Efímero (Devil's Touch) Borrador.

Escena: Discusión

Llevo a mi hermano a casa y me sorprendo al ver a mi padre allí. Mi madre me mira y se encoge de hombros.

— ¿Lo has perdonado? —Pregunto.

— Sí. Todo el mundo comete errores.

— Mamá... —susurro—. Tienes que estar de broma.

— Jared —me mira, suplicándome con la mirada—. Por favor.

— ¿Qué ocurre? —Pregunta mi padre entrando.

— Que no te mereces a esta familia, eso ocurre.

Salgo de la cocina y mi padre me sigue.

— Soy tu padre y merezco un respeto, Jared. Tú no eres mejor hombre que yo.

Dolió. Por eso cerré la puerta, dolido y enfadado. Yo no era como él. Sí, cometía errores, pero no como esos. Escucho la puerta de casa abrirse y me giro para ver a mi padre.

— No vuelvas a esta casa hasta que no aprendas a respetarme —dice, tajante.

No volveré, me importa una mierda. Que le den a él y a su estirado culo. Estaba cansado de toda la situación, de que mamá fuera tan débil ante él. Seguramente si le hubiese hecho eso a Grace, me habría dado la patada más grande el universo y ahora estaría en Marte.

Me monto en el coche y aprieto el volante haciendo que mis nudillos se vuelvan blancos. Relájate, Jared. A pesar de que intentaba relajarme, lo que hacía era enfadarme cada vez más y más de camino a casa. Tanto, que cambio el rumbo hacia el bar donde suelo ir siempre a beber. El bar donde encontré a Grace triste por algo que aún no me ha contado. 

Aparco y no tardo en apresurarme al bar y pedir un vaso de whisky solo porque es lo más fuerte. Bebo, un vaso y otro, después otro. Me sentía abatido.

Sentía que no hacía las cosas bien, que nada estaba bien, que Ben ya no sonreía de la misma forma, que le había hecho daño a Grace y a Liv, que mamá estaba viviendo con alguien que no se merecía y... todo estaba superándome.

Tenía un trabajo y estaba ahorrado para poder comprarme una casa. Poder tener mi independencia lejos de los chicos, poder... estar solo. Sí, más solo de lo que ya me sentía.

Y cuando estoy en el coche, voy al único sitio dónde puedo refugiarme, y cuando ella abre la puerta, me doy cuenta de dónde estoy.

Ella luce tan bien que quiero llorar por cómo ha sucedido todo, y lo único que puedo decir es: — ¿Soy igual que él?

…

¿Sabéis qué capítulo es?

¿Quién quiere un capítulo extra sobre cómo les va a todos después?

Se aceptan votitos, comentarios y podéis recomendar la historia.

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