Seis; Batman y Robin

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"No trates de luchar contra la tormenta, o caerás a la borda"

Abro los ojos y la claridad entrando por la ventana me molesta. Los rayos del sol no entran como siempre por mi ventana porque está nublado. Estoy tan caliente entre las mantas que no quiero levantarme. Me giro y veo vacío el lado en el que Ryan ha dormido, o eso creo.

Me incorporo y miro a mi alrededor asegurándome de que no está. Su ropa, su móvil y su cartera han desaparecido.

Me dejo caer en la cama de nuevo y pongo una mano en mi frente. Anoche no estuvo nada mal, y aunque no pude gemir todo lo que quería para no despertar a nadie, repetiría si pudiera.

¿Podía?

Me levanto y salgo de la habitación con la ropa para darme una ducha. Escucho las voces de las chicas en el salón y también la de Jason.

¿Otra vez están aquí?

Me doy una ducha disfrutando del agua caliente y me seco rápido para no pasar mucho frío. Me seco el pelo y me desenredo, recogiendo mi pelo en un moño para después aparecer por el salón con mi mejor cara.

— Vaya, hola dormilona —me sonríe Giselle y le sonrío a los demás.

— Ryan se ha ido —dice Sarah.

— Me lo he imaginado.

— ¿Por qué todos los chicos se van? ¿Tan mal follas? —pregunta mi amiga.

La miro intentando descifrar a qué ha venido eso, que me ha sentado como si me dieran una patada en el hígado.

— No lo sé, sabes que puedes probarme cuando quieras.

Giselle y Jenna se ríen y veo alguna que otra sonrisa de parte de los chicos.

— ¿Puedo saber a qué se debe vuestra visita? —pongo mis manos en los hombros de Jared, que está sentado en una silla, de espaldas a mí—. ¿No tenéis casa?

— ¡Grace! —se queja Giselle.

— ¿Grace? ¡Es cierto! Tú no quieres estar aquí, ¿verdad, Jared? —pongo mi cabeza al lado de la suya—. Siempre tan serio, ¿por qué vienes?

— No para verte a ti —contesta.

Sonrío abiertamente y muerdo mi labio inferior. Me incorporo y palmeo uno de sus hombros para dirigirme a la cocina y quitar la sonrisa.

Junto mis labios en una fina línea y me apoyo en la encimera. Ni siquiera me apetece desayunar. Lo que ha dicho Sarah me deja pensando en la suerte que tengo con los hombres.

Mala, por cierto. La verdad era que nunca había sido capaz de estar con nadie el tiempo suficiente para estar en una relación.

No es que quisiera una relación con Ryan, me conformo con acostarme con él, pero empiezo a preguntarme si verdaderamente el problema es que follo mal.

Escucho la puerta principal y frunzo el ceño. Las chicas entran en la cocina y veo que están enfadadas.

— ¿Se han ido? —pregunto.

— ¡Claro que se han ido! —Giselle está muy enfadada—. ¿Por qué has dicho eso?

— ¡Porque es cierto! A la semana siguiente parecía que erais amigos de toda la vida.

— ¿Qué problema tienes con eso? Hay que conocer gente.

— No tengo ningún problema con conocer gente. Mi problema es que me los habéis metido a presión.

— ¿A presión? —Giselle niega con la cabeza—. Hemos creado un grupo de amigos, acéptalo.

Arrugo mi nariz. — ¡Ha sido culpa de Sarah! —la señalo.

Efímero (Devil's Touch) Borrador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora