Gerard me deja a tiempo en la escuela y se despide de mí con una corta sonrisa que me deja atónita el resto del día.
Las clases pasan pesadas, para la hora del receso siento mi cabeza palpitar ya cansada de tanta información, y para el colmo la cafetería está completamente llena de chicos descontrolados e inmaduros.
Tomo mi bandeja de comida y camino entre la multitud de chicos y chicas hablando entre ellos. Algunos de ellos me miran mal, tal vez por mi apariencia, por mi oscura vestimenta, mi actitud callada y reservada o sólo porque ellos quieren.
Aunque pronto aquella chica pelirroja de la última vez se acerca a mí rápidamente llevando también una bandeja de comida en sus manos y sonriéndome amablemente.
—Hola, Hayley —saluda cuando ya ha llegado a mi lado.
—Hola —repito y ella inmediatamente me da otra una gran sonrisa.
—¿Sabes qué? Vamos a otro lugar, este sitio está peor que nunca.
No me puedo negar cuando ella toma inesperadamente mi mano y me lleva fuera de la cafetería. Algunas miradas curiosas se posan en nosotras, pero al parecer a la chica le importa muy poco las demás personas. Cruzamos toda la enorme cafetería y vamos caminando directamente hacia la salida, cuando repentinamente siento que alguien me pone el pie y yo caigo rápidamente de boca al suelo, tirando mi bandeja de comida y enterrando mi cara en el sándwich que tenía planeado comer.
Todas las personas en la cafetería se giran a mirarme mientras yo aún sigo aturdida en el suelo, cuando segundos después escucho la gran carcajada burlona de un hombre.
La chica pelirroja se apresura a ayudarme a levantar, y ahí es cuando veo al chico que me ha hecho caer. Su cabello es oscuro, sus ojos son de un color negro azabache y la chaqueta escolar que lleva puesta con orgullo me indica que es parte del equipo de baloncesto de la escuela.
—¡Por Dios, Mark! ¡Eso es lo más estúpido e inmaduro que has hecho nunca! —exclama la chica totalmente furiosa y yo frunzo el ceño confundida por su actitud.
En realidad, yo aún sigo muy desconcertada, aún sigo tirada en el suelo de la cafetería, no sé muy bien qué está sucediendo.
Algunas personas han apartado las miradas de nosotros con desinterés, como si esto ocurriera todos los días, y otras tantas todavía se mantienen atentas mirando la escena.
Yo bajo la cabeza poco a poco sintiéndome terriblemente avergonzada, y pronto en mis ojos se van acumulando las lágrimas como respuesta a lo que ha sucedido.
—Tranquila hermanita, sólo queríamos presentarnos con tu nueva amiga la rara y huérfana —dice de nuevo ese chico pelinegro, y siento que mi pecho se presiona de agudo dolor por sus palabras.
La chica pelirroja abre los ojos sorprendida por la actitud de su hermano y voltea la mirada a mí inmediatamente. Da un paso hacia mí con la intención de tratar de disculparse, sin embargo yo me alejo de ella abruptamente y salgo corriendo de la cafetería sin soportar más la situación.
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My Beautiful Nightmare (Gerard Way)
Lãng mạnEs increíble cómo las cosas suceden de un instante para otro, en un día había perdido todo lo que nunca imaginé que perdería, la tristeza nunca había sido más reconfortante y las lágrimas y las noches frías nunca antes habían sido tanto mis mejores...