Treinta y tres; memories

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"Ella tenía tanto fuego en su alma que podía poner volcanes y estrellas a la vergüenza"

Jared Fischer

Termino de abrocharme los botones de mi camisa y miro hacia atrás para ver a Grace entrando en la habitación con un vestido negro ajustado de satén. Se da la vuelta para ponerse los pendientes que están en la mesita de noche y observo su espalda descubierta. Ella lleva su pelo echado hacia un lado en unas bonitas ondas y ya lleva sus altos tacones puestos.

Me acerco a ella y pongo mis manos en su cintura para después dejar un beso en su hombro.

— Harás que todos te miren —susurro bajando mis manos por sus caderas y llegando al borde de su vestido.

— Solo quiero que me mire una persona.

— ¿Sí? ¿Y quién es? —Pregunto cerca de su oído.

— Tiene su cuerpo casi entero tatuado —termina de ponerse el pendiente que le quedaba y cuando voy a meter mis manos debajo de su vestido, ella me para y se gira con una sonrisa en su rostro.

— Debe de ser un tío muy interesante.

— ¿Quién ha dicho que sea un tío? —Alza su ceja y sonrío observando sus labios rojos.

— Vaya, touché —vuelvo a poner mis manos en su cintura y ella rodea mi cuello con sus brazos.

— Tú también vas muy guapo —pasa sus manos por el cuello de mi camisa y después baja por mi pecho para abrocharme otro botón de la camisa haciéndome sonreír—. ¿Estás listo? —Asiento y ella deja un pequeño beso en mis labios para después separarse de mí y echarse perfume.

Guardo la cartera en mi bolsillo y le doy el móvil a Grace para que lo guarde en su bolso. Bajo delante de ella por si se cae para que no dé con la cara en el suelo y observo a Giselle en unos pantalones ajustados y un top rojo. Christopher está viendo el resumen de los deportes y bostezo mientras lo veo de pie esperando que los demás bajen.

Escucho la característica risa de Sarah después de un golpe y la veo bajar en un vestido color nude mientras se ríe.

— Casi me mato y a ti te hace gracia —dice Sam detrás de ella bajando en un mono negro.

— Lo siento —ríe la novia de mi mejor amigo—, no he podido evitarlo. ¿Estás bien?

— Sí —dice Sam tocando su trasero.

— ¿Quién se ha caído? —Pregunta Jason bajando las escaleras.

— Sam —contesta Christopher sin dejar de mirar la televisión.

— ¡Qué pena! Me lo he perdido.

Sam cierra la mano en un puño y le da a Jason en su brazo.

— Jared —Sarah llama mi atención y la miro—. Abróchame la hebilla del zapato, por favor.

— Por supuesto.

Me agacho y no tardo en cerrar la hebilla alrededor de su tobillo. Me incorporo y ella me agradece sonriendo.

— ¿Podrás andar?

— ¡Por supuesto! —Sonríe— Hasta bailar.

— Oh, eso hay que verlo.

Cuando Adam por fin baja, Sarah se agarra a mi brazo y empezamos a caminar porque Grace y Adam van más atrasados mirando algo en el móvil de este.

— ¿Puedo decirte algo? —dice Sarah.

— ¿De verdad necesitas preguntarme eso?

— Tienes razón —ríe—. Sé que a los hombres os cuesta mucho ser detallistas y sería genial si le dieras un pequeño empujoncito a Adam.

Efímero (Devil's Touch) Borrador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora