17; Pequeño Ben

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"Trátate a ti mismo con amor y serás tratado como oro"

Angelina tiene su cabeza reposada en mis piernas y está espatarrada por lo que queda del asiento trasero. He tenido que coger su móvil y enviarle un mensaje a su madre informándole que iba a quedarse conmigo para que ninguna fuese en taxi sola a casa. Sinceramente, esperaba que Emma no me llamase porque Angelina no era capaz siquiera de vocalizar.

Hace calor en el coche y le digo a Jared que por favor, baje la calefacción antes de que me dé algo allí atrás. Estoy pendiente de Angelina y rezo porque no vomite porque yo, prácticamente, sería donde caería. No me apetecía.

Así que, cuando llegamos a casa, suspiro con alivio y los chicos no tardan en bajarse del coche los dos a la vez en perfecta sincronía, como si lo hubiesen tenido ensayado. Jason abre la puerta y me ayuda a sacar a Angelina, para mi sorpresa, es Jared quien la coge esta vez y Jason me da la mano para ayudarme a salir del coche.

Saco las llaves del pequeño bolso de mano y el cálido portal nos acoge. Mis tacones resuenan contra el suelo cuando voy hacia el ascensor y pulso el botón, deseando que no tarde en bajar porque estoy deseando llegar y quitarme los tacones.

El ascensor llega y me aparto para dejar a Jared y Jason pasar. Soy la siguiente y pulso el botón que nos lleva a mi planta. Me apoyo en la pared y cierro los ojos un momento deseando acostarme. Hoy habíamos abierto la galería y llevaba levantada desde temprano.

— Te haces mayor, Grace, no estás para fiestas —escucho la voz de Jason y no puedo evitar sonreír aún con mis ojos cerrados.

— Tienes razón, el problema es que eres más viejo que yo. Algo mal estoy haciendo.

Él suelta una risita y abro los ojos cuando llegamos a mi planta. Salgo del ascensor y no tardo en abrir la puerta. Me quito los tacones y enciendo la luz.

— Mi habitación es esta de aquí —susurro por si hay alguien dormido.

Los chicos entran y despejo la cama dejando las cosas en el escritorio. Jason aparta las mantas y Jared, con cuidado, deja a Angelina sobre la cama.

— Qué bien hueles —dice ella.

— Vaya, gracias —ríe Jared sorprendido.

Me acerco a Angelina, que sigue murmurando cosas como "no voy a beber más" "quiero que el mundo pare" o "creo que voy a morir", y le quito los zapatos para dejarlos en el suelo. Jared se acerca a mí y le levanta los pies de las mantas para después meterlos bajo ellas. Su perfume me llega y tengo que darle la razón a Angelina, olía muy bien, aunque él siempre olía bien.

— Gracias por ayudarme, chicos —digo cuando la veo metida en la cama sana y salva.

— No tienes que darlas —dice Jason—, para eso estamos —me abraza y besa mi coronilla—. ¿Nos vemos pronto para una cerveza?

— Eso no hay ni que preguntarlo.

Él sonríe abiertamente y se separa de mí para después salir de la habitación. Veo a Jared mirando mi cuadro y aguanto la respiración porque aún tengo el cuadro que pinté con sanguina ahí.

Un cuadro erótico, como lo llamaba Simone.

Me quedo observando su perfil y él gira un poco su rostro para mirarme directamente a los ojos. Su mirada es tan profunda que duele. Y sé, que a él también le duele, puedo verlo.

Podía verlo desde el primer día que volví. Podía verlo en su indiferencia hacia mí, en su manera de mirarme. Sabía que él siempre me miraba, siempre tendría sus ojos sobre mí. Y sabía, que a pesar de estar con Liv, él me pertenecía, y yo, le pertenecía a él.

Efímero (Devil's Touch) Borrador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora