Es increíble cómo las cosas suceden de un instante para otro, en un día había perdido todo lo que nunca imaginé que perdería, la tristeza nunca había sido más reconfortante y las lágrimas y las noches frías nunca antes habían sido tanto mis mejores...
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Abro la puerta de la casa y le sonrío a Mark mientras ambos pasamos adentro. Me quito rápidamente el suéter que llevo puesto y comienzo a caminar por el pasillo, hasta que escucho el sonido de unas guitarras eléctricas provenientes de la sala... ¿Acaso son...?
Ray sale de pronto de una habitación, confirmando mis teorías, e inmediatamente se acerca a mí en cuanto me ve.
—Hola, Hayley, ¿cómo has estado? En realidad, quería hacerte una pregunta... ¿Puedo hacerte una pregunta? Porque si no tienes... —lo interrumpo cuando el nerviosismo parece apoderarse de él.
—¿Qué sucede, Ray?
Él baja la mirada un segundo y luego la levanta para mirar con incomodidad a Mark a mi lado, quien permanece quieto y callado, aunque aun así prestando atención a lo que pasa. Ray rasca su cabeza algo indeciso y luego suspira frustrado.
—¿Sabes qué? Mejor en otro momento, al fin y al cabo no es tan importante —responde moviéndose inquieto en su lugar, lo cual me hace fruncir el ceño.
Aunque decido no prestarle mucha atención... Ya tengo muchos problemas por los que preocuparme, en realidad.
Suelto también un suspiro, pero todos mis sentidos se ponen alerta cuando escucho que comienzan a tocar una batería hasta el fondo de la casa, tal vez incluso en la cochera. Volteo inmediatamente la mirada a Ray y lo detengo cuando parece comenzar a caminar lejos de nosotros.
—Oye, yo si quiero preguntarte algo... ¿Sarah vino también a practicar con ustedes? —le pregunto y él frunce el ceño.
—Sí, ¿por qué? —pregunta alzando una ceja, y yo solo bajo la mirada y niego con la cabeza.
—No, por nada... ¿Y Mikey está en la casa? —pregunto de nuevo, y él niega con la cabeza.
—No, pensábamos que estaba contigo pues Gerard trató de contactar con él pero en cambio solo recibió un mensaje que decía algo como «No me molesten, iré a buscar al amor de mi vida» —contesta Ray muy confundido, y Mark y yo nos miramos extrañados y especulando lo mismo.
—¿Crees que...? —me pregunta Mark alzando una ceja y yo solo suspiro.
—Ojalá —digo en un susurro, y Ray cruza los brazos totalmente desconcertado.
—¿Qué es lo que sucede? Vamos, quiero saber, Gerard también ha estado muy raro los últimos días y por más que le pregunto que qué le sucede no me quiere decir nada, hasta Donna ha estado bastante extraña con nosotros, mucho más de lo normal. No miento cuando digo que esta familia se ha vuelto muy misteriosa. Ah, pero Gerard sí le cuenta todo a Frank porque es su mejor amigo —contesta Ray quejándose y yo bajo la cabeza.
