándome o quedando conmigo, pero Adam no me había dicho algo o se había alejado.

Tenía cuatro compañeros de piso. Una chica y dos chicos. Simone, era el que estaba en casa en ese momento y el que nos estaba echando una mano. Él echa su pelo castaño hacia atrás y me sonríe.

— Me alegra tener a alguien nuevo por aquí —dice cuando dejamos las últimas cosas en mi habitación—. Tienes la habitación más grande, por cierto.

— ¿Sí? Por eso pago más —sonrío.

— ¿Necesitas que te ayude con esto, Grace? —Pregunta Adam llamando nuestra atención.

— No, gracias Adam, ya has hecho demasiado.

— Sabes que no me importa. Me voy ya entonces, tengo que entrar a trabajar dentro de nada.

Se acerca a mí y besa mi frente para después despedirse de Simone. Lo veo irse y suspiro pesadamente mirando mi habitación. Lo primero era ponerle sábanas a la cama porque lo demás podía ir acomodándolo poco a poco.

— ¿Es tu próximo novio? —Pregunta Simone.

— No, no. Es solo un amigo —abro la maleta donde hay varios juegos de cama y saco uno.

— Pues... está potente, ¿a qué se dedica?

— Es policía.

— ¿¡Es policía!? Dime que es gay.

Suelto una carcajada y niego con la cabeza poniendo la sábana bajera. Simone vuelve a pasar su mano por su pelo castaño y me observa hacer la cama. -—¿Qué estudias? —Le pregunto.

— Arquitectura, y tú arte —dice acercándose al caballete.

— Sí, hace unos meses que llegué de Italia, me dieron una beca.

— ¿Una beca? Ya tienes que ser buena.

— Eso dicen —me siento en la cama— ¿Hay algo que deba saber de los demás compañeros?

— Bueno... Martin es... Martin y Nicole es una perra, ten cuidado.

— Vaya —me río—, gracias por la advertencia. ¿Puedo saber por qué es una perra?

— Porque te estuvo criticando nada más te fuiste. Ven, vamos a beber cerveza y te cuento.

— No he ido a hacer la compra —digo.

— Bueno, te acompaño y te cuento.

Simone habla sin parar mientras hago la compra y me entero de lo que ha pasado los últimos años que él ha estado ahí. Martin y Nicole, habían tenido algo pero al final no llegó a nada. Él no estaba preparado a una relación y no llegaron a nada más que la cama. Sin embargo, Nicole estaba enamorada de Martin hasta las trancas.

— ¿Y por qué me ha criticado?

— Porque eres guapa y una posible enemiga.

— Yo no tengo ganas de tonterías.

Él se ríe y pone una mano en mi hombro. — No mires a Martin más de cinco segundos si no quieres que ella te saque los ojos.

— Pero bueno —me río echando la cerveza en el carro.